Por Sara Larraín (*)
El ministro Ricardo Rainieri presentó la última semana los estudios que el gobierno de Sebastián Piñera está realizando para el desarrollo de la opción nuclear. Esto es la continuidad del estudio sobre riesgos naturales, adecuaciones legales y costos, todos ellos financiados con fondos públicos, es decir plata de todos los chilenos.
Adicionalmente Rainieri anunció que el gobierno de Piñera hará una profunda restructuración de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y creará un organismo especializado en la generación de personal adecuado para participar en la construcción y mantención de una central de generación nuclear.
Como si esto fuera poco, el ministro afirmó que “nosotros debemos poner el pie en el acelerador en lo que dice relación con la formación de capital humano” para hacer posible un plan nuclear de potencia; adelantando que el gobierno invertirá en la formación de entre 30 y 40 personas para que puedan liderar la creación de la nueva CCHEN, y concluyendo que a largo plazo su apuesta nuclear requerirá entre 500 y 600 personas especializadas.
Finalmente, dijo que la fórmula de viabilizar la construcción y puesta en marcha de una central nuclear seria “la asociatividad publico-privada”, donde el gobierno participa como socio, o pone una garantía financiera; es decir el gobierno pone un seguro que cubre a la empresa nuclear privada por eventuales pérdidas. Insólitamente, al mismo tiempo que anunciaba este subsidio a la energía nuclear, el ministro Rainieri aseguró que “bajo este periodo de gobierno no se tomará una decisión sobre este tipo de energía”.
Estas declaraciones constituyen una acción inaceptable del gobierno de Sebastián Piñera, pues se contradice flagrantemente con lo que el ministro está realizando para el desarrollo nuclear al asegurar que el gobierno no tomará una decisión sobre la opción nuclear.
Brasil: Planta Angra III, en Río de Janeiro, que estará concluida en mayo de 2015. En su construcción serán invertidos unos 4.600 millones de dólares.
En este caso lo que se está haciendo es destinar fondos públicos para acondicionar personal, desarrollar la institucionalidad y preparar los instrumentos financieros para el desarrollo núcleo-eléctrico, es decir el andamiaje que se requiere para adoptar la opción nuclear y construir centrales nucleares.
Estos hechos, además de ser contrarios a lo comprometido por Sebastián Piñera durante su campaña presidencial y su programa de gobierno, constituyen de facto el anuncio de un conjunto de subsidios de todos los chilenos a una opción que rechazamos; y que el gobierno no ha asignado ni a la Eficiencia Energética, ni a las energías renovables no convencionales ERNC, opciones que si constituyeron el centro de la promesa de desarrollo energético del gobierno de Piñera. A esto hay que sumar el que tampoco se ha anunciado que formará decenas de profesionales para el desarrollo de las ERNC en el corto plazo, ni centenas de ellos en el largo plazo. Al contrario, la Agencia de Eficiencia Energética ha sufrido despidos masivos y está paralizada, el Centro de Energías Renovables está descabezado y sin plan de acción, y los fondos existentes en CORFO se esfumaron.
Miente el gobierno de Sebastián Piñera sobre sus opciones de desarrollo energético. En época de elecciones jugó a mostrarse en sintonía con las demandas ciudadanas constituyendo un grupo especializado para las energías limpias, descentralizadas y sustentables; tras asumir el mando, responde a lobistas e intereses económicos extraños a la ciudadanía y da la espalda a los compromisos.
Financiar con platas de todos los chilenos negocios insustentables, caros y peligrosos, como la energía nuclear constituye un fraude contra todos los chilenos.
(*) Directora del Programa Chile Sustentable
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