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martes, 29 de marzo de 2011

Robo de bebés: Videla no declara porque afirma que está condenado de antemano

El ex dictador Jorge Rafael Videla (85), condenado ya dos veces a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, tiene en estos días la oportunidad de declarar ante el tribunal que lo está juzgando por el robo sistemático de bebés entre 1976 y 1983 a través de una videoconferencia.

El Tribunal Oral Federal Nº 6 porteño retomó esta semana las audiencias del juicio oral en el que son juzgados los ex presidentes de facto Videla y Reynaldo Bignone (el último dictador Reynaldo Bignone de1982-1983), junto a otros seis imputados, por 34 casos de apropiación de menores durante el último gobierno militar, los 
los ex marinos Jorge Acosta, Antonio Vañek, Rubén Franco, José Luis Magnacco (médico), el ex general Santiago Riveros, y el ex prefecto Jorge Antonio Azik.
Sin embargo, Videla dijo que está "condenado de antemano" y declinó defenderse en el juicio por robo de bebés. En una videoconferencia declaró desde el Hospital Militar, donde se encuentra internado, que hubo un prejuzgamiento en su contra desde 1983, cuando el ex presidente Raúl Alfonsín, ya fallecido, ordenó investigar los delitos de la dictadura con el decreto que llevó al histórico Juicio a las Juntas.  El ex dictador Jorge Rafael Videla afirmó esta tarde que desde 1983, cuando gobernaba el presidente radical Raúl Alfonsín, se siente "condenado de antemano" en los juicios por delitos de lesa humanidad perpetrados durante su régimen de fuerza. "A partir del prejuzgamiento del decreto 158/83 del presidente Alfonsín", dijo.

Videla hizo esta mañana esas declaraciones, por videoconferencia, desde el hospital Militar donde se repone de la fractura de un brazo, en el juicio que se le sigue por el supuesto plan sistemático de robo de bebés a los desaparecidos entre 1976 y 1983. El decreto 158/83 referido fue la norma del Poder Ejecutivo de entonces que instruyó a la Cámara Federal para la investigación de los delitos perpetrados por la dictadura.
El 21 de diciembre último, el ex general  fue condenado en la ciudad de Córdoba a perpetuidad por segunda vez por crímenes de lesa humanidad. En esa ocasión, Videla le dijo a sus jueces que era un "preso político". "No he venido a defenderme, este no es mi tribunal natural. Asumiré bajo protesta la injusta condena y la he de ofrecer como un acto de servicio", dijo entonces Videla.

Entre los 34 casos que se juzgarán ahora, se encuentran el del nieto de la presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, cuya hija, Laura, estaba embarazada cuando fue secuestrada, y el de la nieta del poeta Juan Gelman de Uruguay. Según la misma organización,  ya hubo 102 casos en los que las víctimas recuperaron su identidad biológica.


Reynaldo Bignone

Ambos ex presidentes de facto ya no cuentan con el beneficio de prisión domiciliaria del que gozaban hasta hace algunos meses. Videla está alojado en la cárcel del Servicio Penitenciario Federal de Campo de Mayo, cumpliendo prisión perpetua por los 31 secuestros, torturas y asesinatos en la UP1 cordobesa entre abril y octubre de 1976. Bignone, por su parte, está alojado en el penal de Marcos Paz, cumpliendo su condena de 25 años de prisión -dictada en abril pasado- por ser coautor penalmente responsable de 56 casos de allanamiento ilegal, robo agravado, privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos cometidos en Campo de Mayo.

Historia de Videla

La historia de Jorge Rafael Videla es larga y tenebrosa, igual que otros dictadores latinoamericanos, como el mismo Augusto Pinochet Ugarte. Con 85 años, el "robo de los bebés" es el tercer gran proceso en su contra tras la condena a perpetuidad de Córdoba y en 1985 en el proceso contra las Juntas Militares, ocasión en que fue beneficiado con un indulto que decretó el ex presidente Carlos Menem.

Videla gobernó Argentina entre 1976 y 1981 y su período estuvo marcado por la desaparición y el asesinato de miles de personas, secuestros y torturas, igual que en el caso de Chile.

La diferencia entre ambos está en que Pinochet nunca fue juzgado y murió en el Hospital Militar con toda clase de atenciones, tanto médicas como de hotelería, y luego recibió en su funeral honores militares en la Escuela Militar. Videla en cambio fue condenado ya dos veces a cadena perpetua, fue declarado culpable de crímenes de lesa humanidad por dos tribunales, y ahora cumple su pena en una cárcel pública y no en una cárcel especial como en Chile, donde los represores que han sido condenados están en Punta Peuco o en otros lugares, donde viven con todo tipo de comodidades.

La culpabilidad

En diciembre pasado el diario La Nación de Buenos Aires publicó en una documentación que "después de 25 años de silencio y durante el juicio al que fue sometido junto a otras 29 personas por asesinatos, secuestros y torturas, el ex dictador Jorge Rafael Videla reconoció su responsabilidad en la última dictadura militar".

Sus palabras no dejaron lugar a dudas: "Asumo en plenitud mi responsabilidad castrense en todo lo actuado por el Ejército en la guerra interna contra la subversión terrorista".

Al cabo de ese cuarto de siglo, el mensaje no cambió: volvió a reivindicar la represión en diciembre en Córdoba,  al dar sus últimas palabras antes de la sentencia que lo condenó a reclusión perpetua por crímenes de lesa humanidad y lo envió a una cárcel común. Durante el proceso, sin ninguna muestra de arrepentimiento, el ex militar cuestionó a los magistrados que lo juzgaron y dijo que sólo reconoce la competencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

La decisión de Menem fue revocada por la Justicia. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ratificó la nulidad del indulto a Videla. El máximo tribunal confirmó una sentencia de la Cámara Nacional de Casación Penal y señaló que constituye una obligación del Estado argentino "investigar y establecer las responsabilidades y sanción" de los delitos de lesa humanidad, pues por su gravedad son contrarios a la Constitución nacional y a los tratados internaciones ratificados por el país.

Videla, que nació en Mercedes, provincia de Buenos Aires, el 2 de agosto de 1925, fue designado presidente de facto por la Junta Militar, tras el golpe de Estado que puso fin al gobierno constitucional de Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de 1976.

Desde ese día gobernó el país hasta 1981 en lo que se llamó el Proceso de Reorganización Nacional. Además, fue jefe del Ejército entre 1975 y 1978. Ingresó en el Colegio Militar en 1942 y se graduó en 1944 con el rango de subteniente de infantería. Formó parte de la Secretaría de Defensa entre 1958 y 1960, dirigió la Academia Militar hasta 1962. En 1971 fue ascendido a general de brigada y nombrado por el dictador Alejandro Lanusse como director del Colegio Militar de la Nación.

Su período dictatorial estuvo marcado por la desaparición y el asesinato de miles de personas, secuestros y torturas. Tras la restauración de la democracia, en 1983, fue juzgado y condenado a cadena perpetua y destitución del grado militar por los numerosos crímenes cometidos durante su gobierno.

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