Quedó claro ahora que el ex ministro del Interior y de Defensa del Presidente Salvador Allende, José Toha González, fue asesinado en el Hospital Militar de Santiago tras morir como consecuencia de "una asfixia mecánica por compresión extrínseca activa del cuello del tipo estrangulamiento por lazo".
Así concluyó el tanatólogo Germán Tapia en la autopsia que realizó en los restos del ex ministro exhumados en el Cementerio General de Santiago el 9 de diciembre de 2010.
En el documento, al que tuvo acceso el diario El Mercurio, se señala que la muerte de Toha fue violenta y "ocasionada por terceras personas".
El Servicio Médico Legal (SML) concluyó que la muerte del ex ministro, quien fue encontrado colgado en un clóset de la habitación 303 del ex Hospital Militar el 15 de marzo de 1974, no se produjo por un suicidio, como lo determinó la primera autopsia.
La forma en que falleció el ex ministro, según establece el informe, es calificada "como una muerte violenta compatible con el tipo homicida, entendida ésta como aquella ajena a la voluntad de la víctima y ocasionada por terceras personas". El tanatólogo Germán Tapia revisó bibliografía especializada sobre las fracturas que presenta el esqueleto laríngeo de la víctima y en concordancia con las lesiones cervicales descritas en el protocolo de autopsia.
El perito declaró que el estado de desnutrición de Tohá -no da cuenta de lesiones o de alguna enfermedad orgánica que lo explique- "y la consecuente debilidad que dicho estado genera en una persona, permite inferir que la víctima con dificultad habría podido impedir u ofrecer resistencia frente a una agresión física contra su integridad corporal".
Sobre si se habría podido impedir la muerte del ex ministro "con socorros oportunos y eficaces", se concluye que "la muerte de la víctima se habría podido evitar en la medida que la agresión física no se hubiera concretado".
Al momento de su muerte, José Tohá estaba como prisionero de guerra en el Hospital Militar desde el 1 de febrero de 1974, por presentar "una neurosis depresiva y colon irritable". Antes permaneció detenido en la isla Dawson, en el extremo sur de Chile.
Su viuda, Moy de Tohá (foto izquierda), aseguró ayer que aún no ha tenido acceso al informe, que lo revisará el lunes, pero que según pudo conversar con el ministro Jorge Zepeda era "muy esperanzador" en orden a demostrar el asesinato.
El magistrado aún espera otra pericia forense, que encargó a la Universidad de Chile, para contrastar conclusiones y eventualmente ordenar nuevas diligencias.
Uno de los elementos claves que tuvo la Corte de Apelaciones de Santiago para reabrir el 30 de agosto pasado el juicio por la muerte del abogado y periodista José Tohá fue un estudio del perito forense Luis Ravanal, que determinó que el ex ministro del Interior y Defensa de Salvador Allende no se suicidó, como informó en su momento el régimen militar, sino que habría muerto por “asfixia por estrangulamiento manual de naturaleza homicida”.
Dilucidar si fue asesinado y los autores del crimen será tarea del ministro Jorge Zepeda, quien ya dictó las primeras diligencias para determinar si exhumará los restos del Ministro de Defensa a quien Augusto Pinochet le hizo innumerables gestos de amistad cuando era su subalterno.
A pesar de que han transcurrido 37 años de su muerte, este es uno de los casos en que, pese a las evidencias que desde hace años circulaban en tribunales, no se había investigado en profundidad.
Para ello Zepeda cuenta con otra prueba clave: el testimonio judicial del médico criminalista Alfonso Chelén, uno de los primeros en llegar el 15 de marzo de 1974 hasta la habitación 303 del Hospital Militar. Allí fue recluido Tohá, de 44 años, en calidad de “prisionero de guerra”, cuando fue trasladado desde el campo de concentración de Isla Dawson, donde fue confinado junto a los principales dirigentes de la Unidad Popular tras ser detenido en La Moneda para el Golpe de Estado.
Chelén, titulado en la Universidad de Chile, trabajó como médico para el Ejército entre 1954 y 1969, desempeñándose en el Hospital Militar, el regimiento Pudeto y la Academia de Guerra. Al morir Tohá, Chelén era médico de Investigaciones, y por su experiencia anotó todas las huellas que le indicaron que no hubo suicidio sino “muerte por estrangulamiento con participación de terceros”. Un montaje.
Uno de los elementos claves que tuvo la Corte de Apelaciones de Santiago para reabrir el 30 de agosto pasado el juicio por la muerte del abogado y periodista José Tohá fue un estudio del perito forense Luis Ravanal, que determinó que el ex ministro del Interior y Defensa de Salvador Allende no se suicidó, como informó en su momento el régimen militar, sino que habría muerto por “asfixia por estrangulamiento manual de naturaleza homicida”.
Dilucidar si fue asesinado y los autores del crimen será tarea del ministro Jorge Zepeda, quien ya dictó las primeras diligencias para determinar si exhumará los restos del Ministro de Defensa a quien Augusto Pinochet le hizo innumerables gestos de amistad cuando era su subalterno.
A pesar de que han transcurrido 37 años de su muerte, este es uno de los casos en que, pese a las evidencias que desde hace años circulaban en tribunales, no se había investigado en profundidad.
Para ello Zepeda cuenta con otra prueba clave: el testimonio judicial del médico criminalista Alfonso Chelén, uno de los primeros en llegar el 15 de marzo de 1974 hasta la habitación 303 del Hospital Militar. Allí fue recluido Tohá, de 44 años, en calidad de “prisionero de guerra”, cuando fue trasladado desde el campo de concentración de Isla Dawson, donde fue confinado junto a los principales dirigentes de la Unidad Popular tras ser detenido en La Moneda para el Golpe de Estado.
Chelén, titulado en la Universidad de Chile, trabajó como médico para el Ejército entre 1954 y 1969, desempeñándose en el Hospital Militar, el regimiento Pudeto y la Academia de Guerra. Al morir Tohá, Chelén era médico de Investigaciones, y por su experiencia anotó todas las huellas que le indicaron que no hubo suicidio sino “muerte por estrangulamiento con participación de terceros”. Un montaje.
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