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Quien no recuerda los asados que se hacían en la mitad de un pasaje para celebrar un acontecimiento importante o la complicidad entre los vecinos para ayudarse en distintas cosas de la vida cotidiana, como por ejemplo prestarse el teléfono, la taza de harina que se olvidó comprar en el supermercado o cuidar una "horita" a los hijos de la vecina, por el surgimiento de una pequeña emergencia. Todos los niños de los vecinos se juntaban a jugar y estaban tardes enteras afuera inventando juegos creativos para pasar el rato. Había mucho más vida de barrio y las cosas materiales se compartían, ya que tener un televisor en la época de los 80 era un lujo y las familias que contaban con uno, lo compartían entre todos.
En esa época había consideración por el otro y un compromiso con la persona que estaba al frente. Las familias eran mucho más numerosas y la mayoría vivía en comunidad, es decir varias generaciones en un mismo hogar, por lo que el apoyo era mucho más evidente.
Hoy en día, la vida en Chile ha cambiado, la competencia es altísima y no hay tiempo para compartir con los vecinos. Cada uno está en lo suyo y Santiago se está llenando de torres de edificios super impersonales, donde nadie conoce a nadie y la colaboración entre los vecinos es prácticamente inexistente.
Un artículo en la Tercera del 5 de noviembre menciona un estudio de la universidad de Sussex de Inglaterra, donde se revela que nos hemos convertido en el segundo país más individualista del mundo después de Estados Unidos.
Hoy ya no hay contacto con los vecinos, ya que “no es necesario”, debido a que el desarrollo tecnológico y el consumo han facilitado la adquisición de bienes materiales, lo que ha causado el alejamiento de los diferentes grupos sociales. La gente piensa que ya no es necesario este contacto con el otro, ya que con cuotas a largo plazo, se puede satisfacer todas las necesidades, sin tener que pedirle ayuda a nadie, pero con este individualismo se ha perdido mucho más que dejar de compartir los bienes materiales. La gente ya no cuenta con el apoyo, la comunicación, los intercambios de opiniones que había antes. Incluso la empatía es un concepto que se ha desarrollado muy poco en el último tiempo y eso ha traído a las personas más estrés, angustia y soledad entre otros males que son tan típicos en la década que estamos viviendo.
¿Pero por qué ha cambiado tanto la sociedad en ese aspecto? ¿Cómo nos hemos transformado de ser un país tan cooperador y preocupado por el otro, en el segundo país más individualista del mundo?
Los sociologos y psicólogos sociales ya han reflexionado mucho acerca de las causa de esta transformación y razones hay muchas. Primero que nada en la década de los 80 se posibilitó la adquisición de bienes materiales y a la gente le empezó a gustar más la diferenciación con el otro que el apoyo y la comprensión de antes. Un buen ejemplo es el teléfono. Antiguamente el teléfono existía solo en algunas familias y todos los vecinos sabían quienes contaban con ese aparato, por lo que todos recurrían a esa familia para poder realizar llamadas de emergencias. Incluso se les daba ese número teléfonico a los amigos y familiares, para poder ser ubicado con facilidad en caso necesario.
Todo esto fue cambiando con el tiempo, el teléfono fue apareciendo en todas las familias y hoy en día casi cada uno de sus miembro cuenta incluso con un celular, donde pueden ser ubicados (Chile superó la cuota de 17 millones de usuarios de telefonía celular), por lo que el teléfono común de la casa, es decir la red fija, quedó prácticamente obsoleto. Eso lleva a que muchas veces los padres desconocen las amistades de sus hijos, porque esos amigos ya no llaman a la casa para comunicarse con ellos, sino que los ubican directamente en el celular, todo esto ha llevado a un enfriamiento de las relaciones humanas.
Esa apertura al consumismo, ha surgido en parte por la estabilidad económica y el crecimiento que ha experimentado nuestro país en los últimos años, como dice Noelia Zunino en diario de La Tercera.
Como sigue manifestando esta misma autora, la democracia que hemos experimentado en las últimas décadas en nuestro país, también ha contribuido a fomentar el individualismo, ya que en una sociedad con democracia hay más autonomía y la gente puede vivir la vida como quiere y así diferenciarse de los otros.
Finalmente es importante mencionar, que es muy positivo querer diferenciarse del otro, pero todo en su justa medida y es importante tratar de no llegar al individualismo extremo que muchas veces es el causante de muchas de las enfermedades psicológicas que estamos viviendo en el último tiempo.
Excelente reportaje y me llegó el tema de que los amigos de nuestros hijos los llaman al celular, por ende no sabemos ni conocemos a muchos de sus amigos. Si bien comparto que somos mas individualistas creo que un gran factor es que "ya no necesitamos a los vecinos para comunicarnos", con el internet ( sky, facebook, gmail y otras yerbas ) estamos conectados "face to face" con la familia o amigos a cada momento. Antiguamente para comunicarme con un familiar fuera de Santiago o en extranjero se daba una vez al año por lo caro de las comunicaciones, ahora decimos : "para que voy a hablar con mi vecinos que apenas lo conozco si puedo hablar con mi hermano que está en Londres por sky", fuerte pero cierto ..... gracias por estos reportajes que son bastantes educativos ...
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