EL TERRORISMO OCCIDENTAL QUE ALUMBRA TERRORISMO YIHADISTA
Por David Bollero (*)
Desde el asesinato del periodista James Foley no he dejado
de leer análisis parciales del incremento del yihadismo en Occidente y, más
concretamente, en Europa. En buena parte de estas lecturas se describe el
proceso de manipulación de las mentes de jóvenes musulmanes de familias
desestructuradas que viven en suburbios y encuentran en el yihadismo una suerte
de integración, de pertenencia a un grupo, equiparando el proceso al que siguen
las redes de captación de sectas.
Algo de verdad hay en esta teoría, pero no podemos olvidar
que en la raíz del problema se encuentra Occidente y la impunidad con que éste
actúa en el contexto internacional. EEUU, por supuesto, se encuentra en punta
de lanza, pero sus palmeros europeos siempre están al quite para respaldar sus
acciones. Ese ente al que solemos llamar “Comunidad Internacional” y que, por
lo general, únicamente se nutre de EE U y sus acólitos. Con demasiada
frecuencia se toma la justicia por su
mano, pisoteando a conveniencia los Derechos Humanos más esenciales y, lo que
es peor, sin castigo alguno.
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El yihadismo es como un fuego y estas acciones impunes, pura
gasolina, que no sólo avivan las llamas, sino que producen deflagración. Hace
tiempo, durante la realización de un reportaje sobre drones, tuve oportunidad
de entrevistar a víctimas de estos bombardeos ilegales. ¿Qué efectos creen que tienen estos
asesinatos de mujeres y niños inocentes en la población islámica? ¿De veras
alguien puede creer que el odio y desprecio que generan esta matanza por
control remoto no alimentan a la bestia del yihadismo? Por supuesto, pero en
los análisis del terrorismo islámico se olvida eso, del mismo modo que tendemos
a pensar que detrás de la inmigración no están las prácticas neocolonizadoras
de los países desarrollados.
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Nuestro ministro del Interior (español), planea arrancar un
Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización implicando a
profesores y asistentes sociales para combatir los argumentos sobre los que
crece el islamismo radical. En ese plan, ¿se explicará que una de las fuentes
del argumentario yihadista está escrita “en cristiano”? ¿Se contará que EEUU y
Europa han cometido “terrorismo occidental” justificando guerras inventando
para ello armas de destrucción masiva y no juzgando después a quienes
promovieron el conflicto aun sabedores de la mentira? yihadista cabezas.
.
Este texto no es una defensa del terrorismo yihadista; nada
más lejos de la realidad. Es una condena a otro terrorismo, el occidental, que
solemos justificar con pasmosa desfachatez por el único hecho de que no nos
agrede. Por unos segundos, imagine que usted es hijo de inmigrantes libios en
España. Piense que buena parte de su familia aún viven al otro lado del
Mediterráneo y que, un mal día, con el pretexto de llevar la democracia —aún
cuando las libertades de los países acostumbran a ser menores tras el paso
occidental— se bombardea con aviones no tripulados dejando una larga lista de
víctimas civiles, entre ellas, sus primos pequeños. Imagine que la democracia
nada tenía que ver con ese bombardeo, que lo que realmente importaba era la
posición geoestratégica y las reservas de petróleo. ¿Hablaría o no de terrorismo
occidental?
Es hora de cambiar ese odioso discurso tras el cual
ocultamos nuestra responsabilidad, bajo el que enterramos nuestra culpa por
cometer actos terribles que engendran violencia, muerte y destrucción. Es hora
de atajar el terrorismo en todas sus dimensiones.
(*) - surysur* - Público.es
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