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viernes, 15 de julio de 2011

Venezuela: Chávez, la lucha interna

Por Mirko Lauer

Desde un primer momento Hugo Chávez ha venido soltando las noticias sobre su salud con cuentagotas. Ahora la imagen ya parece bastante completa: un cáncer que va a exigir quimioterapia o radiaciones, o ambas cosas. Con recursos a mano, este tipo de situación ya no es una automática condena a muerte, pero sí puede ser un considerable escollo político.

Por lo pronto el presidente venezolano ha comenzado a delegar algunas funciones importantes, obligado por los efectos del tratamiento que se inicia, y que no puede durar menos que algunos meses. Empieza a depender, pues, mucho más que antes de las lealtades de su entorno, y a perder la imagen de omnipotencia que le ha conseguido tantos triunfos.

No es una situación única, y los casos varían. Dilma Rousseff de Brasil y Fernando Lugo de Paraguay han superado episodios de cáncer linfático, y allí están gobernando. El mal de Fidel Castro, aún no explicado del todo al mundo pero claramente vinculado con su edad, lo obligó a dimitir pero no a abandonar la esfera del poder.

Lo que le da al predicamento de Chávez un sesgo particular es el clima de caudillismo sin reemplazo en que se desenvuelve la política venezolana. Tanto así que siguió gobernando a distancia desde un hospital cubano, y a nadie en el gobierno se expresó a favor de la posibilidad de un reemplazo transitorio.

Lo cual es un problema, pues no importa cuán bien librado salga Chávez de su enfermedad, incluso si se cura lo suficiente como para candidatear el próximo año y ganar, la institucionalización del chavismo será un tema central en la agenda política. Lo cual inevitablemente incluye la sucesión en previsión de una recaída de su salud.

Por regla general los caudillos no se dedican a entrenar sucesores, y Chávez no ha sido la excepción. En estos días los analistas convencidos de que una pugna por el poder ya ha comenzado dentro del chavismo sin embargo no mencionan nombres. ¿No los conocen o no quieren afectar las posibilidades de reemplazos en la sombra?

La salud no es el único problema de Chávez en estos días. También hay 24% de inflación, frecuentes apagones, y una erosión de parte de lo ganado por los sectores populares en las fases anteriores del chavismo. Hasta aquí el carisma del presidente ha sido clave para evitar que los problemas se conviertan en una crisis seria.

El tiempo parece corto para que los opositores aprovechen la situación y coloquen un candidato capaz de derrotar a Chávez, incluso a un Chávez debilitado. Por su parte el chavismo no parece tener una figura de reemplazo para un eventual retiro del caudillo. La situación está en un tenso compás de espera.
 
(*) Diario La República de Perú

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