El presidente francés, Nicolás Sarkozy, dijo hoy en Tolón (sur de Francia), en un discurso ante 5.000 personas, que "la única manera de protegernos (de la crisis) es ser artesanos de un cambio con los otros (países), más que emprender una aventura en solitario", dijo entre aplausos, añadiendo que con la unión de Francia y Alemania "toda Europa sale reforzada".
El discurso causó sorpresa en distintos sectores políticos franceses y europeos, porque habló también de la necesidad urgente de "refundar" Europa y de restaurar su credibilidad y confianza, y anunció que el lunes se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, para lanzar propuestas que garanticen "el futuro" del viejo mundo.
"Si Alemania y Francia se unen, toda Europa se une y fortalece", dijo el presidente ante un auditorio de 5.000 personas, recalcando que la convergencia "conlleva la paz" y no significa que un país vaya por detrás de otro.
Reconoció que la jubilación a los 60 años y la jornada de 35 horas han sido en Francia un error en un llamado al pueblo francés a “corregir los excesos” que han conducido al país a una “situación insostenible”, pidiendo a sus compatriotas a que respondan a la crisis con “trabajo, esfuerzo y rigor en el gasto”.
El presidente consideró que ante la crisis de la zona euro ha vuelto el miedo en Francia por el peligro a "perder el control de su destino", y consideró que la única manera de hacerle frente es decirle la verdad a los franceses.
"Decir la verdad es decir que esta situación insostenible se ha visto tan agravada por la crisis que es imposible que se mantenga", dijo en un discurso en la localidad de Tolón, la misma en la que en septiembre de 2008 arremetió contra las derivas del capitalismo.
El presidente afirmó que la causa de esta crisis se remonta a finales de los setenta "con la instauración de una globalización sin otra regla que la de garantizar la libertad de comercio", y subrayó la voluntad del país de volver a tomar las riendas de su destino.
"Es el momento de trabajar, invertir y emprender", indicó en su intervención, en la que adelantó una "revolución a largo plazo", en la que recalcó que el camino del crecimiento no puede alcanzarse "solo", porque "no hay diferencias entre la política nacional y la europea".
Sarkozy aseguró que "el aislamiento no es una solución" y que no hay "opción entre la apertura y el cierre, porque el cierre sería mortal" para la economía, el empleo y el modo de vida de Francia y conllevaría un "declive" económico, intelectual y moral.
"Ha llegado el momento en que el Estado debe volver a ser innovador, inversor", indicó el presidente, subrayando que el proteccionismo conduce a la "catástrofe", y que "todo el mundo debe aceptar que la soberanía se ejerce con los otros" ya que esta se defiende mejor "con los aliados".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario