¿Ocurrirá lo mismo con La Polar?
Con una gran sorpresa en los sectores financiero y judicial fue recibida hoy la sentencia en segunda instancia de la Corte de Apelaciones de Santiago en el denominado caso Inverlink/Banco Central, estableciendo condenas contra los principales implicados, las que podrán cumplirse en penas remitidas, lo que significa que no pasarán ni un solo día en la cárcel.
¿Ocurrirá lo mismo en unos ocho años más con el escándalo financiero de La Polar?, se preguntaban hoy los miles de afectados por la estafa de esta multitienda que estalló este año en Santiago. Los ocho años que se mencionan es lo que se calcula que durará el proceso La Polar si nos basamos en la duración que ha tenido hasta ahora el proceso Inverlink.
En el caso Inverlink, la resolución de hoy revierte la resolución en primera instancia del ministro en visita Patricio Villarroel, quien había determinado negar todo beneficio a los responsables, considerando que no se "los disuadirá de cometer nuevos delitos... debiendo cumplir efectivamente las penas privativas de libertad".
De esta forma, seis de los siete acusados en la arista Banco Central, que hace referencia a la información privilegiada que mediante supuesto cohecho conseguía la desaparecida firma Inverlink, a través de Pamela Andrada Díaz, secretaria del entonces presidente del BC, Carlos Massad -lo que quedó al descubierto en enero de 2003-, podrán cumplir sus condenas en libertad.
Además de Andrada, recibieron el beneficio los operadores claves, ex gerente general de la corredora, Enzo Bertinelli Vargas, y el ex gerente de administración, Pablo Schaffhauser Muñoz.
El detalle de las penas
Pamela Andrada Díaz: 4 años de presidio por su responsabilidad como autora del delito de cohecho y 600 días de presidio por su responsabilidad como autora del delito de revelar información privilegiada. Se concedió el beneficio de la libertad vigilada. Además se aplicó una pena de 5 años y un día de inhabilitación para cargos públicos y la devolución de la suma recibida como cohecho ($ 26.000.000).
Enzo Bertinelli Villagra: 800 días de reclusión por su responsabilidad como autor del delito de cohecho y 600 días de presidio por su responsabilidad como autor del delito de uso de información privilegiada. Se concedió el beneficio de la remisión condicional. Además se aplicó una pena de 3 años y un día de inhabilitación absoluta para cargos públicos y una multa de $ 11.400.000.
Pablo Schaffhauser Muñoz: 600 días de presidio por su responsabilidad en el delito de cohecho. Se concedió el beneficio de la remisión condicional. Además se aplicó una pena de 3 años y un día de inhabilitación absoluta para cargos públicos y una multa de $ 11.400.000 en beneficio fiscal.
Eduardo Monasterio Lara: 300 días de reclusión por su responsabilidad como autor del delito de cohecho. Además se aplicó una pena de 3 años y un día de inhabilitación absoluta para cargos públicos y una multa de $ 11.400.000 en beneficio fiscal. La pena se dio por cumplida por el tiempo que estuvo en prisión preventiva, entre el 10 de marzo de 2003 y 11 de marzo de 2004.
Cristian Schultz Rosales: 541 días de presidio por destrucción de datos de un sistema informático, delito previsto en la ley que tipifica figuras penales relativas a la informática. Se concedió el beneficio de la remisión condicional. Por el mismo periodo de tiempo se decretó la suspensión de cargo público.
José Torres del Pino: 541 días de presidio por destrucción de datos de un sistema informático, delito previsto en la ley que tipifica figuras penales relativas a la informática. Se concedió el beneficio de la remisión condicional. Por el mismo periodo de tiempo se decretó la suspensión de cargo público.
Fueron absueltos Ignacio Wulf Hitschelf, Mónica Bahamondes Abarca, Carlos Berríos Mancilla, Carlos Rubilar Muñoz y Francisco Edwards Braun.
Las únicas condenas definitivas en el caso Inverlink fueron dictadas el 17 de noviembre del año pasado por la Segunda Sala de la Corte Suprema, en la llamada "arista tributaria", en la que se determinó que se causó un perjuicio fiscal por $ 3.266.595.170.
En la ocasión, todos los afectados recibieron el beneficio de la remisión condicional de la pena.
También se está a la espera del fallo por las triangulaciones que permitieron a los ejecutivos de la compañía transar en el mercado instrumentos financieros en poder de Corfo. Esta es la arista más importante de este escándalo que afectó al Gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos. El magistrado Patricio Villarroel dijo que estas condenas se darán a conocer el próximo año y tienen relación con el fraude y las estafas a Corfo, que le significó a esta entidad pérdidas cercanas a los 100 millones de dólares.
El imperio Inverlink
La periodista Maura Brescia calificó a Eduardo Monasterio Lara, el inventor de Inverlink Consultores, como un nuevo Rey Midas, ya que inició su imperio financiero en 1991 y ya en el primer año de operaciones quintuplicó sus ganancias con operaciones de renta fija. Año a año el holding tuvo un explosivo crecimiento, que culminó con un 600 por ciento en el 2002. De acuerdo a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) a septiembre de 2003 Inverlink Corredores de Bolsa registraba utilidades por mil 363,3 millones de pesos frente a los 186,7 millones de 2001.
Monasterio llegó a ser el rey de un feudo económico. Con una AFP (Magister), una compañía de seguros (Le Mans), la corredora de bolsa Inverlink, una isapre (Vida Plena), una firma de factoring, tres administradoras de fondos mutuos (Profit, Millenium y Qualitas) y la clínica Las Lilas se jactaba de que sus inversiones ofrecían rentabilidades superiores a la competencia.
Poco más de un mes fue suficiente para que el imperio de Monasterio y su socio Ignacio Wulf Hitschfeld comenzara a evidenciar los primeros signos de desmoronamiento. El escándalo que se desató luego de que se conociera que otro socio, Enzo Bertinelli, recibía información privilegiada de parte de Pamela Andrada, la ex secretaria del presidente del Banco Central, Carlos Massad, bastó para que la imagen del holding se desplomara. Atrás quedaron los días en que Monasterio y Wulf donaban 100 millones de pesos a la Teletón. También quedó atrás el que sería el siguiente paso estratégico del grupo: formar un banco.
Eduardo Monasterio era la cara pública de Inverlink, pero su socio Ignacio Wulff poseía la misma participación accionaria (39 por ciento). El cuestionado Enzo Bertinelli tenía un 12 por ciento de las acciones del holding. Otro de los socios es Francisco Edwards Braun, era dueño del 6 por ciento de Inverlink a través de la Sociedad de Inversiones Ilihue. El ex superintendente Julio Bustamente y el ex ministro Alvaro García tenían participaciones del 2 por ciento cada uno que cancelaron mediante un juicio arbitral.
Los orígenes financieros de Monasterio surgieron en 1982, cuando como ejecutivo del Chase Manhattan Bank en Chile realizó algunas operaciones en dólares que llamaron la atención del Banco Central. Años después apostó a bajas tasas en papeles de largo plazo pero la repentina suspensión del poder comprador que tenía el Banco Central sobre estos instrumentos lo hizo perder mucho dinero. Molesto, fue hasta el edificio del instituto emisor a reclamar.
En 1988 Monasterio se vio involucrado en un escándalo, cuando se le vinculó con irregulares operaciones en monedas extranjeras. Por ello el Chase Manhattan Bank fue multado por la Superintendencia de Bancos por infracción a la ley del sector y por el Banco Central por transgredir las normas de cambios internacionales. Esto significó la salida de Monasterio del Chase Manhattan Bank.
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