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martes, 6 de marzo de 2012

LAS ESTRATEGIAS DE BUENOS AIRES Y LONDRES PARA HALLAR ALIADOS EN LA CAUSA DE LAS ISLAS MALVINAS

Argentina va con todas,  acusando a Gran Bretaña de militarizar el Atlántico Sur hasta con submarinos nucleares

Por Walter Krohne
Director-Editor de Krohne Archiv

La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, no desperdicia ninguna oportunidad pública para abordar el tema de las Islas Malvinas, que se ha convertido en una de las columnas centrales de de su segundo Gobierno, a pesar que el primer ministro  británico, David Cameron, le ha reiterado que el territorio en el Atlántico Sur no pasará a poder del país latinoamericano por no existir posibilidad alguna de diálogo en esta materia entre ambos gobiernos.
Cameron afirma sus dichos en los mismos habitantes de las Malvinas o Falkland Islands, en inglés, que mayoritariamente desean permanecer como ciudadanos británicos y no están dispuestos a cambiar su nacionalidad por la argentina. Este argumento es para Gran Bretaña muy sólido si es que el caso llega a ser abordado con la debida profundidad en las Naciones Unidas,  ya que no se le puede obligar a una población isleña a aceptar una nacionalidad o la pertenencia a un territorio en una causa por la que sus habitantes no han luchado o no se interesan.

Cristina Fernández: El objetivo son Las Malvinas
En el aniversario número treinta de la Guerra de las Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña, que comenzó el 2 de abril de 1982 y duró 73 días (hasta el 14 de junio), ambas partes han reafirmado sus posiciones: Argentina, que perdió la guerra,  no reconoce por ningún motivo la soberanía británica sobre las islas a las que considera una parte integral e indivisible de su territorio que “se halla ocupado ilegalmente por una potencia extranjera”.
Sin embargo, Gran Bretaña ha expresado  siempre y  lo sigue haciendo que la soberanía de las islas es británica, defendiendo así su presencia militar permanente en el archipiélago. "Nuestra posición en este asunto no ha cambiado en todo este tiempo y es bastante clara. “Sólo negociaremos la soberanía de las islas si sus habitantes quieran negociarla y eso no ocurre en estos momentos", declaró un portavoz británico.
El canciller argentino, Héctor Timerman (izquierda), acusó en febrero en la ONU al Reino Unido de haber introducido armas nucleares en el Atlántico Sur en varias ocasiones, utilizando sus bases militares en la región, incluidas las islas Malvinas.

 "La información que tiene Argentina”, dijo refiriéndose a datos de inteligencia obtenidos en 2003, “es que ellos (el Reino Unido) han introducido armas nucleares en el Atlántico Sur y no es la primera vez", denunciando al mismo tiempo a Londres de violar el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (Tlatelolco) suscrito en 1967.
Agregó que "Argentina cuenta con información de que, en el marco del reciente despliegue militar británico en Malvinas, el Reino Unido ha enviado un submarino nuclear con capacidad para transportar armamento nuclear al Atlántico Sur". En forma enfática acusó al gobierno británico de negarse a confirmar "si hay o no hay armas nucleares".
Timerman, que presentó una enérgica protesta ante la ONU por la militarización por parte de Gran Bretaña del Atlántico Sur, aseguró que con el destructor "HMS Dauntless", el más moderno de la Marina Real británica y recientemente enviado a Malvinas, el Reino Unido "ha cuadruplicado su poder naval en el Atlántico Sur" y lo ha colocado a un nivel similar al que tiene en el Golfo Pérsico.
"Ningún país de la región podría hacer frente a este tipo de capacidad militar", dijo Timerman.

En todo este debate se han producido movidas latinoamericanas de ambas partes: Argentina ha utilizado una estrategia bastante potente de convertir la causa de  las Malvinas en una causa latinoamericana consistente en que hay que terminar de una vez por todas con el colonialismo en la región como sería la situación de estas islas. Así ha logrado el apoyo de todos los países sudamericanos y la mayoría de América Latina. En esta misma posición se manifestó el secretario  general de la Organización de Estados  Americanos (OEA), el chileno José Miguel  Insulza.
David Cameron (foto izquierda), por su parte, ha recurrido a un puñado de gobiernos amigos que tiene en Latinoamérica, telefoneándolos, como ocurrió con el presidente chileno Sebastán Piñera, después que Chile ya había expresado públicamente su respaldo a la posición transandina..
Otros actores de influencia mundial, ajenos a la política, también han apoyado a la Argentina. Mientras el cantante británico Roger Waters a su paso por Chile calificó de “colonialista” la posición británica frente a Las Malvinas, el actor estadounidense  Sean Penn la definió como “abusiva”.
La Presidenta argentina valoró en uno de sus últimos discursos que este reclamo argentino ante la ONU cuenta con el total apoyo de todas las fuerzas políticas y sociales de su país, explicando que ella es "la Presidenta de los 40 millones de argentinos". 

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