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miércoles, 26 de mayo de 2010

COLOMBIANOS ELIGEN NUEVO PRESIDENTE

LA ELECCIÓN MANTENDRÁ EL CONTINUISMO SIN GRANDES CAMBIOS

SEGUIRÁ GOBERNANDO EL "URIBISMO SICOLÓGICO, SIN URIBE"


Por Walter Krohne


La elección presidencial colombiana, que se efectuará el próximo domingo, tiene una importancia política trascendental porque en ella se definirá la nueva etapa que vivirá este país sudamericano en los próximos cuatro años, orientada ahora no tanto en el combate de la violencia y la lucha antiguerrillera, sino mucho más en la orientación de una política económica liberal y en el desarrollo social que se han convertido en las grandes preocupaciones de los electores.

El presidente Alvaro Uribe Velez (foto abajo derecha), que termina su período después que la Corte Constitucional vetó su intención de postularse por tercera vez a la Presidencia, espera que su política de seguridad democrática como también la reactivación económica continúen siendo los pilares del próximo gobierno. Su Partido de Unidad Nacional intenta seguir esta ruta con el heredero político del Presidente, Juan Manuel Santos, 59 años, economista y ex ministro de Defensa.

Sin embargo, el escenario electoral no se ve tan claro ahora, a cuatro días de la elección, como parecía en marzo. Esto porque ha entrado en la lucha electoral, con mucha fuerza, el ecologista del Partido Verde, el matemático de 58 años Antanas Mockus, cuyo prestigio lo ganó con el trabajo realizado en la Alcaldía de  Bogotá.

Los restantes candidatos son la ex canciller Noemí Sanín, del Partido Conservador, y los senadores Gustavo Petro, del izquierdista Polo Democrático; Germán Vargas, de Cambio Radical; y Rafael Pardo, del Partido Liberal. Ninguno tiene posibilidades de triunfo, según las encuestas.

Así, la definición final, según los analistas, estaría entre Mockus y Santos, dos candidatos que defienden el liberalismo y la política de seguridad del presidente Uribe. Ambos aparecen en las encuestas con un 35% de las preferencias, empate que deberán definir en una segunda vuelta que se efectuará el 20 de junio. Sin embargo, las encuestas le dan a Mockus un estrecho triunfo frente a Santos también en la ronda final .

Hasta hace dos meses, Alvaro Uribe se proyectaba como favorito si hubiese podido tomar parte en la carrera presidencial, manteniendo un 74 por ciento de las preferencias, porcentaje que con Santos ha descendido drásticamente a sólo 35 por ciento. “Es que Santos no es Uribe”, dicen algunos analistas, que destacan además el carisma de Mockus, aunque durante la campaña se ha mostrado algo confuso en algunos temas, especialmente de política fiscal.

Santos es considerado un artífice de los golpes más audaces en contra de la narcoguerrilla de las FARC y garante de la continuidad de la exitosa política de Seguridad Democrática de Uribe. Esta última ha permitido bajar la inseguridad ciudadana en la lista de las prioridades que, como ya dijimos ha sido superada por la economía, tras bajar el crecimiento del PIB a 0,4% en 2009 contra 7,5% de 2007.

Mockus, profesor de origen lituano, no es un político tradicional. Es la antítesis de lo que conocen los colombianos en los últimos años en cuanto a política y políticos. Así lo demostró también en su paso por la Alcaldía bogotana, entre 1995 y 2003, por su estilo pedagógico de concientización ciudadana que contribuyó a mejorar una ciudad caótica. Supo convencer a la población sobre la forma de ahorrar agua o cómo los conductores deben respetar las normas del tránsito o la forma de enfrentar la violencia, entre algunos ejemplos.

Mockus es considerado por analistas como un candidato con discurso abstracto, confuso o contradictorio, a veces, y de personalidad extravagante, pero con un estilo renovado y moderno, y con una campaña que utiliza a fondo las redes sociales de Internet, lo que ha entusiasmado mucho a los jóvenes.

Ciertamente no hay grandes diferencias o diferencias de fondo entre los programas de Mockus (foto izquierda) y Santos, aunque el primero propone lo que denomina la "legalidad democrática", refiriéndose a ciertas ilegalidades graves cometidas en la administración de Uribe como son supuestas ejecuciones extrajudiciales de jóvenes marginales que habrían sido “clasificados” como guerrilleros.

Santos, en cambio, habla de la “prosperidad democrática” referido al desarrollo social y a la lucha contra la pobreza que afecta al 45% de la población colombiana.

En síntesis, entre los dos candidatos con posibilidades de triunfo, la opinión pública en general tiene en Santos (foto derecha) la imagen de un candidato cansado y buscando el objetivo central de su campaña en el “uribismo” que lentamente comienza ya a pertenecer a una historia pasada. Mockus, en cambio, mira más hacia adelante y propone cambios sin mayores riesgos.

Sin embargo, en el fondo, ambos candidatos apoyan la política de Uribe o sea que se puede concluir que, salvo algunas diferencias de matices, cualquiera que gane la elección impulsará en el fondo una política de continuidad en Colombia. Es lo que se denomina en ese país un “Uribe sicológico, pero sin Uribe”.

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