Cumpliendo prisión preventiva o bien medidas cautelares de arresto domiciliario y/o arresto nocturno,30 jóvenes mapuches están siendo procesados en los juzgados, tras querellas y acusaciones interpuestas por autoridades y empresarios, quienes los sindican de desórdenes públicos, portar armas, incendiar camiones y atacar a la policía.
Abogados comentan que estos cargos no tienen respaldo de pruebas y que se sostienen en versiones de testigos sin rostro, al igual que los juicios bajo las disposiciones de la ley antiterrorista. Dicen que debido a la complejidad de los peritajes, en los juzgados, los jueces se están declarando incompetentes de investigar, quedando los juicios estancados y sin movimiento.
Mayoritariamente, estos jóvenes resultan detenidos en gigantescos operativos policiales, confusos incidentes que tienen lugar bosque adentro e incluso durante las jornadas de vigilancia y custodia que hace la policía a los buses que trasladan trabajadores del sector forestal y camiones de transporte que sacan la madera destinada a las exportaciones.
Documentación Krohne Archiv |
El día 3 de noviembre pasado, luego de un violento operativo que tuvo lugar en la comunidad Wente Winkul Mapu Loft Chequenco, en la comuna de Ercilla, la policía se llevó a Paulino Levipan Collan y Daniel Levinao Montoya, de 23 y 18 años, ambos detenidos en la cárcel de Angol por orden del juez de Collipulli.
El intendente de la Araucanía, Andrés Molina, interpuso una querella y los acusó de porte ilegal de armas e intento de homicidio al prefecto de carabineros, Iván Bezmalinovic, quién, durante el operativo, sobrevolaba la zona en un helicóptero.
Ese día, la policía uniformada, había allanado viviendas, disparando, y lanzando gases y bombas lacrimógenas. Una familia quedó con heridas de perdigones y al día siguiente, regresaron, siempre armados al estilo militar.
Este mismo año, el 18 de agosto, cerca de 200 policías del grupo de operaciones especiales, GOPE, movilizados en 50 furgones y camionetas, llegaron hasta la comunidad de Loft Chequenco, destruyendo puertas, ventanas y enseres domésticos.
Buscaban armamentos, dicen las familias afectadas, informando que durante este operativo golpearon a mujeres, ancianos y niños, les dispararon y lanzaron gases y bombas lacrimógenas, registrándose además robos de dinero.
En el Juzgado de Collipulli, los comuneros interpusieron una querella por abuso y robo, pero el caso no registra papeleo judicial.
Suma y sigue, hace dos años, en esta misma comunidad de Chequenco, la policía les incautó tres camionetas
que aún no recuperan y que necesitan como herramienta de trabajo. Dicho juicio también está detenido en su tramitación.
Desde el corazón de La Araucanía, las comunidades, denuncian que las actividades forestales deterioran sus siembras y producción de autoconsumo, que están siendo reprimidos y hostigados por parte de quienes intentan frenar su lucha de recuperar sus tierras ancestrales en donde han vivido siempre y que hoy ocupan las industrias forestales y empresarios particulares, sin acreditar propiedad y/o logrando títulos bajo traspasos turbios e ilegales; reclaman su derecho a permanecer en sus tierras y trabajar sus bosques; conservar sus modos de vida y seguir siendo mapuche.
(*): La autora es periodista mirenchupinto@gmail.com
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