kradiario.cl

domingo, 19 de diciembre de 2010

La reforma que no será

Por Hugo Latorre Fuenzalida


¿Cree usted, a estas alturas, que se avanzará en los cambios que requiere la educación en Chile?

Yo, al menos, no creo, y trataré de aclarar el porqué de mi pesimismo.

Nathalie Fuentes blogspot
No creo, en primer lugar, porque ya es difícil mantener la fe tanto en lo que es la Concertación y su impotencia crónica, como en la derecha y su impotencia voluntaria respecto a las funciones del Estado. Esos tipos, de uno y otro bando, doblaron hace rato la cerviz al poder del dinero y el pueblo les interesa sólo para los actos eleccionarios; pasados estos, el pueblo no tiene ni tendrá entrada en La Moneda.

No creo, en segundo lugar, porque una reforma de verdad es demasiado compleja y pesada para la musculatura de alfeñique que luce el liderazgo de los poderes instalados desde hace casi 40 años.

De hecho, los cambios que reclaman los muchachos y que demanda la realidad de la educación nacional, son de tal calibre que se exige una mentalidad y voluntad revolucionaria para llevarlos adelante......, y ninguno de los dos factores los posee la dirigencia que administra el sistema “empresocéntrico”.

No creo, en tercer lugar, porque para avanzar en los cambios educativos se requiere tener una imagen país de futuro. Es decir, tener un PROYECTO NACIONAL DE DESARROLLO, al cual se acopla el proyecto educacional. De no existir ese norte nacional, no existe orientación ni objetivos concretos para la educación; quedaría , ésta, como propuesta sin marco, sin piso, sin asidero concreto sobre el cual sustentarse; sería un voluntarismo en el aire, sin destino, sin siquiera un "marco teórico" que incorpore un "alma" a ese cuerpo programático.

Ya no se puede instalar un cambio, en algo tan vital como la educación, sin tener claro para qué se realiza ese cambio. La equidad educativa, puede ser un objetivo instrumental -también valórico, es cierto-, pero es una precondición para otro objetivo: lograr un país integrado, justo, eficiente, competitivo y moderno, es decir realmente democrático y progresista en todos sus niveles, pues la excelencia en uno solo estamento o segmento, no sirve; se anula sola y completamente.


Reforma Educacional: ¿Regalo de Navidad
 del Presidente Sebastián Piñera?
Foto de  Crónica Digital

Se puede llegar a instalar un acceso igualitario a la educación, pero si no lo incorpora a una demanda justa e igualitaria en el ámbito de la actividad laboral o productiva, se quedará con una sociedad de cesantes ilustrados, como ya acontece a un gran número de profesionales, "sin contactos", que pasan años sin conseguir un trabajo adecuado a su calificación, simplemente por carecer de "pitutos", o porque la economía de enclaves que tenemos no desarrolla suficientemente el mercado interno de competencia técnicas, de inversión y de creación de puestos de trabajo bien remunerados. En una sociedad así, más vale el pituto que la calificación.

Entonces la pregunta clave, a estas alturas, es: ¿EDUCACIÓN PARA QUÉ?

Y esa respuesta no la tiene el actual modelo neoliberal ni la tuvo su edulcorante social, que fue la Concertación.

Las universidades de hoy, son una parte más de la política de mercado. No hay metas de desarrollo serias, al interior de ellas, porque no lo hay como demanda nacional. En consecuencia tenemos una oferta educativa amplísima, pero su relevancia para el desarrollo de las personas que en ellas estudian y para el país, que en buena parte les financia y que les demandará como trabajadores, es de dudosa pertinencia, oportunidad y calidad.

Las universidades regionales no están vinculadas a los desafíos del desarrollo local o regional; son simplemente una reproducción del espectro de ofertas de las restantes academias, sin aportar un ápice de originalidad y oportunidad para las tareas pendientes en el potencial desarrollo de su zona específica. Para qué hablar de investigación, de crear una mentalidad de cambios, de innovación en el profesional del futuro; tampoco se logra inculcar otra cosa que no sea el obtener pronto un título que les permita posicionarse ventajosamente para resarcirse de los costos de tiempo y dinero que demandó la carrera universitaria.
Luis Ramírez cl

Si desde esa punta visible de excelencia y pertinencia educacional, que de hecho deben ser las universidades, se adolece de lo fundamental, con mayor razón se tendrá una educación media flotando en la nada social, cultural y formativa. Desde hace tiempo que el nivel medio es un botecito a la deriva, que no reconoce origen ni puerto, al igual que las universidades.

El ¿PARA QUÉ?, es el que define el MARCO TEÓRICO que guía a las reformas educacionales. Si no se da ese marco, lo que se incorpore a la educación será una capa incremental más, pero no un nuevo edificio educativo. Todos sabemos que los parches (léase plástico sobrepuesto a las casas Copeva, o reparaciones en el pilar central del puente en Linares), no resuelven una estructura fallida en sus cimientos.

No creo, en cuarto lugar, porque para hacer una reforma como la que se necesita, se requieren fondos sustanciales, pues hablamos de casi triplicar el gasto por estudiante y eso es aproximarse al 7 % del PIB en educación.

Lidia Salazar blogspot


Este solo hecho, impone necesariamente una reforma tributaria. ¿Quiénes son el blanco de esa reforma? Obviamente el IVA (regresivo) ya no es viable. ¿Quiénes quedan, entonces, como candidatos a meter las manos al bolsillo? Los empresarios nacionales y las transnacionales mineras.

¿Cómo viene la partida por ese lado?

Mal, pues los empresarios nacionales no aportan ni con el Iva y están dispuestos a dejar el pellejo en el camino antes que les cambien la legislación tributaria. Además, tienen a sus hombres bien pagados en el Gobierno y en el Parlamento, para que les atajen tal despropósito.

Las empresas transnacionales españolas, que son mayoría en servicios y sector financiero, desde el acuerdo con la Unión Europea, ya no tributan en Chile, sino en España (Aznar le sacó la firma a Lagos como condición para aceptar el Acuerdo); las mineras están protegidas por los Tratados con Estados Unidos y otros tratados internacionales; de hecho el "royalty" no fue aprobado como tal, sino como "impuesto específico" para no modificar el estatuto de propiedad que les confiere la "Ley Piñera y Büchi", sobre propiedad minera a las concesiones. Tampoco se atrevieron a cambiar el decreto 600 y de tributación de las inversiones extranjeras, con lo cual pueden seguir gozando de la evasión tributaria con el sólo expediente de declarar nuevas inversiones nominales (ficticias, abultadas y con endeudamiento, con lo cual terminamos pagando los chilenos el total del costo de explotación y regalando los minerales que sacan del país). Así es que por ese lado, tampoco esperemos nada.

¿Qué les queda entonces por hacer?

Echarle el guante a los recursos que deja Codelco como excedente (no aceptable por ser cíclico y no permanente), o vender Codelco, o vender Enap y gastarse esos dineros (tesis de la derecha, que es la experiencia argentina de Menem), es decir la vía expresa al desastre.

En definitiva, no tienen salida económica posible sin realizar profundas y revolucionarias transformaciones en el área económica, cosa que obviamente ni se lo imaginan ni se lo imaginaran.

¿Qué se hará entonces?
Foto Unesco

Nuevamente una "REFORMITA", es decir, un maquillaje, un retoque estético (más aulas, más alimentos, baños más decentes y suficientes, algunos textos, pasajes, algo para mejorar la preparación de los profesores), cositas de ese orden...,NO MAS...No se haga ilusiones.

Ni siquiera cambiarán el sistema llamado de "libre concurrencia" a la educación; no se atreven, pues es doblarle la mano al sistema de mercado en un área en que ya la fiera tiene enterrado los dientes. ¿Mejorar ese sistema, en base a regulaciones y mediciones?, puede que pasemos de "guatepeor" a "guatemala", pero difícilmente quienes tiene como objetivo lucrar de un negocio se van a matricular con pasión en la idea, "idealista", de lograr excelencia académica. Podrá haber excepciones, pero son esas excepciones que no hacen más que confirmar una regla de mediocridad bien rentada.

Así es que acostumbrémonos a "comisiones" de expertos en que todos están de acuerdo en que algo debe cambiar para que todo permanezca más o menos igual; con algo de más, pero con lo esencial de menos. Acostumbrémonos también a que los muchachos se "choreen" de vez en cuando y paralicen actividades, salgan a las calles y todos los restantes ciudadanos les reconozcamos su valentía, pero nos quedemos pasivos mirando en la vereda de enfrente, sin chistar para que no nos quiten la miserable "pega" y terminemos nuestros días con el alma muerta de un "ganapán" existencial.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario