El gasolinazo del pasado 26 de diciembre repercutió directamente en el alza de tarifas del transporte y en los precios de los alimentos en Bolivia, determinando un indicador mensual de inflación de 1,76 por ciento y empujó al anual a un 7,18 por ciento para 2010.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló en un informe de prensa que “los precios del servicio de transporte en microbús, minibús y almuerzo fuera del hogar registraron mayor incidencia positiva en el mes de diciembre”.
El Gobierno aplicó un incremento de precios a los carburantes que afectó a los costos de servicios y productos, y desató la protesta popular el pasado jueves en diferentes ciudades, obligando al Presidente Evo Morales a dar marcha atrás y derogar el decreto respectivo.
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