La pobreza es uno de los grandes desafíos que tiene el mandatario en los 1.500 días que le quedan en el poder.
El presidente Ollanta Humala llega a los cien días de su gobierno con la puesta en marcha de Pensión 65, una de las promesas top de la campaña que lo llevó a la Presidencia. Otras ofertas cumplidas son el aumento de la remuneración mínima vital en su primer tramo (el segundo debe salir en enero próximo), el impuesto a las ganancias mineras y la promulgación de la Ley de Consulta Previa que estuvo archivada por cinco años. Lo del gas del lote 88 para el mercado peruano –que debía lanzarse en estos días– sigue en compás de espera. Las negociaciones con el consorcio de Camisea (explota el rico campo gasífero Camisea en Perú, liderado por la argentina Pluspetrol, que permitiría que parte de las reservas de gas natural que tiene como aval con bancos sean destinadas al mercado local), pese a los esfuerzos del gobierno, aún no arrojan un resultado concreto por la reticencia de uno de los socios del conglomerado empresarial.
Es verdad que cien días es un periodo corto para juzgar al gobierno de Ollanta Humala, pero sí, tal vez, el suficiente para hablar de alguno de los desafíos que tiene por delante en los más de 1.500 días que le quedan. Y, claro, también de sus errores.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) –Desarrollo Humano 2011– plantea un reto al presidente Humala, mucho más cuando la inclusión social es el eje central de su discurso. El documento revela la enorme desigualdad social que existe en nuestro país, lejos por supuesto de las cifras oficiales que exhibía García a cada momento para decirnos que el “Perú avanza”. Lo concreto es que tenemos un 19,9% de pobres multidimensionales, lo que nos ubica, como país, en el antepenúltimo lugar.
A diferencia de los que nos dicen los defensores del modelo, el estudio del PNUD recuerda que la cobertura de un consumo mínimo –pobreza multidimensional– no es sinónimo de que las personas dejen de ser pobres. Son familias en las que están ausentes la educación, la salud y un adecuado nivel de vida. El Nobel de Economía Amartya Sen propone que los Estados deberían preocuparse por contribuir a establecer una especie de primer piso en el que los niños tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y desarrollo , y luego en una segunda fase cada uno avance según su capacidad o inteligencia.
Hoy en el Perú millones niños no reciben una educación adecuada que los prepare para la universidad o una carrera técnica. La desnutrición y la mortalidad infantil siguen siendo uno de los males de nuestros infantes, y las familias viven en condiciones extremas, con viviendas de estera y sin servicios de agua y electricidad.
Otro desafío son los conflictos sociales que tiene en camino, en su mayoría vinculados al medio ambiente. El más reciente es el proyecto minero Conga que enfrenta a los comuneros de Celendín con la minera Yanacocha. Pero más allá están los de Puno, Arequipa, Cusco, Moquegua. Cada uno con su propia agenda. Hasta ahora el gobierno ha buscado hallar una solución a través del diálogo, pero aún no sabemos cómo reaccionará cuando veamos a los campesinos tomar las carreteras.
Los puntos débiles de este gobierno están en lo político. Los escándalos de corrupción que afectan a varios de sus congresistas y el caso de Omar Chehade (segundo vicepresidente de la República que es acusado de haber incurrido en los delitos de patrocinio ilegal, tráfico de influencias, cohecho pasivo y falsedad genérica-Foto izquierda).
Hoy, por unanimidad, los miembros de la Comisión de Ética del Congreso aprobaron la suspensión en sus funciones -y sin goce de sueldo- por 120 días al congresista oficialista Chehade. Esto al concluir en su informe final que promovió la reunión con tres generales Policía Nacional del Perú en el restaurante Brujas de Cachiche, cuyas razones habría intentado ocultar.
“(...) ha infringido sus deberes de transparencia y veracidad” y “faltó a la verdad sobre las razones de la reunión” con tres generales PNP en el restaurante Brujas de Cachiche.
Hay que recordar que el también segundo vicepresidente dio varias versiones sobre las razones de la reunión y los temas que se trataron. En un principio negó que se hubiera tratado el tema de Andahuasi (problema social y económico del pueblo de ese nombre al interior del Perú), luego dijo que se habló de la azucarera.
Fuentes: Diario La República y El Comercio de Lima
Fuentes: Diario La República y El Comercio de Lima
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