Las delegaciones del Gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que negocian en La Habana, Cuba, anunciaron que el tercer ciclo de diálogos se extenderá una semana más. Eso quiere decir que finalizará el 8 de junio.

Así lo confirmaron ambas delegaciones a través de un comunicado, en el que informan que dicha decisión se toma dada la importancia de los temas de la agenda que se están desarrollando: la participación de la sociedad y el cese del fuego.

«La mesa de diálogos de paz reitera su agradecimiento al pueblo y al Gobierno de la República de Cuba, así como a los países garantes y a los acompañantes del proceso su invaluable respaldo en las construcción de paz de Colombia», dice el documento, como informó este jueves el diario El Tiempo en Bogotá.

El ELN en acción en Colombia

El último martes, ambas delegaciones informaron que se seguía trabajando en la estructuración de un cese del fuego bilateral que permitiera «mitigar los impactos» de la confrontación armada en los territorios.

«El cese que se pretende acordar contaría con un mecanismo de verificación sólido, respaldado por la iglesia católica y la comunidad internacional e Integraría la participación de las comunidades en el ejercicio de veeduría», indicaron en un comunicado en ese momento.

Desde ese momento hasta hoy varios hechos han marcado la negociación, no obstante, ninguno de ellos ha generado el rompimiento de la mesa.

Desde el comienzo de la negociación, el mayor incidente que puso en peligro la actividad en la mesa de conversación en Cuba, ocurrió a finales de marzo cuando un ataque de la guerrilla del ELN a una base del Ejército colombiano en la zona rural del municipio de El Carmen, en el Norte de Santander, dejó un saldo de diez militares muertos.

Experiencia de Colombia en la búsqueda de la paz con la guerrilla: El caso FARCno es nada de alentador

En 2016 la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) logró llegar a un acuerdo de paz con el entonces Gobierno colombiano de Juan Manuel Santos después de cuatro años de tensas negociaciones en La Habana, Cuba, para poner fin a más de 50 años de conflicto armado en Colombia. Es un proceso similar al que se realiza ahora con el FLN y en el mismo escenario anterior, como es Cuba.

Las FARC llegaron a tener casi 6.000 combatientes en la selva colombiana.

Las partes firmaron el acuerdo final en el Teatro Colón de Bogotá, el 24 de noviembre de 2016 no sin antes tener que superar una serie de obstáculos e hitos entre los que se cuentan la desmovilización del grupo rebelde y la formación del partido político Farc, rebautizado posteriormente como Comunes; la derrota del Sí en un plebiscito por la paz rechazado por una estrecha mayoría; la negociación de la reforma al documento por la paz del Gobierno Santos con una oposición liderada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez y sus aliados, que a la postre generó una rápida ratificación de las mayorías oficialistas en el Congreso, y las posteriores fuertes críticas del uribismo que señalaban que nada se reformó y se ‘traicionó la voluntad popular’. 

Esto sin mencionar las entidades del Estado reformadas para la implementación o la creación de otras para avanzar en el desarrollo de lo pactado en La Habana.

De todo ese contexto ya se cumplen cinco años, tres transcurridos en medio de una criticada Administración de Iván Duque, señalada de incumplir o incluso pretender acabar con dicho Acuerdo. 

Así lo afirma la senadora por el partido Comunes Sandra Ramírez, que en diálogo con la Agencia Prensa Latina (cubana) dice que «desgraciadamente la sociedad colombiana eligió un presidente que desde su campaña electoral prometió hacerlo trizas (…) sus esfuerzos han ido siempre encaminados a realmente destruir el Acuerdo de Paz”.

Ramírez, sin embargo, asegura que el acuerdo se mantiene fuerte, a pesar de las «fuerzas oscuras», y que “sigue vivo aunque camina a paso lento».

Para algunas entidades colombianas y organizaciones extranjeras las estadísticas y resultados en estos cinco primeros años de implementación no son positivos, y tal vez poco optimistas a futuro.

El Defensor del Pueblo de Colombia, Carlos Camargo, aprovechando una reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres, quien estuvo de visita en el país a propósito de los cinco años de la firma del acuerdo, reveló preocupantes cifras del acompañamiento de la Defensoría al proceso de paz. 

Las alertas tempranas emitidas por la Defensoría señalan que “las personas en proceso de reincorporación a la vida civil afrontan riesgos elevados en 131 municipios de 23 departamentos”.

Camargo compartió con Guterres que, desde 2017, la entidad ha emitido 82 Alertas Tempranas en las que se advierten sobre los riesgos para la población en proceso de reincorporación, “especialmente aquella que se quedó en zonas donde la presencia del Estado y su oferta social es poca o nula, como las zonas rurales dispersas o de frontera”.

La Defensoría especifica que, en departamentos como Antioquia, Cauca, Nariño, Norte de Santander, Valle del Cauca y la Orinoquía, la exacerbación de la violencia, a través de diversos grupos ilegales, genera “afectaciones graves a la vida e integridad de personas en reincorporación”.

Según organizaciones internacionales como el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) a cinco años de la refrendación del acuerdo de La Habana, la situación no es alentadora.

«No hay nada que celebrar para los cientos de niños, niñas, mujeres y hombres de las zonas rurales de Colombia que huyen cada día de sus hogares para escapar de la violencia armada. Para ellos, la paz sigue siendo un sueño lejano», asegura en un balance que hizo el NRC sobre los cinco años del acuerdo el secretario general del Consejo, Jan Egeland.