¿QUÉ HAN RESUELTO LAS AUTORIDADES?
LOS HECHOS
La inmobiliaria Reñaca Concón S.A. (Reconsa) decidió hacer efectivo el derecho de propiedad que desde 1979 detenta sobre las 50 hectáreas de terrenos en los que se ubica el campo dunar de Concón, levantando un cerco en el perímetro frontal del predio, lo que ha originado una serie de protestas de los vecinos, amantes de la naturaleza y defensores del medio ambiente.
Los vecinos advierten que el proyecto inmobiliario afectará también a una superficie de 19,5 hectáreas declarada Santuario de la Naturaleza. En 1993, cuando el Ministerio de Educación da origen al área protegida, ésta abarcaba casi la totalidad de las dunas, con 44 hectáreas, pero antes, el municipio de Viña del Mar había dado permisos de construcción a Reconsa, lo que obligó a Educación a reducir el santuario a 12 hectáreas en 1994. En 2006, un acuerdo entre Reconsa y el municipio amplió el santuario a 21,8 hectáreas. De ellas, 19,5 están en Concón y el resto en Viña
"Las dunas son un patrimonio de Concón que es visitada semana a semana por numerosas familias. No desconocemos que es un recinto privado, pero hacemos un llamado a las autoridades para que usen todas las herramientas que permitan mantener el acceso al menos a la parte que es santuario natural", dijo María José Aguirre, presidenta de la red "Duna Libre", quien se ha convertido en la líder de las actuales protestas.
El gerente general de Reconsa, Juan Ignacio Soza, argumenta entretanto que "lo que pasa es que una cosa son los sentimientos y otra el Estado de Derecho". Agregó que precisamente ése fue uno de los elementos que pesó en la decisión de la empresa. Estos terrenos son de propiedad privada. Son de nuestra empresa hace más de 30 años y antes lo fueron de la sucesión Borgoño. Toda la vida han sido de propiedad privada, nunca del Estado ni de ninguna de sus instituciones", señaló Soza.
OPINIÓN DE KROHNE ARCHIV
Antes eran dunas |
Este es otro problema que se origina por las grandes facilidades o quizá "arreglines" que el Estado y, especialmente las Municipalidades, pactan con las empresas privadas, como las inmobiliarias, empresas mineras o grandes constructoras, que arrasan con la naturaleza sin importarles mayormente, porque la prioridad número uno para ellas es hacer buenos negocios y no la conservación de árboles, lagunas, ríos o dunas. En otras palabras les interesa sólo la plata y no conservar la naturaleza. La verdad es que actúan como si no fueran chilenos. A estos empresarios tampoco les interasa que la gran masa de los chilenos, el pueblo, pueda gozar igualmente de estas bellezas naturales con su familia, especialmente en fines de semana. Es decir nos falta mucho para tener un Chile solidario. Si seguimos así, llegará el día en que nos impedirán subir a Farellones u a otro lugar, como se está viendo en el Parque Metropolitano de Santiago, donde el ingreso de un vehículo familiar cuesta ya 4.000 pesos los fines de semana.
LA SOLUCIÓN
Otra propuesta es la expropiación de 50 hectáreas del campo dunar, las que le serían pagadas a la inmobiliaria. Ya en el 2005, el Ejecutivo envió un proyecto al Congreso para expropiar dichos terrenos, pero los parlamentarios lo rechazaron. Ahora vuelve a surgir la opción que el Ejecutivo envíe otro proyecto para la aprobación del Congreso, donde se estima hay apoyo transversal a la protección de las dunas.
Expropiar dunas de Concón o modificar plano regulador
Por Roberto Silva Bijit (*)
No estamos en tiempos de cercos, más bien vivimos días de apertura y entendimientos.
La inmobiliaria Reconsa, dueña de los terrenos donde se encuentran las dunas, ha construido diversos edificios en el área. Como el tema escandalizó a mucha gente, que exigía respeto por una duna de alto valor ambiental, en el año 2005 la constructora llegó a un acuerdo con el municipio de Concón, con el gobierno regional y con el Consejo de Monumentos Nacionales. En ese acuerdo, para poder seguir adelante con proyectos inmobiliarios, (tenían 21 edificios proyectados en esa época) la empresa aceptó dejar 19,5 hectáreas como Santuario de la Naturaleza.
El terreno siguió abandonado y con muchas obras de construcción en su entorno. Y al igual como ha sido por más de un siglo, el lugar continuó siendo un espacio de diversión para niños y jóvenes, pero especialmente, un templo de la naturaleza con una magnífica biodiversidad, tal como lo señala Sergio Elórtegui en su libro "Las dunas de Concón, el desafío de los espacios silvestres urbanos".
Lo que en verdad pasó es que las autoridades municipales de Concón, al igual que las encargadas de temas ambientales y de protección de la naturaleza, dejaron abandonado este terreno único en la región, el que terminó siendo comprado por una constructora, como era lógico, para construir edificios.
La empresa ahora se cree dueña de terrenos que fueron declarados Santuario de la Naturaleza y pretende colocar un cerco y cerrar el paso, según dicen, para evitar el ingreso de motos y vehículos que destruyen el campo dunar. Si esa es su intención, debería quedar en claro que habrán puertas de acceso para los niños y sus familias que se tiran duna abajo y para los amantes de la naturaleza que quieran recorrer el hermoso territorio protegido.
Si quieren un cierre total, las autoridades deberían jugar un papel más activo y proponer caminos alternativos. Veamos algunas opciones.
No se puede cerrar un Santuario de la Naturaleza sin la expresa autorización del Consejo de Monumentos Nacionales y sin una evaluación de impacto ambiental.
El camino más interesante sería introducir restricciones al seccional, para proteger la totalidad del campo dunar en el nuevo Plan Regulador de Concón, que será licitado durante esta semana. De ese modo las dunas quedan fuera del control de la inmobiliaria. (¿Quién dice que mañana, con esta permanente política de hechos consumados con los que vivimos, no se les ocurra construir edificios también en el área protegida?).
El otro camino es más duro, pero forma parte de los métodos actuales de expresión de la comunidad ante la sordera y ceguera increíble de las autoridades y parlamentarios. Ya se formó la agrupación "Duna Libre", que encabeza María Aguirre. Ellos ya han realizado manifestaciones frente a las oficinas de Reconsa y esperan reunir recursos económicos para llevar a cabo una acción más contundente, que se oponga al cerco con la misma fuerza de los que son capaces de anunciar un cerco, que atenta contra los intereses de la comunidad.
Defender el ecosistema único de las dunas de Concón es una obligación de todos los ciudadanos que queremos una naturaleza más libre y para todos.
(*) Periodista - Fundador de "El Observador" de Quillota
No hay comentarios.:
Publicar un comentario