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jueves, 27 de junio de 2013

27-6-2013-Edición 859

CHILE, POR UN PROYECTO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA:
HACIA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Por Hugo Latorre Fuenzalida

Chile muestra un bajísimo desempeño en el área de Ciencia y Tecnología. De hecho invertimos no más del 5% del PIB y lo hacemos en áreas bastante dispersas, es decir sin un plan de objetivos claros en el desarrollo del conocimiento pertinente a nuestro país.

Este tema es bastante relevante, en términos que, comparativamente, otros países en desarrollo se han alejado de nosotros en esta área, y lo han hecho de manera tan acelerada que prácticamente nuestro país parece detenido en el tiempo.

De hecho, los tigres asiáticos han incorporado tecnológicamente a sus sociedades un crecimiento del 380% entre 1985 y 1995, mientras que nosotros, en el mismo período, no superamos el 60%.

Usted puede decir: ¡pero si nosotros hemos avanzado bastante en modernizarnos, en los últimos años! Lo cierto es que podemos tener una capa superficial de nuestra sociedad integrada a las tecnologías modernas, pero podemos poseer tecnologías de gravitación menor en las fases productivas y de conocimiento científico; es decir, podemos ser usuarios no “duros” en tecnología (uso de telefonía celular, de computadores en fase de divertimento, etc.).

Entonces hay que señalar que en Ciencia y Tecnología (CyT) lo que se pondera con más valor es el saber que crea conocimiento aplicado (productivo o científico) y desarrollos de integración (infraestructura comunicacional) y una cultura de desempeño tecnológico. Pero sobre todo es la capacidad de generar capacidades multidisciplinarias para resolver con grados crecientes de autonomía los problemas que acarrea el proceso de desarrollo integral.

Los países más atrasados, son aquellos que presentan menos integración en sus tareas y desafíos para el desarrollo; son, habitualmente, sociedades conflictivas o no armónicas, con estructuras fuertemente trabadas y con vacíos de funcionalidad, que las hace problemáticas.

Esto habla de una planificación inexistente o dispersa, sin coordinación y sin integración, lo que le hace ineficiente e ineficaz, con rendimientos sub óptimos y rezagos competitivos notables.

¿Cómo abordar un proyecto nacional de desarrollo en Ciencia y Tecnología?

1.-Delimitar las posibilidades: Chile es un país en desarrollo, eso quiere decir que tiene grandes deficiencias en sus estructuras y funcionalidad social cotidiana, con carencias sustantivas de recursos, lo que le hace invertir poco y deber mucho (deuda social, infraestructura y cultural). Por tanto, un país con déficit en sus capacidades de financiamiento, debe privilegiar ciertas áreas donde sus ventajas comparativas se hacen más evidentes.

2.- La definición de las áreas de mayor posibilidad se hace de manera jerárquica y transversal.

A) las áreas de mayor incidencia económica, donde pesa más en el PIB y se tiene mayor competitividad internacional y nacional, deben ser privilegiadas en cuanto a jerarquía; pero los sectores que se perciben como complemento para los avances científicos y tecnológicos, corriente arriba (ciencia) y corriente abajo (industrialización), deben ser acogidos en la transversalidad imprescindible para su desenvolvimiento (minería, industrialización del cobre, del litio, molibdeno, paladio; mecatrónica aplicada a la minería, productos con aleaciones metálicas de cobre, uso sanitario y médica del cobre; cobre y su uso en infraestructura, vestuario y mobiliario.

B) Los sectores donde se tiene mayores capacidades adquiridas, humanas y operativas, pero en las que no se ha hecho un esfuerzo planificado para aprovechar todo su potencial de desarrollo, debe ser abordada con un proyecto nacional de largo plazo (biotecnología aplicada al cobre, a la medicina a la biogenética y a la producción alimentaria, recuperación del desierto, sustentabilidad de la fauna marina).

C) Los sectores que Chile no ha iniciado exploración alguna, pero que se percibe como de gran futuro, deben ser abordados de manera especial, acogiendo y promoviendo los recursos nacionales o externos que fueren necesario. En estos casos las alianzas virtuosas de mutuo beneficio, con países o empresas experimentadas en tecnologías o poseedoras de espacios comerciales, deben ser alentados (caso del litio, energía solar, combustión del carbón in situ).

D) Sobre estas áreas principales, Chile puede incursionar virtuosamente en una serie de campos asociados a los matrices: software especializado, aplicación de sistemas eléctricos al transporte, a la industria y al uso doméstico, a la producción agrícola, medicina, etc.

Junto con las políticas del aparato central, se deben activar políticas descentralizadas y autonómicas para el desarrollo de tecnologías con vocación regionalista. Los gobiernos regionales, con sus universidades, deben ser capaces de emprendimiento para los factores productivos y sociales de su propio interés, pudiendo establecerse plazas o parques tecnológicos especializados en las diversas regiones del país; parques que pueden estar abiertos a las iniciativas de alianzas con otras regiones y otros agentes externos interesados en acciones conjuntas.

En consecuencia, es posible para un país en vías de desarrollo, implementar políticas de Ciencia y Tecnología, bajo un proyecto nacional, al cual se suman los programas regionales y locales, los privados y universitarios, con la finalidad de producir una verdadera sociedad del conocimiento.

Una última acotación se dirige al sistema de formación en la educación de tercer nivel: debe cambiarse radicalmente las mallas curriculares, con la finalidad de formar profesionales dirigidos hacia el campo de la investigación y no hacia el academicismo profesionalizante.

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