kradiario.cl

miércoles, 28 de marzo de 2012

EL CASO ZAMUDIO DEJA UNA GRAN FRUSTRACIÓN SOCIAL

Por Walter Krohne

El caso de Daniel Zamudio, el joven que fue golpeado brutalmente por su condición de homosexual por una banda neonazi, ha dado la vuelta al mundo y con razón.

La tolerancia en Chile frente a quienes piensan diferente o elijen un camino sexual de acuerdo a su propio desarrollo y sentimientos, no existe.

Las autoridades centrales han criticado a quienes retrasaron la aprobación de la Ley Antidiscriminación, que comprendería un aumento considerable de las penas. Sin embargo este salvajismo que llevan en sus mentes algunos elementos de nuestra sociedad, que los hacen actuar con mucha cobardía  y como verdaderos animales en parques o sitios aislados, no se cambiará con una Ley.

Lo que se necesita en Chile es un cambio de mentalidad, una "mentalidad educativa" que debe comenzar a formarse en los niños. Hay que combatir desde las raíces la violencia y ofrecer a cambio caminos pacíficos o debates abiertos para dirimir las diferencias entre unos y otros y no resolver todo a golpes brutales, como lo muestra el caso Zamudio. Los ojos en este sentido deberían estar también muy atentos y dirigidos a lo que pasa en la televisión, donde cada noche se exiben a lo menos una decena de filmes llenos de nuevas técnicas de violencia,  que muy pronto comienzan a ser aplicadas en Chile.
.
Desde el 3 de marzo, Daniel luchó por su vida en una cama de la Asistencia Pública, donde ingresó en estado calamitoso o demasiado crítico. Ayer no pudo más y dejó de existir pasadas las 19 horas.
.
Su vida fue un martirio permanente y sólo por su condición de homosexual, lo más reñido con  una sociedad moderna como cree ser la chilena, demuestra nuevamente que aquí el ser humano es muy poco o no respetado. Observemos solamente lo que ocurre en los colegios y liceos, el llamado bullyng o matonaje escolar, que comienza cuando los niños recién ingresan a una escuela, donde muchos de ellos se ven enfrentados a una violencia inusual que los marca para toda la vida.

Pero la violencia no termina en la escuela o en la vía publica o en un parque como sucedió con Zamudio, está en todos lados. La sentimos también en los continuos asaltos a viviendas o departamentos, especialmente en los barrios más acomodados de Santiago, donde dueñas de casa y nanas son violadas por igual, sin perdón, dejando una estela de gran frustración y deseos de venganza. Lo mismo ocurre en las poblaciones pobres, donde hay mujeres que ya ni siquiera ponen resistencia ante una nueva violación.
.
Es decir la violencia se trasmite como un reguero de pólvora por todas las ciudades y comunas. Para cualquier lugar que miremos nos encontraremos con actos de violencia. Solamente revisemos las manifestaciones callejeras orientadas a presionar para que se hagan los cambios que Chile necesita, las que rápidamente se convierten en luchas campales que responden también a la violencia desproporcionada del otro lado aplicada por la policía uniformada.

Ciertamente es también el mismo Gobierno el que fomenta parte de la violencia y lo demostró en Aysén donde se enviaron carros lanzaagua, varios vehículos mayores, armas defensivas, gases lacrimógenos y un numeroso contingente que terminó con las manifestaciones pacíficas que se habían realizado en las primeras semanas del conflicto. Los aiseninos es gente de paz que sólo quiere que se le escuche, se le tome en cuenta y se dialogue con ellos en un ambiente de justicia social. No era necesario lanzar tantas bombas lacrímogenas ni hacer tantos disparos.
.
Los cuatro imputados en el caso Zamudio: Raúl Alfonso López Fuentes (25), Alejandro Axel Angulo Tapia (26), Patricio Iván Ahumada Garay (25) y Fabián Alexis Mora Mora (19), deben ser condenados a la pena máxima y de por vida, en un juicio ampliamente difundido para que otros jóvenes también con sus mentes distorsionadas sepan lo que les puede pasar por golpear a un inocente hasta la muerte.

2 comentarios:

  1. Todo redunda en lo mismo: la importancia de una educación de calidad! Si el país fuera capaz de otorgar una enseñanza igualitaria, con valores de respeto e igualdad la violencia seria mucho menos... no son las penas carcelarias que hay que modificar, sino mejorar la educación de nuestro país!!

    ResponderBorrar
  2. Si, eso es lo que deja este asesinato horrible,frustración y mucha impotencia,¿ que sociedad estamos dejando a nuestros hijos y nietos? Creo las autoridades deben hacer un mea culpa y tomar la excesiva violencia en todos los ambitos, mas en serio.

    ResponderBorrar