Fue el hijo menor del dictador, Marco Antonio Pinochet Hiriart, quien dio la alarma de armas robadas a su padre que hoy están siendo utilizadas para cometer graves delitos y asaltos protagonizados por bandas delictuales.

Una pistola marca Pietro Beretta fue hallada en manos de una banda dedicada al tráfico de drogas en Valdivia. El arma tiene el nombre grabado de Augusto Pinochet Ugarte. La banda fue detenida -diez integrantes- mientras cometían un delito de tráfico de drogas en dicha ciudad sureña.

El diario La Tercera publica este jueves que para verificar el origen del arma, el Ministerio Público ingresó el número de inscripción de la pistola en el sistema de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN). Es ahí donde saltó la alerta, dando cuenta que el propietario de la Pietro Baretta, fue Augusto Pinochet.

Los imputados de la banda de “El Jordan” quedaron en prisión preventiva y se estableció -por ahora- que todo tenía que ver con un ajuste de cuentas con otra banda rival, pero, entre los policías y los investigadores de la fiscalía regional de Los Ríos, se instaló la duda en torno a la utilización de armas que pertenecieron a Pinochet.

Armas robadas a Pinochet

Las primeras diligencias arrojaron que la pistola había sido denunciada como extraviada el 30 de abril del 2014, en la 53 comisaría de Lo Barnechea, por parte de un familiar del dictador. Pero, con el correr de los días, fueron aparecieron más pistas sobre el origen de este arma con capacidad para disparar desde una distancias de hasta 20 metros.

La sorpresa se instaló entre los policías y fiscales del Ministerio Público cuando se llegó a un dato clave: cuando se denunció el extravío de esa pistola, entre otras armas desaparecidas, en 2014, no sólo se expuso la desaparición de la Pietro Baretta, sino que también de un verdadero arsenal inscrito legalmente a nombre de Pinochet. Se trata de un fusil, pistolas de marca Glock, Zick, Colt, SIG Sauer y revolveres Taurus, entre otros. En total, son 18 armas sin destino conocido.

Según se resumió en el parte policial, Marco Antonio, dijo que “el día 01 de enero de 2014, efectuó un inventario de las cosas de su padre, Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, en la que era su residencia ubicada en Los Flamencos Nº 3796, Lo Barnechea, percatándose que faltaba un gran número de armamentos de diferentes marcas y calibres, y que tenía debidamente inscritas con descripción de coleccionista y una de ellas con descripción de arma para defensa personal”, agrega La Tercera.

Nueve años después, el panorama cambió. El arma encontrada en Valdivia dio cuenta que el resto de las armas perdidas de Pinochet podrían estar en manos de bandas criminales o siendo comercializadas en un mercado negro que abastece frecuentemente a los grupos delictuales.

Igualmente ya en varios procesos seguidos por la justicia militar contra uniformados que robaron armas en sus unidades, se consignó que las especies estaban destinadas a bandas delictuales, según investigó Ciper, organismo que revisó las condenas dictadas por la Corte Marcial entre 2012 y 2022, y en al menos 15 casos hay pruebas o fuertes indicios de que las armas tenían ese destino. En seis de estas causas la justicia militar pudo registrar el nexo con delincuentes, incluidos narcotraficantes. En otras nueve surgieron potentes detalles que apuntaban en esa dirección.

Entre 2012 y 2022 la Corte Marcial de Santiago (con jurisdicción sobre el Ejército, la Fuerza Aérea y Carabineros) y la Corte Marcial de la Armada (ubicada en Valparaíso) registraron al menos 38 casos de robo de armamento –y de materiales afines, como chalecos antibalas, uniformes y otros– perpetrados por militares o carabineros, los que culminaron con condenas para 54 uniformados