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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Dolorosa derrota de Obama en elecciones legislativas y de gobernadores - La Cámara se "derechiza", lo que le ocasionará problemas a algunos países latinoamericanos de izquierda


Una dolorosa derrota sufrió el presidente demócrata Barack Obama dos años después de haber asumido el poder al perder ayer al menos 60 escaños en la Cámara de Representantes que está integrada por 435 diputados quedando conformada por 243 asientos republicanos y 192 demócratas.

Pero los demócratas no sólo perdieron la mayoría en la Cámara baja sino también unos diez Estados, pero lograron retener el dominio del Senado.  Los siguientes estados pasaron de tener gobernadores demócratas a republicanos: Pensilvania, Ohio, Michigan, Wisconsin, Iowa, Tennessee, Kansas, Oklahoma, Nuevo México y Wyoming.


Este resultado permite ahora trazar un nuevo mapa político en Estados Unidos por tratarse de un contundente voto castigo que se hizo sentir muy fuerte en las urnas, a tal punto que también dejó a los demócratas a un paso de perder la mayoría en el Senado.

En la Cámara de Representantes, faltando aún las últimas cifras del escrutinio, el Partido Republicano tenía 240 escaños conquistados y estaba encaminado a obtener tres más, mientras que los demócratas sólo consiguieron 184 y se dirigían a lograr otros ocho. En relación a la actual composición, ello representa que la oposición le arrebató 60 bancas.

Entretanto en el Senado, el escenario es menos complicado para los demócratas donde  mantendrán la mayoría tras lograr victorias claves en estados como Virginia Occidental y California. Esta situación frustró las aspiraciones republicanas de quitarle a los demócratas diez escaños para obtener la mayoría. Sin embargo, la diferencia es mínima, ya que el partido de Obama logró quedarse con 51 escaños, contra los 46 obtenidos por los republicanos.

Esta elección se caracterizó por un fuerte apoyo logrado por el denominado Tea Party, el movimiento ultraconservador, situción que sorprendió tanto a démocratas como republicanos.

El voto castigo es todo un mensaje para el gobierno de Obama y para su, ahora, incierto proyecto de reelección en 2012. En los hechos lo obligará a hacer cambios para impulsar su agenda en los dos años que le quedan de su actual período.

El más seguro candidato para ser el próximo presidente de la Cámara baja, John Boehner, en reemplazo de la demócrata  Nancy Pelosi, quien ocupaba el cargo desde el 4 de enero de 2007, reconoció que estas elecciones demostraron a lo largo del país que "estamos siendo testigos en estos momentos de un repudio hacia Washington, un repudio de la expansión del gobierno y un repudio a los políticos que se niegan a escuchar al pueblo". Sin embargo Pelosi corrigió diciendo que "el resultado de las elecciones no resta importancia al trabajo que hemos hecho a favor del pueblo estadounidense".

Elección de gobernadores

Los republicanos se apoderaron de gobernaciones demócratas en al menos 10 estados, incluyendo algunos que serán clave en las elecciones presidenciales de 2012, y esperaban aún algunas victorias más.

Aún así hubo algunas alegrías para los demócratas. En California, el demócrata Jerry Brown superó a la ex presidenta de eBay, Meg Whitman, para reclamar el puesto que mantuvo hace tres décadas. Reemplazará al republicano Arnold Schwarzenegger.

Los demócratas lograron otro puesto en Hawai, el estado donde nació el presidente Barack Obama, con la victoria del ex representante de la Cámara baja Neil Abercrombie sobre el vicegobernador republicano James Aiona. Asimismo, los demócratas mantuvieron sus gobernaciones en Nueva York, Massachusetts, Maryland, Nuevo Hampshire, Arkansas y Colorado.

En siete estados los resultados no estaban lo suficientemente definidos como para emitir un veredicto, pero se esperaban algunas victorias republicanas. Los estados eran Illinois, Oregón y Maine, con gobernadores demócratas, y Connecticut, Florida, Minnesota y Vermont, con gobernadores republicanos. En las elecciones de ayer se renovaron o fueron confirmados los gobernadores de 37 estados de la unión.

Tea Party

La fuerte ola conservadora que arrasó ayer los centros de votación estadounidenses no sólo cambió la balanza del poder en el Congreso, sino que además dejó en claro que los estadounidenses están muy enojados con Barack Obama por la crisis económica y confirmó la influencia creciente del fundamentalista Tea Party en la escena política nacional. Esa organización ultraderechista tuvo 4 de cada diez votos.

El voto es una respuesta a la crisis. Los sondeos en boca de urna de la cadena ABC News determinaron que el 88% de los votantes afirma que la economía está mal mientras que sólo el 14% dijo que sus finanzas van mejor que en el 2008. Los estadounidenses castigaron a Obama porque si bien impidió que el país cayera en un abismo financiero no redujo el casi 19% de desempleo ni alivió el número de embargos inmobiliarios. Ese descontento fue capitalizado por los fundamentalistas del Tea Party.

Con la derrota en Diputados, Obama tendrá en los próximos dos años, todavía más dificultades de las que enfrentó para que sus iniciativas, sean económicas, políticas o sociales, se transformen en ley. Vale recordar que, tras sus respectivas y aplastantes derrotas en las elecciones de mitad de término, el presidente Ronald Reagan y el presidente Bill Clinton adoptaron caminos diferentes para poder recuperar la iniciativa. Reagan profundizó su “revolución conservadora” y Clinton se movió hacia el centro conciliando posiciones con los republicanos.

Durante la campaña presidencial de 2008 Obama dijo que había que superar los enfrentamientos entre derecha e izquierda. “No hay Estados rojos (por republicanos) y Estados azules (por demócratas) lo que hay son los EE.UU. de América”.

Sin embargo el avance del movimiento Tea Party complicará no sólo a los demócratas sino también a los líderes republicanos. La irrupción de este grupo populista que pide aumentar los arsenales y que el Estado no se involucre en la salud de la población ni en su educación, ha polarizado al país.

Según las encuestas en boca de urna, el 68% de los entrevistados demócratas quieren aumentar el papel del Estado mientras que un 81% de los republicanos del centro a la ultraderecha quieren achicarlos. Lo mismo ocurre con la reforma del sistema de salud. El 61% de los demócratas quiere profundizarla, pero 82% de la oposición quiere anularla.

Tea Party debe su nombre al histórico motín que preparó el terreno para la guerra de Independencia en los años 1770. Sus partidarios, airados por lo que consideran despilfarro del gobierno, lograron meter a decenas de sus candidatos en las filas del Partido Republicano para estos comicios.

Una de las estrellas del Tea Party, Rand Paul, senador por Kentucky, advirtió que su objetivo era directamente "devolver el gobierno al pueblo".

Los efectos de estas elecciones en América Latina

1.-  Cambio en todos los cargos en el Congreso, la presidencia de todos los comités y subcomités que fijan  la agenda legislativa para América Latina, que pasarán de manos demócratas a manos republicanas. Por ejemplo, en la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara asumirá la diputada cubana de Florida Ileana Ros Lehtinen en reemplazo del demócrata Howard Berman. Ros, que es cubana nortemaricana, es muy dura y "odia" tanto a Fidel Castro como al presidente venezolano Hugo Chávez y que siempre desconfió de los Kirchner en Argentina.  Como escribió hoy Ana Baron en Clarin de Argentina, sus  posiciones políticas con respecto a la región, ya sea en lo que se refiera a Cuba o a Honduras, son totalmente opuestas a las que defiende la Cancillería argentina u otras cancillerías latinoamericanas .

La nueva presidenta de las Relaciones Exteriores, es crítica frente al movimiento de Irán que trata de  conquistar América Latina a través de Venezuela, destaca Baron.

Sin embargo, todo indica que con ella en el timón de este poderoso comité no solo se terminarán los esfuerzos de un grupo de legisladores demócratas para flexibilizar la política de EE UU. hacia Cuba sino que además prevalecerá un tono mucho más agresivo.

Lehtinen ha llegado a decir que estaría de acuerdo si “alguien asesina a Fidel Castro y a cualquier otro líder que este oprimiendo a su pueblo” . Pese a que existe mucha resistencia, también insistirá en que Honduras se reintegre a la OEA, agregó la analista Ana Baron.

Los países que hoy cuentan con gobiernos de derecha como Chile, Colombia y México, como también algunos centroamericanos y caribeños, estarán mucho mejor situados frente al nuevo Congreso estadounidense que el resto.

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