El Banco del Sur, una aparente versión sudamericana del Banco Mundial, está teniendo problemas para despegar. La indiferencia de Brasil hacia el proyecto, en gran medida resultado del creciente rol de su propio banco de desarrollo, podría hundirlo por completo, comentó hoy el DF.cl.
En la misma forma que las naciones desarrolladas crearon el sistema Bretton Woods para gobernar las relaciones financieras internacionales, algunas economías en desarrollo ahora piensan que debiesen tener una mayor influencia sobre el orden económico mundial. En Sudamérica, líderes como Hugo Chávez de Venezuela han empujado la creación de instituciones que desafíen la influencia de entidades como el Banco Mundial y el FMI. Banco del Sur es la iniciativa que avanza en esta dirección. Después de que el parlamento de Argentina aprobara el proyecto en septiembre, sólo necesita la ratificación de un gobierno más para comenzar sus operaciones. Bolivia, Ecuador y Venezuela aprobaron la creación del banco previamente.
Pero Brasil, de gran peso regional política y económicamente, está expresando poco entusiasmo por el proyecto. No es sorprendente, entonces, que la iniciativa se haya estancando por un tiempo. La idea del Banco del Sur fue presentada primero en 2006 por Chávez, y un año después fue formalmente adoptada por Unasur, el cuerpo regional. Chávez, inspirado por la idea de la unidad bolivariana, ansiaba una poderosa institución capaz de superar al Banco Mundial y el FMI, pero las ambiciones del proyecto han sido moderadas con los años. Ahora, se espera que el Banco del Sur funcione como un banco de desarrollo que financie proyectos basados sobre criterios como sostenibilidad y sus beneficios para la sociedad.
Siete países potularon como miembros fundacionales del banco -Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela- con Brasil, Argentina y Venezuela poniendo la mayor parte de los fondos. Venezuela ha estado presionando por mayores transferencias, mientras Brasil ha sido acusado de presionar para desembolsar lo menos posible, dijo DF.cl.
Pareciera que poco del entusiasmo que el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva mostró por el banco persiste en su sucesora, Dilma Rousseff. Sin embargo, la mejor esperanza para los partidarios del plan es que, ya sea Paraguay o Uruguay estipulen la quinta aprobación legislativa requerida para el banco. Incluso entonces, una falta de respaldo de Brasil restringirá severamente las ambiciones del banco (esto es, su capacidad de préstamos).
Según DF.cl, el pragmatismo explica la indiferencia de Brasil. Su banco de desarrollo, BNDES ha estado creciendo en importancia como prestamista en los últimos años, y se espera que suscriba cerca de US$ 80.000 millones en préstamos este año.
El banco también está comenzando a financiar proyectos fuera de Brasil. De hecho, Brasil podría impulsar las actividades del BNDES en vez de apoyar al Banco del Sur, de ese modo mantiene total control de las decisiones de préstamos. Como se prevé actualmente, las decisiones del Banco del Sur serán hechas sobre la base de que cada miembro tendrá un voto, sin importar el tamaño de su contribución financiera. No es sorprendente, por tanto, que pequeños países como Ecuador den mayor apoyo al proyecto, según DF.cl.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario