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miércoles, 18 de enero de 2017

Opinión internacional
BREXIT:  LA FIRME DESDE LONDRES

Por Martin Poblete

En un discurso al mediodía del martes 17, a la fecha  el mas importante de su carrera política, la Primera Ministra británica Theresa May (ver texto en KRADIARIO)  entregó esperadas definiciones acerca de su estrategia negociadora de la salida del Reino Unido de la Unión Europea.   Escogió por sede Lancaster House, la mansión donada en el Siglo Diecinueve por Lord Lancaster a la Sociedad Británica de Asuntos Exteriores, símbolo de otros tiempos durante la vigencia del Imperio, lugar dónde hace veintiocho años, a mediados de 1988, Lady Thatcher pronunció su discurso europeísta.    Cuantas cosas han pasado desde entonces, para no hablar del agua corrida bajo los puentes del Támesis.

Si bien el discurso podría prestarse para entenderlo de manera confrontacional respecto de la Unión Europea y sus veintisiete países miembros, en realidad traza  líneas negociadoras claras y precisas sin dejar de lado expresiones cordiales:  "Queremos  comprar vuestros productos, venderles los nuestros, comerciar y negociar con ustedes tan libremente como sea posible, sentirnos ciertos de que todos estamos seguros y mas prósperos a través de nuestra continua amistad.
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Seguiremos siendo socios confiables, aliados bien dispuestos, y amigos cercanos."    Sin embargo, en otras partes de su discurso Theresa May empleó lenguaje inequívocamente duro si se lo lee sin las suavidades de las traducciones : " Nos retiraremos de las negociaciones si tratan de imponernos un mal acuerdo / We will walk away fron negotiations if they attempt to give Britain a bad deal ;  "Ningún acuerdo para el Reino Unido es mejor que un mal acuerdo / No deal for Britain  is better than a bad deal".    Mejor revisar algunos de los doce puntos del discurso.

1.  Ofrecer certidumbre respecto del proceso de salir de la Unión Europea.    Esto queda en el marco de las buenas intenciones, una vez invocado el Artículo 50 del Tratado de Lisboa dando comienzo a las negociaciones, surgirán numerosas incertidumbres  mas allá de la eventual buena voluntad de las partes negociadoras.
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2.   Retomar control de nuestras leyes.  Este punto queda muy bien reflejado en aquella frase del anterior primer ministro David Cameron: "Que la Corte Suprema del Reino Unido vuelva a ser Suprema";  este asunto de quedar sujetos a leyes aprobadas por un grupo de personas en Estrasburgo nunca fue plenamente aceptado por los ingleses, fue factor importante en el juego de percepciones conducente a la aprobación del BREXIT.
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3.  BREXIT quiere decir control efectivo del número de personas llegando al Reino Unido desde Europa.    En otras palabras, control efectivo del flujo de inmigrantes;  este asunto fue uno de los factores decisivos inclinando la balanza en favor de retirar al Reino Unido de la Unión Europea.
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4.  Proteger los derechos de los trabajadores.   Esto tiene fuertes implicancias para la política interna, la Sra. May quiere dar seguridades de mantener los  derechos y garantías incluídos en la legislación comunitaria, prometiendo mejorarlos.
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5.   Libre comercio con los mercados europeos mediante un ambicioso y audaz  acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.   Esta propuesta posterior a la ejecución del BREXIT  dependerá mucho de como se lleven a cabo esas negociaciones, o bien podría pasar al ámbito de las buenas intenciones.
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6.   Nuevos acuerdos comerciales  con otros países, ha llegado la hora para el Reino Unido de salir al mundo y redescubrir su rol como una gran nación global y mercantil.       Interesante propuesta, el lenguaje grandilocuente no es garantía de poder materializarla.

Hacia el final de su discurso la Sra. May advirtió que los días de pagar grandes contribuciones a la tesorería de la Unión Europea estaban terminados.   Asimismo, en una venia a los procedimientos democráticos, confirmó su decisión  de someter el acuerdo final del BREXIT al voto en las dos Cámaras del Parlamento, Comunes y Lores.

Las repercusiones a tan importante discurso recién comienzan.   En París, los editorialistas de Le Monde argumentan críticos:  "Theresa May no ha levantado las incertidumbres.  El Artículo 50 del Tratado de Lisboa prevé dos años de negociaciones.  La normativa del Tratado se refiere solamente a la negociación."
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Escribiendo en Le Figaro, el profesor Jacques Sapir, director del  Instituto de Estudios de Nuevas Formas de Industrialización, afirma:  "El BREXIT duro y la ruptura del mercado único son un acontecimiento histórico, BREXIT  es BREXIT, divorcio es divorcio.   La posición de la Sra. May no puede sino haber sido reforzada por las recientes declaraciones de Donald Trump; su cita de la condición de  potencias nucleares del Reino Unido y Francia, podría leerse como favorable disposición a explorar aproximaciones bilaterales posteriores."

Mientras tanto, mas suavemente desde Bruselas, Donald Tusk, Presidente de la Unión Europea, aventuraba:  "Lamentable proceso, tiempos surrealistas, pero por lo menos tenemos un anuncio mas concreto sobre el BREXIT.   Los EU27 estaremos unidos y listos para negociar después de invocarse el Artículo 50 del Tratado de Lisboa".

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