Por Enrique Fernández

Una patrulla del Ejército de Chile fue testigo y protagonista de una escena de ciencia ficción, en la madrugada y en medio de la pampa nortina, cerca de Putre. Sus ocho integrantes, aterrorizados, vieron avanzar hacia ellos una enorme luz que secuestró al jefe de la patrulla, el cabo Armando Valdés Garrido.

El cabo, de 23 años, reapareció a los 15 minutos, detrás de sus hombres que lo buscaban. Mostraba una barba de cinco días, en circunstancias que antes de su desaparición se hallaba perfectamente afeitado, y su reloj adelantó su registro del tiempo también en cinco días, aquella fría madrugada del 25 de abril de 1977.

Después de 46 años, los estudiosos de avistamientos en el cielo y fenómenos misteriosos en el planeta Tierra, aún se preguntan si lo que ocurrió en Pampa Lluscuma fue la visita de un objeto volador no identificado (OVNI)), una nave extraterrestre o fue sólo un fenómeno luminoso anómalo (FLA).

Uno de esos estudiosos es el escritor y periodista Juan Jorge Faundes, autor del primer libro que analizó el caso tres meses después de aquel misterioso episodio. Y por estos días, después de años de investigación, Faundes lanza a la circulación un segundo libro: “OVNI, ustedes nunca sabrán”. El titulo reproduce parte de lo que Valdés dijo a sus hombres cuando regresó de la luz.

A grandes rasgos, basado en los testimonios de los soldados, el autor describe la escena así:

La luz estaba como a unos quinientos metros. Era un resplandor […] Lanzaba fulgores. La tonalidad era al mismo tiempo semivioleta. “Aumentaba y disminuía…Como que avanzaba… Como que fregaba…”.

El cabo ordenó apagar el fuego con las mantas y adoptar una posición de combate, hombro con hombro. En seguida se plantó ante sus hombres e increpó a la luz, gritando a viva voz que se identificase, que se retirase en nombre de Dios.

“Vete, en nombre de Dios te lo ordeno, le dije a la luz — relata el cabo—, nosotros estábamos dispuestos en esos momentos a cualquier cosa… Hicimos un juramento de permanecer juntos…” Pero el cabo Armando Valdés avanzó unos pasos y desapareció. Eran ya las 4.15 de la madrugada.

Más lejos, detrás de dos colinas, una segunda luz parecía observar lo que sucedía con la patrulla, por lo que Faundes se pregunta si esas luces eran naves extraterrestres tripuladas. “Lo inquietante y desconcertante –dice el escritor-, es el eco del mensaje que ese OVNI, o sus tripulantes, dejó grabado en la mente del cabo Valdés: “Ustedes nunca sabrán quienes somos ni de dónde venimos… pero regresaremos”. Ésas son las palabras que los soldados escucharon murmurar a su jefe, cuando despertó del desvanecimiento en que se sumió tras su regreso.

En su doble condición de escritor y periodista, Juan Jorge Faundes quiso tener un encuentro personal con el cabo Armado Valdés para aclarar sus  dudas. Lo logró seis años después de su supuesta abducción, que es el término utilizado en la ciencia ficción para los secuestros desde naves extraterrestres. El diálogo no fue esclarecedor, porque Valdés ha ido cambiando sus versiones con el paso del tiempo. Pero, en cambio, Faundes obtuvo una noticia que no preveía.

Para entrevistar al protagonista de esta historia, en representación del diario La Tercera, había que obtener una autorización del Comandante en Jefe del Ejército, que era también Presidente de la República, el general Augusto Pinochet. Desde su alta investidura, Pinochet delegó esa facultad en el Vicecomandante en Jefe del Ejército, general Julio Canessa Robert, que en septiembre de 1983 concedió el permiso al periodista, en estos términos: 

“Cumplo con dar respuesta a su petición de autorizar al cabo segundo de Ejército, Armando Valdés Garrido para que sea entrevistado por ese diario, con relación a su participación como testigo en una experiencia extraterrestre ocurrida el año 1977 en la localidad de Putre”.

Lo que se desprende de esta nota es que, por primera vez, una institución militar afirma que uno de sus hombres participó “en una experiencia extraterrestre”. En este caso, la institución que entregó semejante noticia, a través de su segunda autoridad en la línea de mando, fue el Ejército de Chile. 

Además de su conversación con Valdés, Faundes entrega un minucioso análisis desde disciplinas como la astronáutica, la geología, la psicología y otras, junto a una extensa bibliografía y textos de las entrevistas realizadas a Valdés por Pablo Honorato (TV 13, 1977) y Pedro Carcuro (TVN, 1999). 

Faundes quiso encontrar una respuesta científica para cinco “hechos base” previamente establecidos con algún grado de probabilidad: 1) Un Fenómeno Luminoso Anómalo o FLA de carácter terrorífico; 2) crecimiento inusual de la barba de Valdés; 3) adelantamiento en cinco días del reloj que portaba; 4) la nave a que hizo referencia en una regresión hipnótica, y 5) la presencia en la nave de tres humanoides con casco blanco.

La única hipótesis que cubre todos los flancos, desde los colores de la luz hasta los cinco “hechos base”, según Faundes, es la del agujero de gusano, considerado como un puente que desplazó al cabo Valdés desde un punto a otro punto del tiempo. Si aceptamos el adelantamiento del reloj y el crecimiento de la barba, el jefe de la patrulla viajó hacia el futuro, desde donde regresó al cabo de 15 minutos.

Para explicar esta hipótesis, podemos imaginar que el Universo es una manzana sobre cuya superficie un gusano viaja desde un punto hacia el lado opuesto, para recorrer la mitad de la manzana. Pero si el gusano cavara un agujero en la fruta, llegaría al otro extremo en un tiempo mucho menor. Es la puerta hacia los viajes en el tiempo.

Y es también el desafío que nos ofrece este apasionante trabajo del autor de “Vientos de silencio”, “El círculo del jabalí de fuego” y una veintena de libros que navegan entre el relato histórico, la ficción y la poesía..