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jueves, 18 de julio de 2013

18-7-2013-KRADIARIO N°862


URGENTE SE BUSCA

  CANDIDATO PRESIDENCIAL

PARA LA ALIANZA

 Por Walter Krohne
 
Los medios de  comunicación  en Chile se concentran hoy en la renuncia de Pablo Longueira a la candidatura presidencial, esperando el resultado de las reuniones que sostendrán las comisiones políticas de la UDI y Renovación Nacional para resolver lo antes posible este impasse que afecta a la derecha. El reemplazante del ex ministro de economía, renunciado ayer por razones de salud,  debe ser buscado con pinzas, porque aquí no sólo está en juego la Presidencia de la República sino también el resultado de las parlamentarias en ambos partidos oficialistas.

De estas conversaciones debe surgir una solución. Hay ya diversas fórmulas en este nuevo proceso como sería que cada partido llevara un candidato para medirse en la primera vuelta presidencial y pasar con uno  al ballotage para enfrentar a Michelle Bachelet. Esto se explica por el escaso tiempo disponible para realizar nuevas primarias, cerca de un mes  hasta la inscripción de los candidatos en agosto.
Sin embargo, para algunos analistas llevar dos candidatos sería un verdadero suicidio, como lo mencionó el ex alcalde de Puente Alto y actual candidato a senador Manual José Ossandon. La idea sería designar a un candidato de unidad para presentar a la Alianza como una nueva carta de la centroderecha que ofrezca cambios concretos incluso en el plano constitucional, dice Ossandón.
 
El Presidente de RN, Carlos Larraín, declaró hoy que en este caso tendría que ser un candidato de unidad que “nos represente  a todos”, lo que se ve difícil en estos momentos debido al desgaste que han tenido las relaciones entre los dos conglomerados de la derecha, especialmente después del proyecto para reformar el sistema electoral binominal que RN presentó conjuntamente con la oposición a espaldas de la UDI y del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
En cualquiera de las dos fórmulas figuran como cartas la ministra del trabajo Evelyn Matthei (UDI), y el derrotado candidato de RN, en primarias, Andrés Allamand. Y ciertamente ninguna de estas cartas tiene el liderazgo necesario y la posibilidad concreta de derrotar a Michelle Bachelet.

El problema para los dos partidos oficialistas es que la presentación de una débil candidatura presidencial podría afectar seriamente también las elecciones parlamentarias, reduciendo peligrosamente el número de senadores y diputados de la alianza,  lo que le dejaría a Bachelet las puertas abiertas para realizar todas las reformas políticas, tributarias, educacionales y de salud que ha prometido en su campaña. Los  propios análisis de la derecha hablan del riesgo de ser doblados por la oposición en las parlamentarias en varios distritos y circunscripciones.
Un tercer camino sería para la alianza elegir a un candidato de unidad con una carta nueva que tenga el carisma y liderazgo necesarios para derrotar a la candidata de la Nueva Izquierda.  En este caso se ha comentado que la figura que cuenta con esta condiciones sería justamente la de  Ossandón, quien lucha por la unidad y al mismo tiempo plantea algunas reformas políticas muy necesarias y demandadas por los movimientos sociales. Sin embargo, este vicepresidente de RN no cuenta por ahora con el apoyo ni dentro de su partido ni menos en la UDI, donde simplemente no quieren escuchar hablar de reformas de ningún tipo.
Lo concreto es que la derecha no tiene candidato presidencial a cuatro meses de la elección. Ayer se hablaba de la posibilidad del regreso de Laurence Golborne, pero según varios analistas,  esta fórmula sería una completa locura porque se trata de un ex candidato cuestionado severamente por sus pares por gestiones realizadas, como gerente de Cencosud,  de aumento unilateral de la comisión de la  tarjeta de crédito de este consorcio  en desmedro de los usuarios y también por mantener inversiones prsonales en Islas Vírgenes, un paraíso fiscal.

Pero en esto de la credibilidad también se ve afectada la figura de Allamand quien tiene en su contra una derrota en las primarias del 30 de junio, aunque si obtuvo cerca de 400.000 votos. ¿Cómo candidato derrotado en las primarias podría reemplazar al candidato ganador?, se preguntan muchos observadores políticos.
“No son tiempos fáciles para la derecha. El 2011 perdieron el control de la agenda y este año chocaron con el muro de popularidad que respalda a Michelle Bachelet, quien regresó empoderada de Nueva York, asumiendo parte de las demandas levantadas por el movimiento social y que ratificó su potencia electoral en las primarias del 30 de junio con una abrumadora mayoría de su sector”, escribió hoy el diario Dínamo.

Indudablemente que son muchas complicaciones para una derecha en decadencia,  ya que con Longueira es el tercer candidato que designan y que pierden. Los anteriores fueron Golborne y Allamand. Todo esto  mantiene a la Alianza con un bajo apoyo en las encuestas, lo que también podría haber afectado en el cuadro depresivo que afectaría a Longueira.
El sociólogo de la Universidad de Chile, Manuel Antonio Garretón, plantea que “el escenario político para la derecha ya era muy malo, porque además de haber sacado baja votación estaba en un proceso de descomposición y de división muy fuerte, acelerado por el tema del debate en torno a los proyectos del sistema electoral, con esto se les complica mucho más”.

Para el cientista político de la Universidad del Desarrollo, Eugenio Guzmán, el momento que vive la derecha es “dramático” y por lo mismo cree que la solución puede darse en un candidato nuevo, pero único del sector. “en esto se repetiría una característica de la derecha, que es recurrir a candidatos independientes para salir de este empate e inmovilidad”.
Sin embargo, el director del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea, Carlos Huneuus, asegura que lo que más le conviene a la derecha sería presentar dos candidatos, pero ve ese escenario como poco probable: “Dos candidatos, como el 2005, cuando sacaron más votos que Michelle Bachelet en primera vuelta. Dos candidatos movilizan más que uno. No creo que esa vaya a ser la solución, porque ellos están empecinados en la unidad y la UDI tiene mucho susto de quedarse sola. Especialmente si RN está negociando con la DC un acuerdo tan importante como la reforma electoral”.

Este es el peor momento en que la derecha pudo haber sufrido  la salida de Longueira de la carrera presidencial. Los pasos a dar, especialmente para la UDI, son muy delicados y peligrosos, porque uno que se de en falso puede significar la desintegración de la actual derecha, especialmente frente a la posibilidad de una alianza entre RN y la Democracia Cristiana, que podría convertirse en un nuevo conglomerado de centroderecha.

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