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miércoles, 12 de enero de 2011

Piñera está perdiendo "la guerra" contra los magallánicos - Lamentan falta de manejo político

Por Walter Krohne

Definitivamente el Gobierno del Presidente, Sebastián Piñera, ha perdido el control frente al conflicto por el gas en la Región de Magallanes. Le fallaron sus asesores al imponer una conducta de “hechos consumados” errada y fuera de todo esquema democrático. Basta con decir que la Intendenta Regional se enteró sólo horas antes, de que se hiciera el anuncio oficial, del alza del precio del gas. Nadie habría conversado con ella…¿es esto posible?

Si recién hoy el Palacio de La Moneda anuncia que está dispuesto a flexibilizar las medidas, como dijo esta mañana la vocera Ena von Bär, ya es demasiado tarde.


Piñera perdió otra gran batalla por falta de “generales” y se encuentra aislado políticamente y resguardado sólo por un grupo minoritario de sus seguidores o "guardias políticos" del Palacio, como son la vocera, el ministro y el subsecretario del Interior, el ministro de Energía y el de Planificación. Estos dos últimos no han obtenido ningún resultado en sus anunciadas negociaciones en Punta Arenas.

Dos mujeres muertas y una menor herida de gravedad en los incidentes de anoche es un hecho muy serio que posiblemente haya marcado a Piñera para todo su mandato. Ninguna acción de último minuto, de corto, mediano o largo plazo, podrá salvarlo de este aislamiento. Ha perdido una Región importante que no podrá visitar ni siquiera disfrazado, porque no lo van a recibir.

Tampoco podrá contar en el futuro con el votos de los parlamentarios independientes de Magallanes, al menos por largo tiempo, a los que podría haber recurrido en casos de urgencias o emergencias legislativas. Los magallánicos ya no marchan con banderas chilenas, sino con banderas negras y con símbolos regionales…¿significa esto que cada vez se sienten menos chilenos y siguen los pasos de los mapuches y pascuenses?.

En este conflicto, ningún sector político parece apoyar abiertamente al Presidente, lo que quedó demostrado ayer en la Cámara de Diputados al aprobarse la interpelación que se realizará contra el ministro de energía, Ricardo Rainieri, donde todos los sectores estuvieron de acuerdo en llevar adelante este trámite legislativo. Esta será entonces la segunda interpelación ministerial que tendrá lugar en menos de diez meses de Gobierno.

Todos estos antecedentes nos permiten recordar las expresiones sobre este tema del senador oficialista de Renovación Nacional (RN), Andrés Allamand. Al parecer tiene razón cuando criticó el último fin de semana el tratamiento que se le está dando al problema que ha convertido a Punta Arenas, ubicado a 3.141 al sur de Santiago, en un verdadero polvorín.

La crítica de Allamand está dirigida al error cometido al no considerarse el contexto político en que la medida del alza del gas fue adoptada. "Yo no sé si ésta se analizó o no en el comité político que funciona todos los días lunes en La Moneda. Si no se analizó, entonces para qué está ese comité. Y si se analizó, entonces el problema es más grave, porque ahí hay gente que tiene experiencia y que perfectamente debería haber advertido lo que muchos advirtieron", dijo el senador.

En diciembre de 2010, la Enap aprobó la modificación del precio del gas natural que se entrega a Gasco Magallanes. De esta manera, la tarifa aumentó en un 16,8%, lo que causó el rechazo inmediato de la población magallánica. A pesar del alza, Enap mantuvo la bonificación de 1,3 dólares por millón de BTU para clientes con un volumen máximo de demanda mensual de 1.000 m3 estándar de gas. Pero según los detractores, como cae el subsidio toda la industria se verá afectada y obligada a traspasar el mayor precio al valor final de sus productos y servicios.

El gobierno culpa de la situación a la forma en que los gobiernos de la Concertación administraron la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), que “prácticamente” la dejaron en la bancarrota, al registrar activos por 400 millones de dólares y pasivos por 4 millones de dólares. Sin embargo, hay mucho más detrás del gran telón de la política (ver a continuación la documentación: Las claves del conflicto).

La medida afecta principalmente a las familias de menores recursos que utilizan preferentemente gas en los servicios domésticos, especialmente en la calefacción en una Región donde las temperaturas son muy bajas durante todo el año, pero también en los precios generales de los productos. Sólo como ejemplo: Las panadería ya anunciaron un fuerte alza del kilo de pan.

Ya antes de las manifestaciones, algunos analistas calificaron las protestas como un elemento peligroso y que podría ir en la dirección del “gasolinazo en Bolivia”, aunque otros dudaron que esta situación pueda llegar tan lejos. Hasta ahora parece que están ganando los primeros.

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