Muhammed y Lorena intentando contraer matrimonio. La autoridad le dijo que no podía casarse porque no tenía una visa (Foto Upi publicada por Terra) |
Como periodista revisamos cada uno de los puntos de la acusación contra el joven Muhammad Saif Ur Rehman Khan, de 29 años de edad, ilusionado por vivir en un país latinoamericano como Chile y poder así alejarse de la guerra permanente en su patria en Palestina. Enamorado de una chilena quería casarse, formar una familia y vivir en paz en una casita, quizá arriba de un monte, buscando la paz y la tranquilidad. Ninguna otra cosa quería este forastero que después de todo lo que le hicieron en Chile sigue insistiendo en lo mismo, porque sigue tan enamorado como antes.
Llegó a ser quizá el preso más querido de la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago porque entraba y salía cada cierto tiempo, dependiendo del ánimo con el que se levantaban los jueces. Algunos lo encontraban inocente y otros no podían creer que permaneciera en libertad. Así se fue ganando el cariño de todo el mundo. Hoy los transeúntes lo saludan afectuosamente en la calle: Buenos días señor Rehman, le dicen. Claro porque se ha publicado en todos los medios que la policía y las autoridades del Ministerio del Interior, después de seis meses, se dieron cuenta que habían “metido la pata” (Para nuestros lectores internacionales que nos visitan a diario significa cometer un grave error o equivocarse rotundamente).
Su único error en Chile, o quizá mala suerte, fue haber visitado el Consulado de Estados Unidos en Santiago, donde fue detenido “a lo yanqui” y acusado de supuesto terrorismo, quizá hasta con vínculos con Al Qaeda.
Es típico que los diplomáticos estadounidenses, que hoy son parte del terrorismo de la información conocida a través de Wikileaks, y que tienen a Europa revolucionada con las desmedidas alertas antiterroristas que EE UU envía desde Washington y que hoy ya resultan increíbles, actúen de esta manera, sin siquiera consultarle su nombre al "sospechoso".
El motivo de la detención: sus ropas olían un poco raro, a algo parecido al azufre, que los funcionarios de seguridad de la sede diplomática identificaron como tetril. Lo curioso es que esta substancia química o sólido sintético cristalino que se utilizaba antiguamente para fabricar explosivos, hoy desechada hasta por Estados Unidos, no tiene un olor específico. Sin embargo, todas las alarmas del llamado bunker diplomático se encendieron en el acto porque parecía que si no era así o no se tomaban las medidas precautorias impuestas por el ex presidente Georg W. Bush, la embajada podía estallar por sus cuatro costados.
El embajador en persona estuvo al frente de la operación hasta que el sospechoso, esposado fue llevado en un vehículo super blindado por personal policial de alto rango y nivel a la cárcel más segura de Chile. El joven, que trabajaba en la recepción del Eurotel de Providencia-Guardia Vieja, perdió su empleo y su práctica en hotelería, porque además del español, ese era precisamente otros de su objetivos de permanencia en territorio chileno.
El cuarto que alquilaba en una residencial de la calle Erasmo Escala, también de Providencia, fue desbaratado y gran parte de sus pertenenencias donde, según los agentes de la ANI (Agencia Nacional de Inteligencia) y otros especialistas, estaban las pruebas para poder acusarlo y condenarlo. Con toda la aplicación del Estado de Derecho como dijo hoy el miunistro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Los policías ni siquiera tenían una orden de un juez para ingresar al cuarto del palestino, lo que se supo más tarde.
Pero nada de esto ocurrió. El olfato policial de nuestros sabuesos fue perfecto, porque no le apuntaron en nada. No había pruebas, el olor a azufre había desaparecido; en sus cassetes, CDs, y MP3, sometidos a peritajes de laboratorio, no encontraron nada. Después de todo esto, los policías y fiscales se miraban con ojos hueros y se preguntaban y….¿qué hacemos ahora con el palestino? "No tenemos ni siquiera argumentos para deportarlo", dijeron.
Entretanto, los padres del joven con gran sacrificio hicieron un largo viaje desde Palestina a Chile para acompañar a su hijo que estaba en problemas. No podían creer que en un país sudamericano, que tenía una imagen de culto y civilizado en el Oriente, casi desconocido en su tierra o conocido sólo por Pinochet y los terremotos, podía existir tanta incoherencia.
Una de las veces que salió en libertad fue el 1 de junio de este año. Era la segunda vez que Muhammad Saif Ur Rehman Khan de 29 años, veía la luz del sol desde que un mes antes fuera detenido. Su polola Lorena Cotroneo lo fue a buscar a la cárcel acompañando a quienes podrían llegar a ser sus suegros en el futuro, los padres del joven, y también apareció el senador del MAS Alejandro Navarro, quien embarcó a una parte del grupo en su vehículo Chevrolet Sparky y los alejó del tenebroso penal.
Y dale con que va a llover: Los fiscales Xavier Armendáriz y Francisco Jacir afinaron sus dardos para apelar a la resolución de libertad dictada por el magistrado del Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, Jorge Norambuena. Pero siempre en el camino se encuentra a alquien cuerdo y que en este caso insistió en la libertad del palestino, a quien ahora le preguntan: ¿Y cuándo partes (viajas)? “No, no, ahora soy otra vez libre, libre para decidir quedarme a vivir en Chile y casarme con Lorena. Es todo lo que quiero", dice.
Seguramente algún sabio del gobierno está pensando que habrá que tenerlo vigilado porque puede ser un representante de Bin Laden en un país llamado Chile. Pero eso no es todo: Hoy quiso casarse con Lorena en Santiago pero la autoridad le dijo que no podía hacerlo porque no tenía visa de residencia. ¡Dios mío….Qué mentalidadad mezquina y rasca!
No puedo creer que la estigmatizacion llegue tan lejos. Es una verguenza que el hecho de pertenecer a una comunidad y ser extranjero en Chile levante sospechas, que la justicia se ocupe de los verdaderos delincuentes. Estoy segura que es ignorancia mezlada con una cuestion de color de piel... Estrechez de mente!! Marcela (Londres)
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