
El primer ministro británico, David Cameron (izquierda), aseguró hoy que se reprimirá la violencia en las calles del Reino Unido y permitió, por primera vez, el uso de carros lanzaagua para frenar los disturbios. El primer ministro aseguró que “necesitábamos contraatacar y el contraataque ha comenzado".
Agregó con mucha energía que “se parará esta violencia continua. No permitiremos que en nuestras calles exista una cultura del miedo".
Para el primer ministro, los recientes brotes de violencia están relacionados con un "gran problema con bandas" callejeras que no respetan a la autoridad y no se creen responsables de sus acciones.
Anoche, a pesar del incremento en la cantidad de policías desplegados, que fue de 16.000, la capital británica volvió a convulsionarse por las protestas, pero igual o más grave fue aun la situación en otras ciudades como Manchester, Liverpool, Birmingham, Bristol y Wolverhampton.
El lunes la revuelta afectó a zonas como Hackney, East Ham, Peckham, Clapham, Enfield, Woolwich, Lewisham o Croydon. En esta última murió ayer un joven de 26 años.
La escalada de violencia callejera comenzó el sábado en el empobrecido barrio de Tottenham, al norte de Londres, cuando una pequeña marcha pacífica de protesta por la muerte de un joven por disparos de la policía derivó en graves disturbios, que se propagaron después a otras zonas de la capital británica.
En Birmingham tres musulmanes de origen asiático de 21, 30 y 31 años, dos de ellos hermanos, fallecieron tras ser atropellados por un vehículo cuando intentaban evitar saqueos en los comercios, dijeron testigos.
Entretanto, un hombre de 32 años fue detenido y está siendo investigado por la policía bajo sospecha de asesinato, mientras líderes locales advirtieron del riesgo de un enfrentamiento entre comunidades de distintas razas de esa ciudad.
Si bien Londres pasó la cuarta noche de disturbios en relativa calma tras tres jornadas de mucha violencia, en otras ciudades británicas se registraron altercados en las últimas horas, entre ellas Manchester y Liverpool, al norte, y Birmingham y Nottingham, en el centro.
Tres hombres asiáticos que murieron en Birmingham la pasada madrugada, durante la segunda noche de disturbios en esta ciudad. Las víctimas intentaban "proteger la propiedad" privada en su barrio, según relataron hoy testigos presenciales.
Los asesinados tenían 20, 30 y 31 años y perdieron la vida al ser atropellados por un vehículo en la zona de Winson Green, en esa ciudad del centro de Inglaterra.
La Policía detuvo a un hombre de 32 años, al que está interrogando bajo la sospecha de asesinato en relación a los tres fallecidos.

En el área de Manchester fueron arrestadas 113 personas, otras 50 en Liverpool y 109 en West Midlands, que acoge las ciudades de Birmingham y Nottingham.
Cameron dijo hoy que la actual ola de violencia callejera ha mostrado "lo peor" y "lo mejor" del Reino Unido, en alusión a los "delincuentes" que la provocan y a quienes se han unido en contra de ella.
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