El Gobierno chileno se ha inclinado por la transparencia plena frente a Bolivia y al proceso en su contra que Perú inició en la Corte Internaciuonal de Justicia de La Haya. Si el gobierno boliviano pide acceder al expediente de la demanda peruana contra Chile, el gobierno de Santiago no tiene "ningún inconveniente" en que así se haga. Bolivia está en negociaciones con Chile para lograr una salida al Pacífico.
Analistas en Santiago opinaron que ésta ha sido una jugada maestra del Ministerio de Relaciones Exteriores que encabeza el Canciller Alfredo Moreno, porque al tiempo de fortalecer su posición, en el sentido que Chile no tiene nada que esconder y está actuando sobre la base de acuerdos, tratados de límites anteriores y hechos reales, al mismo tiempo debilita al Perú que, en este sentido, su posición no sería tan sólida como parece.
Para acceder a la documentación de este juicio, Bolivia deberá hacer el requerimiento en el mismo Tribunal y para que la petición sea efectiva necesita luz verde de los dos países implicados en el liticio. Las mismas fuentes señalaron que era muy probable que Perú rechace una petición boliviana de estas características.
"No hemos recibido un requerimiento de ellos (bolivianos) en forma oficial. Entendemos que tienen interés. Si ellos lo requirieran, nosotros no tenemos ningún inconveniente en que ellos tengan acceso al documento", aseguró el canciller Moreno, quien habló ante la prensa tras finalizar en el Palacio de La Moneda una reunión encabezada por el presidente Sebastián Piñera con los presidentes de todos los partidos con representación parlamentaria, para analizar asuntos de política exterior.
El canciller boliviano, David Choquehuanca, no descartó el martes llevar la demanda marítima boliviana al tribunal de La Haya, aunque ayer reiteró su compromiso de mantener esa negociación en el plano bilateral, a través de una carta que Chile "aceptó y valoró". Este hecho puso otra vez el tema sobre la mesa del debate cotidiando de política exterior. La declaración de Choquehuanca causó sorpresa y en cierta forma también frustración y malestar en Chile, debido a que el tema marítimo está incluido en la agenda de 13 puntos que los dos gobiernos han acordado abordar y resolver.
Bolivia perdió su salida al mar en una guerra librada contra Chile a fines del siglo XIX, y esta reivindicación figura en la agenda bilateral de trece puntos que ambos países mantienen desde 2006.
Una de las opciones que Chile baraja es otorgar a Bolivia una franja sin soberanía de siete kilómetros que separa a la ciudad chilena de Arica, a 2.050 kilómetros al norte de Santiago, de la línea fronteriza con Perú, que quedó fijada en el Tratado de 1929.
Esta alternativa no rompe la continuidad del territorio chileno, pero requiere de la aprobación de Perú, ya que según ese tratado, ese país debe ser consultado en caso de que Chile decida ceder a un tercer Estado territorios que antes fueron peruanos, como es el caso de Arica.
La demanda que Perú presentó en 2008 ante la CIJ busca llevar la frontera marítima con Chile desde el paralelo hasta una línea equidistante a las costas de ambos países, lo que podría perjudicar las opciones de Bolivia de obtener una salida al mar por ese corredor.
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