Por Leonardo Cáceres
El juez español Baltasar Garzón fue insultado el martes por los familiares de un grupo de procesados en la ciudad argentina de Córdoba, a 800 kilómetros de Buenos Aires, cuando advirtieron que el magistrado se encontraba en la sala confundido entre el público.
Simultáneamente, los acusados -encabezados por el ex dictador Jorge Rafael Videla- se levantaron en actitud de protesta por la presencia de Garzón y abandonaron el recinto.
Los familiares de Videla y del ex general Luciano Benjamín Menéndez, cómplice destacado del ex dictador, gritaron a Garzón “¿qué pasó con los atentados de la ETA?”.
Garzón (foto adn mundo abajo derecha cuando abandonaba el tribunal de Córdoba) es el más destacado defensor de los derechos humanos en su país y en América Latina. Al mismo tiempo, el peor azote de la banda terrorista de origen vasco, ETA. Bloqueó en 1998 las fuentes de financiamiento de la ETA, encarcelando a sus “benefactores” y cerrando las empresas que destinaban dineros para la banda. Hizo detener a prácticamente la totalidad de los líderes militares de la ETA (foto de atentado de la banda en Bilbao abajo izquierda) e ilegalizó en 2007 a Batasuna, el partido político que servía de cobertura al extremismo vasco.
¿Qué razón tienen entonces los que insultan al juez español?
Por otra parte, Videla y sus amigos figuran entre los más perversos y crueles violadores de los derechos humanos en América Latina y el mundo.
Videla encabezó en 1976 el golpe de estado contra la viuda de J.Dgo. Perón, Estela Martínez. Gobernó con mano de hierro hasta 1981 y en su período hubo 30 mil desaparecidos. Es el responsable de la llamada
“solución final”, que consistió en el asesinato de detenidos desaparecidos y el lanzamiento de sus cadáveres al mar. Además, fue juzgado y condenado por el “tráfico de bebés”, es decir el robo de los recién nacidos en las cárceles de la dictadura.
El ex dictador fue condenado a prisión perpetua en 1985, pero el presidente Carlos Menem lo indultó en 1990 y lo dejó en libertad. Sin embargo, el Tribunal Supremo argentino declaró inconstitucional esa medida y Videla (foto abajo izquierda) fue nuevamente procesado. Tiene en la actualidad 4 condenas perpetuas y está siendo sometido ahora a un nuevo juicio en la ciudad de Córdoba por el asesinato de 31 presos políticos.
O sea, mientras Videla encarcelaba, torturaba y mataba a su propio pueblo, Garzón perseguía a los terroristas vascos de la ETA. A fines de los años 90, el español consiguió que la justicia inglesa detuviera al dictador chileno Augusto Pinochet.
Y ahora -¡el mundo al revés!- Garzón es insultado por unos fanáticos en Córdoba. Ciertamente, los mismos que en 1998 insultaban a un ausente Garzón frente a la embajada española en Santiago y que en 2006 lloraban en los funerales de Pinochet.
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