kradiario.cl

martes, 13 de octubre de 2015

NUESTRO OCÉANO
.
LA "CUMBRE" DE VIÑA DEL MAR: PESCA Y PROTECCIÓN DE FAUNA MARINA

Por Martín Poblete 

Hace poco mas de una semana, con los auspicios de nuestra Cancillería, tuvo lugar en Viña del Mar / Valparaíso  la conferencia Nuestro Océano; en un éxito personal para el Canciller Heraldo Muñoz, contó con la asistencia del Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y del Príncipe Alberto de Mónaco, cada uno en su propio rango contribuyó a darle brillo al evento.
  
Como ha venido sucediendo en años recientes con similares reuniones en otros países, parece irse formando un consenso respecto a la impostergable necesidad de proteger la fauna marina en su totalidad, particularmente las especies amenazadas por prácticas pesqueras predatorias algunas abiertamente ilegales.   Además de los países involucrados y de representantes de la comunidad científica especializada,  han estado concurriendo ONGs dedicadas a la protección de océanos y mares con sedes en Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelandia, y países del área noroccidental de la Unión Europea.

El discurso de las Cancillerías y de las ONGs se ha ido tornando reiterativo, en el lenguaje fláccido de las organizaciones intergubernamentales, con excepción de algunas ONGs en estilos catastrofistas rayanos en la farsa.  La comunidad científica se dirige, o cree dirigirse, al público a través de revistas  especializadas y publicaciones académicas editadas en lenguaje  de difícil comprensión, aún para personas con educación  profesional de posgrado, un caso clásico de la situación descrita por Herbert Marcusse como "cierre del universo del discurso (El Hombre Unidimensional)".

En lo fundamental, la situación vigente tuvo su comienzo hace algo mas de cuatro décadas, cuando armadores y astilleros iniciaron  la construcción de barcos pesqueros  y buques-fábrica propulsados por motores diesel marinos de alto rendimiento dándoles alcance global, primero en Europa occidental, luego en Japón, Corea del Sur, Tailandia, Indonesia, China y VietNam, con la mayor parte de las tripulaciones reclutadas en Malasia y Filipinas.  Equipados con radar, sonar, y otros medios electrónicos antes exclusivos de marinas de guerra,  los barcos y buques fábrica de las flotas pesqueras  pueden detectar con precisión la ubicación y velocidad de desplazamiento de cardúmenes enteros,  las nuevas redes  - drift nets-   capaces de cubrir vastas distancias  capturan indiscriminada y masivamente las especies buscadas y otras,  causando enorme daño a los ecosistemas  oceánicos; asimismo, otras redes diseñadas para escarbar el fondo marino, remueven drásticamente  crustáceos y moluscos  sin consideración a tamaño ni tiempos de veda.

Las prácticas predatorias  de la gran industria pesquera están llevando  varias especies al borde de la extinción, una primera campanada de alarma se tuvo en el Atlántico Norte Occidental moviendo a los estados ribereños:  Estados Unidos, Canadá y Dinamarca (está a cargo también de la política exterior de Groenlandia, a pesar de ser esta última independiente; es la isla más grande del mundo), en cooperación con los Estados europeos de origen de las flotas pesqueras, a establecer controles limitando la pesca en función de lo permisible respecto de la supervivencia y reproducción de las especies. Esta experiencia se ha repetido con éxito en el Mediterráneo, también en el extremo norte del Océano Pacífico por Canadá y Estados Unidos  en la pesca del cangrejo  -King Crab-de Alaska.   Las situaciones mas críticas se dan en los mares y océanos mas bien ecuatoriales, especialmente al sur del Ecuador.

Para un país de recursos limitados como Chile, las prácticas predatorias ilegales de flotas pesqueras operando en sus aguas  soberanas o cerca de ellas, representan un claro desafío a su capacidad de ejercer esa soberanía eficazmente. El gobierno de la Presidenta Bachelet anunció la creación de parques nacionales de conservación oceánica  alrededor de la Isla Rapa Nui, de las islas de San Ambrosio y San Félix, y de una zona de nuestro mar interior austral entre el Canal de Chacao y el Golfo de Corcovado, esta última zona debiera tener su extensión lógica pasando por el Archipiélago de Los Chonos hasta la Península de Taitao.

Cuidar el mar interior austral no debiera exigir gastos excesivos, la Marina y la Fuerza Aérea tienen instalaciones  en Puerto Montt, cuestión de reforzarlas con unidades y personal.   La protección de las zonas de conservación en alta mar es un problema diferente,  no hay instalaciones de consideración en Rapa Nui ni tampoco en San Ambrosio y San Félix, probablemente sea necesario construir bases para la Marina y la Fuerza Aérea en la Isla de Sala y Gómez si ellos es físicamente viable, a un costo tal vez elevado.  Luego está la cuestión del equipamiento, la Marina ha estado construyendo patrulleros de alta mar en ASMAR,  deben ordenarse nuevas unidades  complementadas con aviones dotados de la electrónica con sensores remotos, estas aeronaves de largo alcance son de alto precio.  

Las flotas predatorias dedicadas a la pesca ilegal son propiedad de armadores de dudosos antecedentes, operan al mando de individuos inescrupulosos; controlarlas impidiendo sus operaciones no es solo asunto de buenas maneras, respaldadas por acuerdos y tratados internacionales, si queremos ser creíbles, eficientes y respetados  en el cuidado de nuestras zonas de conservación de alta mar, deberemos poner fuerza de por medio.

Algunos gestores andan promoviendo sistemas satelitales de  identificación de flotas pesqueras ilegales,  el Sea Scout americano, y el Catapult  británico, por sí solos no resuelven nada, deben estar conectados con fuerzas capaces de actuar con rapidez y contundencia; el costo de adquisición o arriendo, y operación, de los sistemas satelitales puede ser considerable.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario