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martes, 9 de noviembre de 2010

El ex presidente George W.Bush justifica en sus memorias su "desastroso gobierno", como lo califican algunos analistas

“Puntos de Decisión o Decision Points” es el título de las memorias publicadas por el ex presidente George W. Bush en Dallas que han originado una serie de comentarios entre los analistas estadounidenses por algunos planteamientos o justificaciones a su política, para muchos tremendamente erradas.

Por ejemplo defendió el uso de la tortura en los interrogatorios y afirmó que “Irak es un país mejor en la actualidad gracias a su invasión”.

Sin embargo, no dice nada sobre el estado actual de la violencia que afecta a Irak y que se exrtiende, con altibajos,  desde el mismo día de inicio de la guerra en 2003.

Bush escribe también sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001 (S11), sus decisiones de enviar fuerzas armadas a Afganistán e Irak, y la respuesta al huracán Katrina (Nueva Orleans).

Sobre el S11 Bush señala que en un primer momento pensó que el ataque a las torres había sido un error "del peor piloto del mundo", aunque luego afirmó que su sangre "hirvió". "Nosotros íbamos a encontrar al que lo había hecho y patearle el culo", escribió en sus memorias. "Mi primera reacción fue enojo", indicó. "Y entonces miré a los niños, y su inocencia en contraste con la maldad de los atacantes se me hizo obvia. Y me quedó claro que mi trabajo era protegerlos", contó. Pese a haber inculpado al saudita Osama Ben Laden y al gobierno talibán de Afganistán por el ataque, su gobierno nunca pudo dar con ellos, aunque Bush afirmó que los forzó a "cambiar la manera de viajar, de operar y de comunicarse".

Sobre la tortura, dijo: "No hay duda de que el procedimiento era duro, pero expertos médicos aseguraron a la CIA que no producía daños permanentes (...) Hubiera preferido tomar la información de otra forma", aseguró Bush. El ex presidente norteamericano consideró también que "usar esas técnicas ayudó a salvar vidas".

Específicamente, los métodos utilizados eran el "submarino seco" -se tapa la cabeza del detenido con una bolsa de plástico hasta producirle ahogamiento- y el "submarino mojado", por el cual se le sumerge la cabeza en agua hasta producir el mismo efecto.

En el libro, Bush escribe que "esos interrogatorios ayudaron a frustrar los complots para atacar sedes diplomáticas estadounidenses en el extranjero, el aeropuerto de Heathrow y Canary Wharf en Londres así como toda una serie de objetivos en EEUU".

"No me importa qué opinión puedan tener de mí los ingleses. Ya no me importa. Y sinceramente, había veces que tampoco me importaba entonces", señaló el ex presidente en una entrevista con el The Times londinense.

Otra de las consecuencias que trajo el atentado del S11 fue la decisión de invadir Irak para destruir las supuestas armas de destrucción masiva que tenía el gobierno local. Saddam fue derrocado y ahorcado, y Estados Unidos implantó una "democracia" en la región, pero las armas nunca aparecieron y la Casa Blanca tuvo que reconocer que las informaciones sobre su existencia eran erróneas.

"Nadie se sintió más conmocionado ni enojado que yo cuando no encontramos las armas. Tenía una sensación de náuseas cada vez que pensaba en ello y todavía la tengo", sostiene a modo de explicación en su libro.

En el libro puesto en venta hoy, y por el cual cobró 7 millones de dólares, Bush también señaló que tuvo la intención de atacar Irán y Siria, pero que desistió luego de que la CIA dijera que esas operaciones no eran viables, destacó La Nación de Buenos Aires.

Hijo del también ex presidente George Bush (1988-1992), George W. presidió Estados Unidos entre 2000 y 2008 y el ataque islamista del S11 marcó fuertemente sus dos gobiernos, porque fue el hecho que decidió las dos campañas militares de las que hoy Obama quiere salir, pero no puede: Irak y Afganistán (octubre de 2001).

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