El puerto de Hamburgo |
Ampliar la red de ciclovías, mejorar el transporte público, aumentar el número de automóviles eléctricos en las calles, modernizar ecológicamente las viviendas, registrar oficialmente nuevos biotopos y utilizar la basura para generar energía son algunas de las ideas verdes con las que la ciudad portuaria de Hamburgo aspira a sobresalir en el 2011 como Capital Verde Europea.
La segunda mayor ciudad de Alemania, con 1,7 millones de habitantes (aumenta a más de 3 millones en días labores por la población flotante que vive fuera de la ciudad o en estados federados vecinos), fue distinguida con ese título por la Comisión Europea, imponiéndose a otras 35 ciudades del continente. Luego de Estocolmo, la capital sueca, Hamburgo es la segunda gran ciudad que recibe la distinción por su compromiso ejemplar con la protección ambiental y de la naturaleza.
Dos turistas, Milenka y Kevin en el puerto de Hamburgo. |
El galardón se ve en Hamburgo como posibilidad para la ciudad y aliciente para comprometerse aún más con la ecología. En su calidad de metrópoli ecológica europea, Hamburgo quiere demostrar que la protección ambiental y la economía pueden ir de la mano. Para el año en que es Capital Verde Europea, Hamburgo planea más de 200 eventos y proyectos, con temas como “movilidad”, “clima y energía”, “naturaleza y zonas verdes en la ciudad”, “desarrollo urbano y vivienda”, “protección de los recursos y economía” y “consumo sostenible”.
Los canales de Hamburgo |
Además, Hamburgo organiza un “tren de las ideas”: una exposición itinerante que sale de gira a mediados de abril de 2011. En varias ciudades europeas, desde Oslo hasta Barcelona y desde Nantes hasta Varsovia, la muestra presentará ideas para metrópolis ecológicas.
El ambicioso objetivo de Hamburgo es reducir las emisiones de anhídrido carbónico, dañino para el clima, en un 40% hasta el 2020 y en un 80% hasta el 2050. La ciudad se ha fijado como meta abandonar luego por completo el uso de combustibles de origen fósil. En la generación eléctrica, por ejemplo, Hamburgo ha casi triplicado en los últimos doce años el uso de fuentes de energía renovables.
“HafenCity”, el mayor proyecto europeo de desarrollo urbano, es también un buen ejemplo de que la protección ambiental y el desarrollo económico no tienen por qué excluirse mutuamente. En Hamburgo, un taxi ecológico de contenedores sustituye hasta 60 camiones y transporta en el puerto todos los años unos 150.000 contenedores de una terminal a la otra.
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