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viernes, 31 de diciembre de 2010

"Gasolinazo" en Bolivia deja cuantiosos daños y mantiene a un país enfurecido - Militares son ahora los panaderos bolivianos

El presidente Evo Morales, ordenó a las Fuerzas Armadas del país a vender pan desde hoy en las ciudades de La Paz y El Alto para evitar su escasez en los mercados y su alza de precio, después de las amenazas de los panificadores tras el denominado "gasolinazo".

Un decreto de Morales del pasado fin de semana subió entre un 57% y un 82% los precios de los carburantes de consumo más importante y condujo a un aumento de las tarifas de los transportes que a su vez también afectó a los alimentos.

Por este motivo, el Ejército habilitó doce puntos de venta en estas dos ciudades, en los que expende pan a 0,40 bolivianos (0,05 dólares), y que estarán operativos hasta que el gremio de panificadores levanten el paro que decretaron por el denominado "gasolinazo".

"Hemos elaborado panes en nuestras unidades, donde tenemos dos hornos industriales que elaboran 10.000 panes al día. Para alcanzar a la mayor cantidad de población, se están distribuyendo diez panes por persona", informó un jefe militar a los medios locales.

Morales criticó ayer a los panificadores de querer "aprovecharse" de la coyuntura para subir en un 100% el precio del pan después de que el sector anunciara un paro de 48 horas como medida de protesta en rechazo al alza de carburantes.

Las manifestaciones populares contra el denominado "gasolinazo" reunió ayer a miles de personas en varias ciudades del país en movilizaciones que terminaron con actos vandálicos y gasificaciones por parte de los agentes policiales. Hoy viernes, la tranquilidad retornó a las calles de Bolivia tras una jornada de protestas y disturbios que dejó 15 heridos y más de 20 detenidos.


En ciudades como La Paz, El Alto y Cochabamba, en las que ayer se registraron destrozos en instituciones públicas y choques entre la policía y protestantes, la banca, los negocios privados y el transporte público operaban hoy con normalidad.

Sin embargo, se mantiene latente la molestia de varios sectores, que anunciaron que la próxima semana retomarán las protestas si el gobierno no deroga el decreto que incrementó en un 73% el precio de la gasolina, 83% el del diesel y 99% el del jet fuel; medida ya popularmente conocida como "gasolinazo".

El presidente Evo Morales anticipó que no retrocederá en la medida e intentó apaciguar los ánimos con otro decreto que aumentó un 20% los salarios de las fuerzas armadas, policía y trabajadores de la salud y educación. A su vez ofreció mediar para que las empresas privadas otorguen un incremento similar.

Esta medida es la más antipopular y la que ha causado más rechazo en los casi cinco años de mandato de Morales.

Trabajadores de la mina más grande de Bolivia, la estatal Huanuni, harán una marcha en el departamento de Oruro y resolvieron realizar una huelga de 24 horas el próximo martes.

Las próximas protestas de gran magnitud en el país se esperan para el lunes, cuando mineros y sectores afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB), el mayor sindicato del país, marchen en La Paz para pedir la derogación del decreto de alza de carburantes, informó el diario digital boliviano Los Tiempos.

Caos total ayer en Bolivia
Los miles de manifestantes que ayer salieron a las calles para realizar marchas, destrozaron oficinas estatales y se enfrentaron a la Policía en algunas ciudades bolivianas, en rechazo al alza del precio de los combustibles decidido por el Gobierno de Evo Morales. Las protestas se interrumpieron la tranquilidad de El Alto, La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija, si bien el Ejecutivo las minimizó y el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, sostuvo que la mayoría de las capitales regionales vivían "una relativa normalidad".

La mayor y más violenta movilización, realizada por más de 15 mil manifestantes, unió con una marcha las ciudades vecinas de El Alto y La Paz, gritando consignas contra el presidente y pidiéndole que derogue el decreto sobre los combustibles.

En El Alto, los manifestantes destrozaron a pedradas una oficina sindical, otra de una federación de juntas vecinales, una municipal, y quemaron y saquearon oficinas estatales de cobro de peaje de la autopista que une esa ciudad con La Paz.

Entre estos manifestantes apareció un encapuchado armado con un rifle que exigió a Morales dar marcha atrás en el aumento de los combustibles, que subieron entre 57 por ciento y 82 por ciento.

El centro de La Paz estuvo colapsado durante varias horas con la marcha que desde El Alto intentó acercarse a la Plaza Murillo, sede del Palacio de Gobierno, pero la Policía se lo impidió.

"Acabamos de cercar el Palacio de Gobierno. Queremos entrar a hablar con el Presidente pero no nos dejan. El compañero (Evo Morales) tiene que estar preocupado porque la población recién está empezando a reaccionar", expresó el secretario ejecutivo de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, Claudio Luna.

Los manifestantes obligaron a su paso a cerrar todos los comercios, amenazando con pedradas a los que no apoyaran la jornada de protestas.

Pasado el mediodía, esta movilización se dispersó despejando el centro de La Paz, donde en las próximas horas se espera otra movilización dirigida por su alcalde, el opositor Luis Revilla.

En Cochabamba (centro), otros manifestantes se enfrentaron a la Policía hasta lograr que los agentes y un camión antidisturbios desalojaran la plaza principal de la ciudad, donde hubo avenidas bloqueadas por camiones de carga.

Los afiliados a la Confederación de Chóferes de Bolivia también protagonizaron un paro que tuvo un seguimiento parcial, con la misma demanda de que se derogue el "gasolinazo", aunque el sector ya ha transferido a sus tarifas el incremento.

También hubo protestas y bloqueos en Oruro (este) y en la sureña Tarija, mientras que en otras ciudades se esperan movilizaciones para las siguientes horas.

El ministro Llorenti declaró antes del mediodía que las protestas fueron aisladas y protagonizadas por "pequeños grupos", pero que no alteraron la normalidad de las capitales del país.

"Vamos a mantener el orden pero no vamos a caer en ninguna provocación", aseguró el funcionario gubernamental.

Las protestas no fueron aplacadas por el aumento salarial del 20 por ciento para cuatro sectores anunciado ayer por el presidente Morales, como un forma de compensar los problemas causados en la economía familiar por el incremento de los combustibles.

En cambio, varios sectores le reclamaron que esa medida solo beneficie a la Policía, Fuerzas Armadas, maestros y médicos, que son el grueso de los funcionarios que dependen del Estado.

Evo Morales aseguró que en caso de que él fuera dirigente sindical rechazaría también el denominado "gasolinazo", si bien como mandatario debe cuidar la economía del país.

Recordó igualmente que también fue panadero en su adolescencia y encontró injustificado el pedido de elevación del precio del pan porque las tarifas del servicio eléctrico y de gas, que usa el sector, están congeladas. Los panaderos pretenden subir el precio del pan casi en un 100 por ciento, alegando una suba en los costos de producción.

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