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miércoles, 7 de marzo de 2012

PUNTOS DE VISTA: EL CASO PAULMANN COMO PRODUCTO CHILENO DE EXPORTACIÓN

El rechazo del empresario chileno-alemán Horst Paulmann como orador principal de la Grimm-Mahl del Club de Leones de la ciudad alemana de Kassel, en febrero pasado, ha abierto en Chile una serie de artículos y comentarios que han revelado el pasado nazi del padre del hoy dueño de CENCOSUD, los contactos que habría tenido en Chile con la siniestra Colonia Dignidad dirigida por el pedófilo alemán Paul Schaefer, y los supuestos incumplimientos de los derechos laborales en las firmas comerciales que él comanda.

El punto de partida de esta serie lo dio el diario electrónico El Mostrador el 20 de febrero pasado, luego siguió el blogg Tintapensante del periodista Gabriel Sanhueza (también columnista de Krohne Archiv), quien aportó otros antecedentes del empresario alemán y finalmente el académico Gonzalo Bustamante criticó a la élite económica en un artículo publicado ayer también en El Mostrador,  titulado "Paulmann y el pecado de la elite económica: la sombra de Pinochet".

24 de Febrero de 2012: Diario electrónico El Mostrador (Chile):

Por primera vez en 16 años - Cena en Alemania en que Paulmann sería orador fue suspendida por presión de la prensa y críticas al empresario.
Por Claudia Urquieta Ch.

La Cena Anual “Hermanos Grimm” del Club de Leones de Kassel, ciudad natal del dueño de Cencosud, fue suspendida a última hora “por razones de seguridad”. Paulmann fue invitado para relatar su éxito empresarial, lo que causó críticas dentro del propio club que fueron escalando hasta académicos y estudiantes, quienes prepararon lienzos y volantes para recibir a los invitados al evento. Esta mañana importantes diarios a nivel nacional publicaron artículos con serios cuestionamientos a los vínculos del empresario con Colonia Dignidad y su apoyo a Augusto Pinochet.

La mañana del viernes varios medios alemanes publicaban artículos sobre Horst Paulmann. La prensa no fue amable con el chileno alemán.

Es el caso del diario Süddeutsche Zeitung, que es el medio impreso serio más leído en Alemania, de tendencia progresista y socialdemócrata, que titulaba un artículo sobre el empresario como “Der Profiteur”, que se traduce como “El Aprovechador”.

La nota hacía referencia a la cercanía de Paulmann con Augusto Pinochet y sus vínculos con Colonia Dignidad, así como prácticas antisindicales en sus empresas. Otro reportaje en un tono similar publicaba el diario TAZ; que también es bastante leído en Alemania y que titulaba “Der umstrittene Herr Paulmann” (“El Controvertido Señor Paulmann”).

O el sitio America21, que destacaba “Kritik and Deutsch-Chilenen Paulmann spitz sich zu”. (“Críticas contra el chileno alemán Paulmann se agudizan”).

Los medios Süddeutsche Zeitung y America21 citaban a El Mostrador por el reportaje sobre el pasado nazi del padre del empresario que ocultó por décadas.

El inusitado interés en el segundo hombre más rico de Chile y sexto en Alemania según la revista Forbes, respondía al revuelo causado por la invitación que el Club de Leones de Kassel, su ciudad natal, le había hecho para la importante cena anual “Hermanos Grimm”. El dueño de Cencosud sería el orador estrella en el evento que se celebraría este viernes en la noche, donde relataría su historia de éxitos empresariales.

Pero las fuertes críticas de la prensa sumada al rechazo de académicos y estudiantes, que tenían preparada una “bienvenida” para el empresario afuera del hotel Gude, donde se realizaría la cena, obligaron a cambiar los planes.

Fue así como la cena anual “Hermanos Grimm” fue suspendida por primera vez en su historia. El club, que existe desde 1970, celebra religiosamente este encuentro desde 1997, invitando siempre a un orador diferente.

Según los organizadores de la cena, el motivo de la suspensión fueron razones de seguridad.

Bola de nieve

Pero la controversia que generó la invitación a Paulmann por parte del Club de Leones, cuyo vicepresidente es el ex ministro de Finanzas, Hans Eichel, tal como lo consignó este medio venía desde hace varias semanas.

Así lo publicaba la prensa local. Específicamente, el diario HNA, que relataba que en el tradicional club se habían levantado críticas, porque se acusaba a Paulmann de haber estado vinculado a Colonia Dignidad y de haber respaldado la dictadura de Augusto Pinochet, período en que amasó parte de su enorme fortuna.

Incluso, de acuerdo a ese medio, hubo miembros que cancelaron su asistencia. Aunque el tema no quedó ahí. Esta semana un grupo de cinco académicos de la Universidad de Kassel emitió un comunicado de prensa criticando duramente la elección de Paulmann como orador.

Según señalaba el profesor Christoph Scherrer: “Cencosud ha estado en el debate a través de escándalos, que representan una vulneración de las normas laborales fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo. Han sido encerrados trabajadores en la cadena de supermercados Santa Isabel durante la noche para evitar robos. Además, no se imagina que los hermanos Grimm, que abogaban por la libertad académica y política, hubieran invitado a Paulmann a esta cena”.

También criticaban duramente la relación de Cencosud con Colonia Dignidad: a mediados de los ’90 Paulmann puso a la venta en su cadena de supermercados Jumbo productos elaborados en el enclave alemán junto a un video promocional, razón por la cual el ex senador Jaime Naranjo votó en contra de su nacionalización por gracia en 2006.

Por su parte, el investigador del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamerica (FDCL) de Berlín, Jan Stehle, señala: “la opinión pública alemana está muy sensibilizada respecto de las violaciones de derechos humanos ocurridas durante la dictadura chilena y especialmente del oscuro capítulo chileno-alemán, Colonia Dignidad. Horst Paulmann según la prensa local de Kassel afirma nunca haber visitado Colonia Dignidad. Durante el debate sobre la invitación a Horst Paulmann por el Club de Leones de Kassel varias víctimas de Colonia Dignidad se han acercado para relatar que ellos mismos vieron al empresario en la Colonia”.

A estos temas se sumó el hecho que el empresario contó una historia distinta sobre los verdaderos motivos que lo llevaron a él y su familia a cambiar de país en 1948 e instalarse en Chile. La versión oficial, que incluso fue recogida en el Congreso cuando se le dio la nacionalización por gracia a él y luego a su hermano Jürgen, fue que su padre era un doctor en leyes, juez, notario soldado de la Wermarcht —Fuerzas Armadas—, que fue hecho prisionero de guerra. Razón por la cual la familia se habría refugiado en Italia. Pero había grandes omisiones. La más importante: el padre del impulsor de Costanera Center, era juez principal y jefe de la oficina central de los tribunales de la SS y de la Policía en Kassel, motivo real que obligó al clan a dejar el país tal como publicó El Mostrador.

Esta historia no era desconocida en Alemania y tampoco se culpa a Paulmann por lo que haya hecho su padre, pero los académicos criticaron que no haya sido sincero.

Armados de lienzos

El fallecido jefe de Colonia
 Dignidad, Paul Schäfer
El jueves en la noche los profesores de la Universidad de Kassel que decidieron hacerle la estadía a "cuadritos" a Paulmann presentaron una película sobre Colonia Dignidad y entregaron información sobre los vínculos con el enclave del empresario.

Después del evento algunos estudiantes y habitantes de la ciudad se juntaron para preparar una recepción para los invitados de la cena.

Allí prepararon pedazos de pan para ofrecer a los invitados antes de que entraran al hotel Gude, donde iba tener lugar la cena. Encima de los pedazos de pan había pequeñas notas que informaban sobre las diferentes violaciones de derechos humanos y laborales que le achacan a Paulmann y Cencosud.

También se hizo hincapié en su relación con Colonia Dignidad y en el hecho de que asistiera al funeral de Pinochet, así como violaciones de derechos laborales y evasión de impuestos.

Esto iba acompañado de una pancarta con la pregunta: “¿En buena compañía?” y un volante criticando al dueño del Jumbo. Allí se pedía a los invitados que dejaran el restaurante cuando Paulmann empezara su discurso.

domingo 26 de febrero de 2012

¿ADIVINA QUIEN VIENE A CENAR A KASSEL?
 Por Gabriel Sanhueza Suárez

Con el discurso hecho… y quizás hasta con los crespos, se quedó el comerciante chileno-alemán Horst Paulmann, quién era el principal orador en la cena anual “Hermanos Grimm” del Club de Leones de Kassel, que debía realizarse el pasado viernes 24 de febrero.

A horas de su realización, la cena se suspendió. Oficialmente por razones de seguridad. La verdad es que fue por el repudio transversal que despertó la invitación de tan controvertido personaje.

Académicos y estudiantes, así como periodistas y medios de comunicación encontraron éticamente inaceptable esa invitación. Primero, porque Paulmann durante años fue socio comercial de la Colonia Dignidad. Una secta internacionalmente conocida por los abusos sexuales cometidos a los niños y por ser un lugar de tortura durante la dictadura de Pinochet.

Paulmann vendía en sus supermercados el pan, la miel y los productos provenientes de la Colonia, sin ningún tipo de escrúpulos.

Segundo, por las prácticas laborales de Cencosud, el imperio de Paulmann, que llegan incluso a encerrar por la noche a los trabajadores de los supermercados Santa Isabel, para impedir posibles robos; u obligan a las cajeras a usar pañales para que no necesiten ir al baño durante la jornada de trabajo.

Protesta estudiantil contra Paulmann
en Kassel
En Kassel se supo todo. Los estudiantes averiguaron que Paulmann, nacido en esa ciudad, era hijo de Werner Paulmann, miembro de las SS y presidente del Tribunal Correccional de Kassel. Obviamente que el hijo no tiene la culpa del pasado nazi de su progenitor, pero es feo que siempre lo haya ocultado inventando otras historias.

Los medios germanos recordaron las alabanzas de Paulmann al dictador Pinochet, a cuyo entierro acudió profundamente conmovido. Se volvió a reproducir una entrevista con el Süddeutsche Zeitung, uno de los diarios más importantes, donde el comerciante dice “Habría que hacerle un monumento a Pinochet porque les dejó las manos libres a los Chicago Boys”.

Un día antes de la frustrada cena se dio a conocer la última de Cencosud, que aún es investigada por la justicia chilena: ingresar a Chile, después del terremoto del 27 F, alimentos y declararlos como ayuda de emergencia para eludir impuestos y derechos de aduana. La mercadería fue finalmente vendida en los supermercados de Paulmann procurándole ganancias millonarias.

Todo este historial puso en tela de juicio no sólo la integridad moral de Paulmann, sino también su actuar comercial. Era imposible que los “Hermanos Grimm” mantuvieran la invitación a su cena anual, cuando se trata de un grupo comprometido con la libertad política y de pensamiento.

Un ejemplo para los parlamentarios chilenos, que graciosamente le concedieron la nacionalidad a este controvertido personaje, con el auspicio entusiasta de su amigo, el ex presidente Lagos.

martes, 6 de marzo
Paulmann y el pecado de la elite económica: la sombra de Pinochet
Por Gonzalo Bustamante
Profesor Escuela de Gobierno Universidad Adolfo Ibáñez

Si por el “título de empresario” se entiende crear riqueza y no sólo heredarla, pocos en nuestro país lo merecen como Horst Paulmann. Su fortuna no es fruto ni de la suerte histórico-social ni de la cercanía al poder político. Es de esos casos que recuerdan las historias legendarias del “sueño americano”.

Si es así, ¿cómo entender el rechazo generado en Alemania al honor que se le concedió de ser el orador principal de la Grimm-Mahl organizada por el club de Leones? Como informase El Mostrador esto llevó a la inédita suspensión de la cena-homenaje. Primera vez en su historia. Hay que tener presente que es una nación donde ser homenajeado por las sociedades que recuerdan a sus grandes figuras de la cultura, como los hermanos Grimm, es más significativo que premio alguno de cualquier confederación empresarial. No era una instancia cualquiera.

Vamos por parte. Lo primero, sería suponer que la revelación de que su padre fue un alto administrativo nazi se encontraría en la base de la polémica. De ser así, sería incomprensible. No sólo por lo absurdo de hacer extensiva a los hijos los defectos o virtudes de sus progenitores sino porque además, como es obvio, la casi totalidad de las grandes empresas alemanas estuvieron de una u otra forma ligadas al régimen nazi.

Es más, lo estuvieron empresas francesas, bancos suizos y suecos, empresas norteamericanas, británicas, etc. Sin una red internacional extensa hubiese sido imposible el desarrollo de la industria, el financiamiento y el esfuerzo bélico desplegado por la Alemania nazi. Otros como el modisto Hugo Boss se dedicaron a diseñar los uniformes de la SS de Himmler y así llegar a ser una marca “cool”.

Bastó que el empresario del elefantito hubiese vendido galletas y kuchenes de Colonia Dignidad y el haber asistido a los funerales de Pinochet, para que su indiscutible mérito empresarial, que le valió ser condecorado con la Orden de Mayo por Néstor Kirchner y que Ricardo Lagos promoviera su nacionalidad por gracia, pasara al olvido.

Lo segundo sería suponer que se debe a las situaciones laborales de sus empresas. Tampoco parecería muy razonable. Los temas de injusticia laboral que se le pueden imputar afectan al retail a nivel mundial. En ese caso esas quejas deberían hacerse extensivas a H&M, Ikea, Walmart y los supermercados alemanes Aldi, entre muchos otros. Todos ellos, más de alguna vez, han estado envueltos en acusaciones de prácticas seriamente reñidas con los derechos laborales. Por cierto, lo generalizado de estas prácticas no las hacen justificables ni menos reprochables, sólo muestran que es un sector en el cual se da de modo más extendido que en otros.

¿Qué lo explica entonces? Algo que una parte importante de nuestra elite empresarial aún no comprende: la sombra de Pinochet.

La retórica normativa del mundo democrático desarrollado, ese al cual aspiramos integrar, deja fuera la posibilidad de validar situaciones de violaciones a los derechos humanos y regímenes de tipo dictatorial. Por ejemplo, las reformas económicas de la Dictadura o los logros industriales y de infraestructura del Apartheid, de modo alguno son elementos que contrapesen el carácter antitético de esos gobiernos respecto de lo que se consideran valores fundamentales en esas sociedades. Por eso, para esa sensibilidad, frases del tipo “hubieron sus lados oscuros y grises, la historia juzgará” o “se avanzó mucho en lo económico, aunque también existieron situaciones no deseables”, son incomprensibles.

A lo anterior, se suma la imagen de Salvador Allende. Era internacionalmente respetado ya antes del golpe. Éste la acrecentó. La ignorancia de nuestra derecha económica y política sobre éste factor, no les permitió, hasta el día de hoy, dimensionar el nivel de rechazo que generó su derrocamiento. Se evaluó como el término violento de un intento serio por buscar una vía democrática al socialismo. La figura de Allende, en imaginarios colectivos como el europeo, se acerca a un Olof Palme, no es la de guerrillero alguno.

En esas sociedades, parece inadmisible el ser “partidario del 11, pero no del 12”. Ese consenso de la Europa desarrollada es de derecha a izquierda. Sus únicas excepciones son la extrema derecha anti-sistémica y algunos grupos del conservadurismo británico.

Por eso, bastó que el empresario del elefantito hubiese vendido galletas y kuchenes de Colonia Dignidad y el haber asistido a los funerales de Pinochet, para que su indiscutible mérito empresarial, que le valió ser condecorado con la Orden de Mayo por Néstor Kirchner y que Ricardo Lagos promoviera su nacionalidad por gracia, pasara al olvido.

La protesta contra Paulmann, más que contra una persona en particular, puede ser leída como el rechazo transversal en el mundo culto europeo de lo que significa una elite económica que no sólo apoyó una dictadura, sino que ayudó a generar las condiciones para su surgimiento y que décadas después continúa considerando alabable lo obrado bajo ese período.

El que se hubiese unido el significado de esa elite con patrimonios culturales como el representado por los hermanos Grimm, para muchos sectores fue intolerable.

Parte importante de nuestra elite es global sólo para exportar y veranear, pero provinciana en su acercamiento a los cánones normativos que rigen el mundo democrático.


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