¿Cómo serán las relaciones con Chile durante la segunda administración de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner? ¿Se producirá algún cambio de importancia en esta alianza, hasta ahora tan estrecha y fructífera?
Unos vínculos especialmente provechosos, en particular en el área de la seguridad y defensa, encuentran a la cabeza de los respectivos gobiernos a fuerzas disímiles: a la derecha en Chile (con una agenda interna compleja y sorpresiva) y en Argentina, la continuidad del kirchnerismo, que no se ha caracterizado por prestar atención a las relaciones internacionales.
Existe consenso que el cono sur presenta las mejores perspectivas de seguridad de América Latina. El litigio de Campo de Hielo Patagónico Sur, el último que quedaba entre Chile y Argentina, se encuentra acordado políticamente. El Tratado de Paz y Amistad de 1984 y el más reciente Tratado de Integración y Cooperación o de Maipú del 2009, constituyen el contexto de esta sólida relación.
Agenda bilateral
La agenda política bilateral es especialmente densa e involucra desde las más altas autoridades nacionales a las de tipo local, y ámbitos tan diversos como la conectividad, la integración física, energética y comercial. De este modo, la actual etapa ha sido caracterizada por analistas como de construcción de integración.
La agenda política bilateral es especialmente densa e involucra desde las más altas autoridades nacionales a las de tipo local, y ámbitos tan diversos como la conectividad, la integración física, energética y comercial. De este modo, la actual etapa ha sido caracterizada por analistas como de construcción de integración.
A nivel ministerial, al menos desde 1994 se desarrollan una serie de iniciativas de cooperación y fomento de la confianza mutua que han potenciado las relaciones. Desde 1997 se realizan reuniones del denominado "2+2", consistente en los encuentros de los Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de los dos países. Asimismo, desde 1995 se efectúan reuniones del Comité Permanente de Seguridad (COMPERSEG) instancia ejecutiva a nivel de Sub Secretarios de las carteras mencionadas.
Aunque el dinamismo cooperativo fue más marcado en los noventa, en los últimos diez años dos proyectos conjuntos dan cuenta del nivel de los procesos de cooperación desarrollados en el sector de la seguridad y la defensa. Para impulsar la transparencia, el 2001 se acordó un mecanismo para la medición del gasto de defensa, la Metodología Estandarizada Común, con la asesoría de la CEPAL. El otro proyecto fue la creación el 2005 de la Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur, que en agosto de este año, se puso a disposición de la ONU para ser empleada en las Operaciones de Paz. La actividad contó con la presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon.
Expresión reciente de estas relaciones fue el acto efectuado en Buenos Aires el 16 de agosto, fecha en la cual se conmemoró el 161 aniversario del fallecimiento del general José de San Martín, héroe nacional de Argentina y también de Chile. En la ocasión concurrió el ministro de Defensa chileno, Andrés Allamand (quien habría sido el gestor de la idea) y una delegación militar chilena que participó en un desfile conjunto, cuestión que al menos, no ocurría desde principios de los años 50. Los ministros Allamand y Arturo Puricelli también destacaron el rol de UNASUR como instancia de integración.
Factores que podrían detener el nivel de cooperación
¿Qué podría interponerse en la profundización de estos vínculos? ¿Se vislumbran intereses contrapuestos que podrían paralizar los niveles de cooperación?
¿Qué podría interponerse en la profundización de estos vínculos? ¿Se vislumbran intereses contrapuestos que podrían paralizar los niveles de cooperación?
Las políticas exteriores de ambos gobiernos tienen algunas diferencias, pero ninguna parece tan significativa como para transformarse en un problema. Las principales discrepancias se originan en una valoración diversa de los proyectos integracionistas, en particular con el MERCOSUR, cuestión que de alguna manera la administración Piñera comparte, entusiastamente eso sí, con sus antecesoras. También se distancian respecto a la relación con Estados Unidos, donde el kirchnerismo es más crítico a la injerencia del país del norte. La alianza estratégica de Argentina con Brasil se ve profundizada (a pesar de los conflictos comerciales) por la sintonía política con Dilma Rousseff.
Piñera tiene un panorama complejo en la región, rodeado de gobiernos de distintas tonalidades de izquierda, lo que complica la implementación de una política internacional más representativa de una coalición de derechas. Como ocurre en otras latitudes, en Chile el fenómeno del peronismo no se entiende ni concita mayores simpatías; las fuerzas de la derecha chilena son la mejor expresión de ello. Cristina Fernández evidentemente tenía mayor afinidad (hasta complicidad) con las administraciones concertacionistas, en particular con la de Michelle Bachelet (2006-2010).
Proceso de UNASUR
Por lo tanto, se perciben distintas sensibilidades entre las dos jefaturas de estado. El mayor compromiso argentino con el proceso de UNASUR da cuenta del aserto. Por ejemplo, Argentina ofreció y concretó en Buenos Aires el Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (CEED), inaugurado en mayo de este año, iniciativa del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS). La administración chilena ha cumplido con lo mínimo (envió a dos representantes al CEED) pero no se ha hecho cargo de ninguna nueva línea de trabajo del CDS.
Por lo tanto, se perciben distintas sensibilidades entre las dos jefaturas de estado. El mayor compromiso argentino con el proceso de UNASUR da cuenta del aserto. Por ejemplo, Argentina ofreció y concretó en Buenos Aires el Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (CEED), inaugurado en mayo de este año, iniciativa del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS). La administración chilena ha cumplido con lo mínimo (envió a dos representantes al CEED) pero no se ha hecho cargo de ninguna nueva línea de trabajo del CDS.
Otro ámbito donde se producen disonancias es el referido a las inversiones en sistemas de armas. Argentina prácticamente ha congelado las compras en los últimos años, mientras que Chile mantiene un nivel de adquisiciones especialmente activo. Sin duda el excelente nivel de los vínculos en defensa tranquiliza a las autoridades argentinas, aunque desnuda discrepancias, tanto sobre las inversiones en el sector, como en relación a las planificaciones de sus sistemas de defensa. Lo paradójico es que lo anterior no invalida la cooperación en el rubro; se han firmado contratos que involucran la construcción y reparación de plataformas en forma recíproca.
El reclamo de soberanía de las Islas Malvinas por parte de Argentina resulta uno de los temas más complejo. Durante la primera administración de Fernández se produjeron algunos incidentes con el Reino Unido, el último se inició con las exploraciones petroleras de empresas británicas en las aguas del archipiélago (febrero 2010). El tema podría ser motivo de fricciones, no obstante la cancillería chilena ha tenido la sensibilidad para jugar un rol destacado en el Comité de Desconolonización de la ONU, al promover una declaración que insta al Reino Unido a negociar con Argentina.
Postulamos que existe una alta probabilidad de que durante la nueva presidencia de Cristina Fernández (diciembre 2011 - diciembre 2015), los lazos con Chile continúen en el excelente nivel en que se encuentran. De escasa probabilidad de ocurrencia parece el escenario de deterioro de las relaciones durante la gestión del Presidente Piñera, que concluye en marzo 2014. También está la posibilidad, poco probable, de la mejoría de estos lazos. La falta de sintonía política fina entre ambos gobiernos, explica que no se insinúe tal escenario como de mayor probabilidad en el ámbito de la seguridad y la defensa.
(*) Es Licenciado en Historia en la Universidad Católica y Magister en Ciencias Militares. Ex asesor del Ministerio de Defensa de Chile. Revista Ateneo de España.
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