Roberto Mejía Alarcón, Presidente |
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú invoca al Presidente de Chile, Sebastián Piñera Echenique, a agotar los recursos para encontrar una solución a la crisis vivida por el periódico La Nación, esperando la misma eficacia demostrada en el rescate de los trabajadores mineros.
A continuación la carta enviada al mandatario chileno fechada el 15 de noviembre de 2010:
Excelentísimo Señor
Don SEBASTIAN PIÑERA
Presidente Constitucional de la República de Chile.-
Zuliana Lainez Otero, Secretaria General |
De nuestra mayor consideración:
Hace pocos meses quienes integramos la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, organización gremial formada por 89 asociaciones provinciales en todo el territorio peruano, con 82 años de ininterrumpida labor en defensa y protección de los derechos de los trabajadores de la prensa de nuestra patria, escuchamos con verdadera emoción latinoamericana su elocuente mensaje al noble pueblo chileno, en ocasión de su asunción como Presidente Constitucional de su país.
Dijo usted en ese entonces, haciendo referencia a la tragedia ocurrida por un terrible fenómeno de la naturaleza, que la bandera de la vida jamás será arriada. Hermosa frase que compartimos, tanto que nos lleva, en gesto de fraterna solidaridad, a recordarla en momentos en que 300 trabajadores del antiguo y querido Diario "La Nación" que atraviesan momentos de angustia ante el inminente cierre de dicho impreso cotidiano, que los dejará sin empleo, sin derecho al salario y sin el pan de cada día para sus necesitadas familias.
La radical medida adoptada por la junta de accionistas y no por el directorio de la empresa, en la que el Estado tiene el 69 por ciento del accionariado y la Sociedad Colliguay S.A. el 31 por ciento, también nos ha impresionado, aunque a decir verdad, en forma ingrata, porque en el fondo significa que le están negando a los más débiles, es decir a los trabajadores, el derecho a disfrutar de la bandera de la vida.
Esos trabajadores que a partir del 28 de noviembre estarán abandonados a su propia suerte, salvo que usted interponga sus buenos oficios, pasarán las mismas penurias que el Bruno Sandoval que mencionó en su discurso, viendo sus hogares convertidos en ruinas, sin posibilidades inmediatas de salir de la desolación, condenados a la miseria.
Por ello y al reiterar nuestras mayores consideraciones, excmo. Señor Presidente, debemos subrayar la trascendencia que tiene en estos momentos su urgente intervención, haciendo recordar, muy respetuosamente, que el desempleo deprime, enferma y mata. Ayude por eso a que los trabajadores de la edición impresa de "La Nación" recojan la bandera de la vida, para que la levanten con su trabajo diario y vuelva a flamear al viento, con la dignidad de quienes no tienen más anhelo que su derecho a existir como seres humanos.
Atentamente,
Roberto Mejía Alarcón, Presidente
Zuliana Lainez Otero, Secretaria General
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