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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Videla: Un hombre que siempre reivindicó la represión

La historia de Jorge Rafael Videla es larga y tenebrosa, igual que otros dictadores latinoamericanos, como el mismo Augusto Pinochet Ugarte. Con 85 años, Videla sumó hoy su su segunda condena a reclusión perpetua, después de ser juzgado y condenado en el proceso contra las Juntas Militares, en 1985, y posteriormente beneficiado con el indulto que decretó el ex presidente Carlos Menem.

Videla  gobernó Argentina entre 1976 y 1981 y  su período estuvo marcado por la desaparición y el asesinato de miles de personas, secuestros y torturas, igual que en el caso de Chile.
 
La diferencia entre ambos está en que Pinochet nunca fue juzgado y murió en el Hospital Militar con toda clase de atenciones, tanto médicas como de hotelería, y luego recibió en su funeral honores militares en la Escuela Militar.  Videla en cambio fue condenado dos veces a cadena perpetua, fue declarado culpable de crímenes de lesa humanidad por dos tribunales, y ahora cumplirá su pena en una cárcel pública y no en una cárcel especial como en Chile, donde los represores que han sido condenados están en Punta Peuco o en otros lugares, donde viven con todo tipo de comodidades.

Quizá por esta razón, los principales diarios chilenos, El Mercurio y La Tercera, dieron esta noticia con atraso -Krohne Archiv se adelantó- y poco destacada en sus respectivos portales de internet.

La culpabilidad

E diario La Nación de Buenos Aires escribió que "después de 25 años de silencio y durante el juicio al que fue sometido junto a otras 29 personas por asesinatos, secuestros y torturas, el ex dictador Jorge Rafael Videla reconoció su responsabilidad en la última dictadura militar".

Sus palabras no dejaron lugar a dudas: "Asumo en plenitud mi responsabilidad castrense en todo lo actuado por el Ejército en la guerra interna contra la subversión terrorista".

Al cabo de ese cuarto de siglo, el mensaje no cambió: volvió a reivindicar la represión ayer, al dar sus últimas palabras antes de la sentencia que lo condenó hoy a reclusión perpetua por crímenes de lesa humanidad y lo envió a una cárcel común. Durante el proceso, sin ninguna muestra de arrepentimiento, el ex militar cuestionó a los magistrados que lo juzgaron y dijo que sólo reconoce la competencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

La decisión de Menem fue revocada por la Justicia. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó la nulidad del indulto a Videla. El máximo tribunal confirmó una sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal y señaló que constituye una obligación del Estado argentino "investigar y establecer las responsabilidades y sanción" de los delitos de lesa humanidad, pues por su gravedad son contrarios a la Constitución nacional y a los tratados internaciones ratificados por el país.

No obstante, en 1998 se le aplicó arresto domiciliario en una causa por sustracción de menores, y desde hace dos años está detenido en Campo de Mayo.

Videla, que nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 2 de agosto de 1925, fue designado presidente de facto por la Junta Militar, tras el golpe de Estado que puso fin al gobierno constitucional de Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de 1976.

Desde ese día gobernó el país hasta 1981 en lo que se llamó el Proceso de Reorganización Nacional. Además, fue jefe del Ejército entre 1975 y 1978. Ingresó en el Colegio Militar en 1942 y se graduó en 1944 con el rango de subteniente de infantería. Formó parte de la Secretaría de Defensa entre 1958 y 1960, dirigió la Academia Militar hasta 1962. En 1971 fue ascendido a general de brigada y nombrado por el dictador Alejandro Lanusse como director del Colegio Militar de la Nación.

Su período dictatorial estuvo marcado por la desaparición y el asesinato de miles de personas, secuestros y torturas. Tras la restauración de la democracia, en 1983, fue juzgado y condenado a cadena perpetua y destitución del grado militar por los numerosos crímenes cometidos durante su gobierno, escribió La Nación en un relato histórico con buena documentación.

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