REFORMA TRIBUTARIA O EL LECHO DE PROCUSTO
Por Hugo Latorre Fuenzalida
Procusto o Prokrustés (el estirador), es un personaje de la mitología griega, representado por un bandido hostelero de la región montañosa del Atica, al que se le adjudicaba, por unos, una contextura de enano y de gigante, por otros. Este bandido acogía a los caminantes en su hospedería y los alojaba en un lecho de metal, lecho que se ajustaba a su tamaño. Cuando el hospedado dormía, Procusto lo ataba y amordazaba procediendo a amputar sus extremidades si su tamaño excedía al del lecho o a estirarlo, hasta descoyuntarle las extremidades, si el viajero era más pequeño que el camastro.
.
Podría decirse que Chile está viviendo, con la reforma tributaria- y también comienza a hacerlo con la reforma de la educación- una amputación similar a las aplicadas por Procusto a sus víctimas.
.
Los cercenamientos aplicados a la mentada reforma tributaria tienen el objetivo de enanizarla hasta dejarla del tamaño de su torturador. El hospedero criminal no puede tolerar que algo a alguien crezca más allá de la medida de su camastro. Entonces saca las tijeras y procede a recortar las partes que le sobrepasan. Así, la reforma tributaria intentada en Chile queda jibarizada y vuelve a armonizar con lo que mide el hospedero.
.
Chile es un país atado y amordazado; su Estado no puede crecer, por tanto tampoco lo podrá hacer su democracia. Chile está condenado a ser secuestrado y amordazado por este enanismo hospitalario, y será amputado cada vez que intente superar las medidas de la cama de hierro que lo ata y fija a la loca y disparatada manía de este hospedero ulttramontano.
.
En las democracias más desarrolladas, el Estado debe crecer en armonía con la complejidad de las estructuras sociales que la conforman. En las sociedades primarias, no se permite el desarrollo de los hombres bajo la protección y el fomento del Estado. Por el contrario, cada vez que una parte de la sociedad supera el marco institucional, que representa el camastro de Procusto, entonces emergen las herramientas de la amputación que operan con precisión, concisión y destreza.
.
Para eso están los discípulos del mitológico personaje griego, disponible en forma y figura de operadores, parlamentarios y consejeros, todos muy hospitalarios, pero con sus aviesas intenciones ocultas detrás de su acogedora disposición.
.
No es de caballeros dar nombres, pues la comparación es siempre odiosa, pero son fácilmente identificables dentro de la abundante fauna de tránsfugas camuflados y otros exhibicionistas, que se agolpan a las puertas de los poderes fácticos, todos mostrando caras de expertos en estos tráficos innobles.
.
Pero también Procusto es un estirador. De hecho han pretendido llevar a los pobres de Chile a experimentar un “crecimiento contra natura”, aplicándole la tortura del endeudamiento inviable, hasta llevarlos al descoyuntamiento de sus resistencias físicas. Ahí vemos a esa muchedumbre de personas que fueron amablemente acogidas en los sistemas crediticios y que, luego de estar dormidos en el mullido sistema de consumo, son torturados hasta descalabrarlos.
.
Así enseñaban los griegos antiguos a sus habitantes, con mitos y leyendas; así lo hizo también la añosa Biblia Hebrea y lo hizo el Nazareno para con los discípulos de su tiempo. Es que estos relatos en formas de parábolas o leyendas, enseñan más que cien tratados, porque simplifican el fondo de lo que se debe entender y desechan todo adorno y refinamiento, todo lo subalterno y lo que confunde.
Por Hugo Latorre Fuenzalida
Procusto o Prokrustés (el estirador), es un personaje de la mitología griega, representado por un bandido hostelero de la región montañosa del Atica, al que se le adjudicaba, por unos, una contextura de enano y de gigante, por otros. Este bandido acogía a los caminantes en su hospedería y los alojaba en un lecho de metal, lecho que se ajustaba a su tamaño. Cuando el hospedado dormía, Procusto lo ataba y amordazaba procediendo a amputar sus extremidades si su tamaño excedía al del lecho o a estirarlo, hasta descoyuntarle las extremidades, si el viajero era más pequeño que el camastro.
.
Podría decirse que Chile está viviendo, con la reforma tributaria- y también comienza a hacerlo con la reforma de la educación- una amputación similar a las aplicadas por Procusto a sus víctimas.
.
Los cercenamientos aplicados a la mentada reforma tributaria tienen el objetivo de enanizarla hasta dejarla del tamaño de su torturador. El hospedero criminal no puede tolerar que algo a alguien crezca más allá de la medida de su camastro. Entonces saca las tijeras y procede a recortar las partes que le sobrepasan. Así, la reforma tributaria intentada en Chile queda jibarizada y vuelve a armonizar con lo que mide el hospedero.
.
Chile es un país atado y amordazado; su Estado no puede crecer, por tanto tampoco lo podrá hacer su democracia. Chile está condenado a ser secuestrado y amordazado por este enanismo hospitalario, y será amputado cada vez que intente superar las medidas de la cama de hierro que lo ata y fija a la loca y disparatada manía de este hospedero ulttramontano.
.
En las democracias más desarrolladas, el Estado debe crecer en armonía con la complejidad de las estructuras sociales que la conforman. En las sociedades primarias, no se permite el desarrollo de los hombres bajo la protección y el fomento del Estado. Por el contrario, cada vez que una parte de la sociedad supera el marco institucional, que representa el camastro de Procusto, entonces emergen las herramientas de la amputación que operan con precisión, concisión y destreza.
.
Para eso están los discípulos del mitológico personaje griego, disponible en forma y figura de operadores, parlamentarios y consejeros, todos muy hospitalarios, pero con sus aviesas intenciones ocultas detrás de su acogedora disposición.
.
No es de caballeros dar nombres, pues la comparación es siempre odiosa, pero son fácilmente identificables dentro de la abundante fauna de tránsfugas camuflados y otros exhibicionistas, que se agolpan a las puertas de los poderes fácticos, todos mostrando caras de expertos en estos tráficos innobles.
.
Pero también Procusto es un estirador. De hecho han pretendido llevar a los pobres de Chile a experimentar un “crecimiento contra natura”, aplicándole la tortura del endeudamiento inviable, hasta llevarlos al descoyuntamiento de sus resistencias físicas. Ahí vemos a esa muchedumbre de personas que fueron amablemente acogidas en los sistemas crediticios y que, luego de estar dormidos en el mullido sistema de consumo, son torturados hasta descalabrarlos.
.
Así enseñaban los griegos antiguos a sus habitantes, con mitos y leyendas; así lo hizo también la añosa Biblia Hebrea y lo hizo el Nazareno para con los discípulos de su tiempo. Es que estos relatos en formas de parábolas o leyendas, enseñan más que cien tratados, porque simplifican el fondo de lo que se debe entender y desechan todo adorno y refinamiento, todo lo subalterno y lo que confunde.
¿No le parece de bastante claridad, simetría y semejanza esta
apropiación del mito antiguo para trasladarlo a nuestra realidad presente como
parábola de nuestros propios mitos?
Excelente analogía. También podría decirse que los parlamentarios de la Nueva Mayoría no han sabido manejar la retroexcavadora que les dio el voto popular.
ResponderBorrar