SALUD
EL DRAMA DE LA SALUD: LAS ISAPRES NO SE TERMINARÁN TAMPOCO BAJO
EL GOBIERNO DE BACHELET
Por Walter Krohne
Las declaraciones de la ministra de Salud, Helia Molina,
el último fin de semana, cayeron como un balde de agua fría en muchos sectores
sociales, menos en las élites conformadas por los dueños y directivos de las isapres donde sí hubo un
respiro profundo, porque quedó en claro que al menos bajo este gobierno
"progresista" no habrá un cambio estructural en salud ni tampoco en
su sistema de financiamiento.
.
Las aseguradoras privadas de salud tendrán entonces el
camino libre, por lo menos en los próximos cuatro años, para seguir lucrando y
ganando dinero a destajo con el aporte que reciben por las atenciones médicas y
los pagos mensuales calculados en unidades de fomento (UF) especialmente provenientes
de los aportes que hace la clase trabajadora.
.
Y todo esto a pesar de que en la última versión de la
encuesta CEP un 56% de los chilenos se inclinó por destinar los dineros de la
reforma tributaria a la salud y no a educación, lo que representa un golpe muy
bajo para el Gobierno que, como se ha dicho, ha confundido las prioridades en
cuanto a las necesidades que tienen los chilenos. Seguramente la gran mayoría
que desea mejorar los servicios de salud no ha salido a marchar lo
suficientemente como para ser escuchados por los políticos como sí lo han hecho
los estudiantes desde hace varios años.
.
Es preocupante pensar que en Chile los políticos se
equivocan muy frecuentemente de estrategias y caminos a seguir, porque uno de
los principales problemas de vida que tienen los chilenos es precisamente la
salud y las estadísticas señalan que las verdaderas urgencias en esta
materia las sufre el 70 por ciento de la población que no puede irse a una
isapre y no tiene más alternativa que seguir en el Fonasa.
.
Es un tema que si bien afecta a todas las clases
sociales, los que más sufren son los más pobres, entre ellos los jubilados, y
en este sector es donde se aprecia con mayor énfasis la desigualdad económica
que existe en Chile. Pero la ministra Molina parece que vive en otro mundo y, soslayando a la Comisión Asesora Presidencial y a la misma Presidenta,
declaró sin tapujos que los proyectos de reformas estructurales a realizarse
durante los próximos cuatro años son los que aparecen en el programa de gobierno:
reforma tributaria, reforma educacional y nueva Constitución. No hay lugar, por
tanto, para reformar de raíz el sistema nacional de servicios de salud y las
isapres. Con énfasis, dijo: "La línea del gobierno en salud la represento
yo" y calificó de opiniones personales de la directora del Fonasa,
Jeanette Vega, lo dicho respecto de que
el 7 por ciento destinado a salud no les pertenece a los
trabajadores."Ella es subalterna mía" enfatizó.
.
La oferta oficialista entonces estaría sólo en la reforma
educacional y punto. Hay que reconocer que ésta es importantísima para un país
como Chile, pero debe aceptarse que dicha reforma irá concretándose a muy largo
plazo, si es posible que así sea, porque el cambio que debe darse es complicado debido a
los distintos tipos o sistemas que existen en la educación chilena: colegios
subvencionado con copago, subvencionados sin copago, municipalizados, y
privados sin aportes estatales.Todos ellos deberían encausarse a muy largo
plazo en un sistema fiscal único y gratuito de educación. Aparte está todo el
sistema universitario, el cual también debería llegar a ser fundamentalmente
fiscal y gratuito. Hasta ahora se habla poco o nada de cómo se va a mejorar la educación, que es lo más importante.
.
Es una negociación compleja porque en ella deben necesariamente participar y ponerse de acuerdo diversos sectores con distintos puntos de vista e intereses como son el Gobierno, los
sostenedores de colegios, los profesores, los padres y apoderados, y los
estudiantes.
.
Pero tampoco la reforma constitucional es un proyecto fácil de
abordar, lo que ha puesto ya en alerta a Nueva Mayoría al dar señales de una irremediable postergación de esta propuesta. El Presidente de la
Comisión de Constitución del Senado, Felipe Harboe (PPD) ya hizo un adelanto concreto sobre esto en la segunda semana de agosto:
"No tengo temporalidad, pero la profundidad del cambio impedirá tener una
nueva Constitución en este período presidencial".
.
Un mes antes, la misma Mandataria se encargó de aclarar:
"Esperamos avanzar en una nueva Constitución, al menos redactarla e
iniciar su discusión", dijo.
.
En el caso de la salud, sin embargo, los enfermos de
cáncer, con dolencias cardiacas graves u otras decenas y decenas de
enfermedades de complicado desarrollo y que llevan a los pacientes casi irremediablemente
a la muerte, están ahora necesitados de
un mejor servicio de salud y no pueden esperar años para recibir las atenciones
adecuadas que se merecen como chilenos que han trabajado toda una vida para su
país. No es posible que todavía en el siglo XXI haya familias que se arruinen
económicamente porque deben financiar el tratamiento de una o varias
enfermedades que afectan a su núcleo familiar o que los vecinos tengan que
organizar rifas, bingos o bazares para poder juntar el dinero que hay que pagar
en caso de enfermedades, hospitalizaciones u operaciones graves.
.
Esto significa que la "gran obra" de este
Gobierno podría llegar a limitarse sólo a la reforma educacional que se financiaría con la
reforma tributaria (reformas acopladas). Sin embargo, esto tampoco está muy claro debido a que las prioridades en este intento están también equivocadas al concentrarse
primero en las cuestiones públicas y burocráticas (inmobiliarias) y no en lo
esencial que es el mejoramiento de la substancia misma de la educación en
Chile.
.
En consecuencia, quizá llegaremos a hablar al final de una reforma educacional a medias.
.
¿Qué nos quedaría entonces? La salud, pero la ministra de esta cartera Helia Molina
con mucha arrogancia puso punto final al tema diciendo que era ella la que
mandaba en salud y que un cambio estructural del sistema no se va a dar.
"Nosotros no vamos a hacer una reforma estructural. ¿No hay espacio para una
cuarta reforma en este gobierno?, se le preguntó: "No, porque son sólo
cuatro años".
.
Aún más, la infraestructura hospitalaria tampoco
garantiza el buen tratamiento de los enfermos, pues para ello se requiere, no sólo
de edificios sofisticados, como se dice y a veces se critica, sino fundamentalmente de médicos capacitados, con las especialidades
que correspondan, lo que en Chile es deficitario. Para hacer aún más complicado
este aspecto, se ha informado de las dificultades que enfrentan los hospitales
estatales que están al margen de los servicios públicos de salud, como los de
las Fuerzas Armadas, Universidad de Chile, Codelco y otros, que no cuentan con
el número suficiente de profesionales.
.
El respaldo de la directora de Fonasa, Jeanette Vega, a la Comisión Asesora Presidencial que estudia un nuevo modelo para el
sistema privado de salud que pondría fin al sistema de isapres, no es de la
simpatía de Helia Molina: "La línea
del gobierno en salud la represento yo y la directora de Fonasa es subalterna
mía", dijo.
.
Una cosa es ponerle término al debate sobre el sistema
privado de salud que no está en los planes del Gobierno, pero otra es conocer
el trato que el Ministerio y la ministra Molina espera darle a la imensa
mayoría de los enfermos que continúan enfrentando graves carencias, al contar
con una atención primaria deficiente y falta de personal especializado. Como aún parece que el actual gobierno, que anunció inversiones masivas en salud, no tiene una agenda específica, parece ser este problema la causa principal de las críticas políticas que se le
hacen a la ministra ¿tiene los días contados?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario