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martes, 24 de agosto de 2010
Vida es vida: La de los mineros, pero también la de la primera reserva marina del país
Por Walter Krohne
La tarea está lejos de terminar. La parte más difícil y compleja es precisamente la que viene. La confirmación el domingo, de que los 33 mineros estaban con vida, no fue en definitiva el resultado exitoso de una operación ya terminada, sólo fue el fin de una etapa compleja y valiosa.
La verdad es que estamos a mitad del pedregoso camino que el destino ha hecho nuevamente recorrer a los chilenos, esta vez al interior de un cerro “intrigante y mañoso” pero que así y todo no fue capaz de derrotar a hombres duros que durante años, todos los días, se han jugado la vida al interior de galerías interminables , frías, estrechas y de senderos irregulares. Todo esto ha sido la verdadera escuela que les ha permitido a estos mineros conocer todas las técnicas de supervivencia.
Muy pocos, en su conciencia más íntima, daban a los mineros con vida, porque la lógica era que sin agua o agua contaminada y sin alimentos sólidos, como se decía, era imposible volverlos a ver con vida después de 17 días. Sin embargo, bastó la voz del más anciano del grupo para que el resto lo siguiera y así poder esperar en la oscuridad todo el tiempo que fuese necesario , sólo ingiriendo atún y medio vaso de leche cada 48 horas.
“Estamos los 33 vivos y bien”, fue el mensaje que hizo sonreír otra vez a los chilenos. No hubo lugar en todo este país donde no se celebrara este acontecimiento después de una espera que por momentos se hizo interminable.
Sin embargo, el drama continúa, pero esta vez en permanente contacto con los trabajadores atrapados. Al menos sabemos que viven y a través de la sonda, que baja de la superficie a una profundidad de 700 metros, pueden ellos recibir gran parte de lo que necesitan para continuar soportando la larga espera. Es quizá esta etapa la más compleja de todas las que se han vivido y las que aún faltan por vivir en este complicado rescate. Habrá que tener muy buenas ideas para mantener a los 33 –32 chilenos y un boliviano-- en continua actividad y observación, porque toda la ansiedad acumulada que deben tener estos hombres, podría afectar el estado de salud de unos cuantos, especialmente aquellos que padecen de silicosis o los que son diabéticos.
La ubicación de su paradero se logró en el marco de un trabajo impecable que se hizo con un alto nivel de eficiencia, lo que nos hace reflexionar cuando miramos en retrospectiva hacia el transantiago o al maremoto, con toda la historia de la ineficiencia de la Onemi o al Shoa, otra historia; dos servicios de emergencia que fallaron y que aparecen como los responsables en cierto modo de que muchos habitantes de pueblos costeros abandonaran este mundo arrastrados por el mar que se los llevó a sus profundidades. Con un trabajo eficiente como en el mineral de Atacama, esta dura y triste realidad se podría haber evitado.
Así fue y así es. No destaquemos ni personas ni nombres, porque todos los que participaron y participan en la región minera de Atacama dieron todo lo que tenían para hacer bien las cosas y también lo siguen haciendo ahora. El resultado: 33 vidas humanas están en proceso de salvación.
Sin embargo, como en este país todo está ligado a la política, ya se empiezan a preguntar algunos cuántos puntos irá a subir el presidente o el ministro de minería en las próximas encuestas, cosa que no debería ser ahora el tema importante.
Lo importante son los mineros. Eso no tiene discusión, aunque tampoco esto justifica las maratónicas transmisiones de la televisión abierta chilena que día y noche han repetido durante días y semanas cien veces una misma información. Es desgraciadamente el “periodismo-fábrica” que prima en este país donde el periodista pasa horas y horas con el micrófono abierto en la mano hablando y hablando, repitiendo y repitiendo, sin mucho profesionalismo y agregando comentarios insulsos sin importancia o entrevistando a todo el mundo, hasta al vendedor de empanadas o el suplementero, porque el objetivo es llenar y llenar todas las horas de transmisión que se le han asignado. Conclusión de todo esto. El país comienza lentamente a aislarse porque sólo se entrega la información del “mega evento informativo” y punto.
Penosamente esto explica que nada o poco sabemos hoy de la huelga de hambre que realizan 32 mapuches en el sur desde hace 44 días o nos enteramos por casualidad que la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) de Coquimbo aprobó por 15 votos a favor y 4 en contra, la construcción de la polémica central termoeléctrica en la caleta de Chungungo, al sur del emblemático pueblo de Punta de Choros, proyecto que el Presidente Sebastián Piñera prometió revisar durante su campaña electoral. El principal reparo de esta planta se llama también “vida”, como la vida de los mineros, porque en el sector se encuentra nada menos que la primera reserva marina del país, perdón “se encontraba”.
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