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martes, 27 de marzo de 2012

TODOS LOS SERES HUMANOS NACEN LIBRES E IGUALES...PERO

La muerte de Abel, pintura del siglo XV
Por Gabriel Sanhueza Suárez

"Ya no sabemos a quien debemos respetar y a quién no. En este sentido nos hemos convertido todos en bárbaros. Por naturaleza somos todos iguales, bárbaros o griegos. Esto se deduce de lo que es intrínsecamente necesario para todas las personas. Todos respiramos por la boca y la nariz y todos comemos con las manos" (Antífona de la verdad. Siglo V. a.C.)

Un niño, Trayvon Martin fue asesinado hace un mes en Florida, Estados Unidos, cuando caminaba en una zona residencial completamente desarmado.

Antes de acabar con la vida del joven de 17 años, Georges Zimmerman su asesino, había llamado a la policía y le informó que “un negro caminaba con algo en las manos y actuaba de manera sospechosa”.

Posteriormente, se supo que lo que portaba era un teléfono, una bebida de té y un paquete de golosinas.

Zimmerman, de 28 años, alegó defensa propia y aún permanece en libertad sin cargos.

En Chile, un joven de 24 años, Daniel Zamudio se encuentra al borde de la muerte. El joven homosexual fue brutalmente agredido, le arrancaron parte de una oreja, le marcaron el cuerpo con símbolos nazis y le dejaron caer en varias oportunidades una gran piedra sobre su estómago y también sobre sus piernas e hicieron palanca en una de ellas hasta que sus huesos sonaron y la fracturaron.

Dos neonazis, un fanático de los animés y un imitador de Michael Jackson, con antecedentes xenófobos están detenidos por la agresión.

En el mito de Caín y Abel, el primero se dedicó a la agricultura mientras que su hermano menor fue pastor. Por celos Caín mató a su hermano. ¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano? le dijo a Dios cuando éste le interroga por el paradero de Abel. Dios sabiendo lo que había ocurrido, lo castiga condenándolo a vagar por la tierra, o sea lo transforma en migrante.

Hans Magnus Enzensberger, poeta y periodista alemán, en un ensayo increíble “La gran migración” lee en el mito el conflicto permanente entre los pueblos sedentarios y los nómades, conflicto que termina con el primer asesinato de la historia. Todos somos, a veces, nómades y otras sedentarios.

Que necesario es reflexionar en nuestro país, y en los Estados Unidos y en Europa sobre el fenómeno de las migraciones, el racismo, la xenofobia, la homofobia que nos envenena. ¿Por qué son tantos los que se ven amenazados por un ser diferente: el peruano, el negro, el mapuche, la nana, el homosexual, la lesbiana?

¿Por qué ese miedo irracional, cuando su existencia como tal no está en peligro y, por el contrario, la diversidad de la vida humana, su riqueza incluso puede resultar decisiva para el afianzamiento, la prolongación y la sustentabilidad de nuestras sociedades.



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