Héctor Timerman |
En esta forma, el gobierno argentino exhortó a Israel a frenar la construcción de nuevos asentamientos en territorios palestinos.
La misiva tuvo una rápida respuesta del embajador israelí en Buenos Aires, Daniel Gazit, quien a través de la Agencia Judía de Noticias (AJN) dijo que “los asentamientos nunca fueron un obstáculo para la paz ni para las negociaciones”.
“Lo hemos probado tras el acuerdo de paz con Egipto, cuando evacuamos los asentamientos en el Sinaí y la ciudad de Iamit, y con la evacuación en toda la Franja de Gaza y el norte de Samaría en favor de los palestinos, y la respuesta fue una lluvia de misiles”, agregó Gazit.
Según el embajador, “la única manera de llegar a una solución de paz son negociaciones directas, sin precondiciones”. Y añadió: “Hemos congelado los asentamientos durante diez meses y, a pesar de ello, los palestinos no entraron en negociaciones de paz durante más de nueve meses”. Gazit recordó además que el Gobierno de su país dijo en los últimos días varias veces que “Jerusalén no es un asentamiento”.
El texto argentino destaca que el Gobierno “deplora profundamente los planes anunciados por Israel para la construcción de 1.300 nuevas viviendas en Jerusalén Oriental”.
En el llamamiento argentino a Israel se da a entender que “el proceso de paz exige que las partes actúen de conformidad con el derecho internacional y con las obligaciones asumidas en el pasado”.
“El Gobierno argentino considera que el logro de una paz justa y duradera en el Medio Oriente, a través del establecimiento de un Estado palestino independiente y viable, que viva en paz y seguridad con Israel dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas, redundará en beneficio de todos los pueblos de la región”, sostuvo el texto oficial argentino.
Las presiones de EE UU generan crisis política en Israel
Benjamin Netanyahu |
A su regreso de una dura semana en EE UU, Netanyahu presentó hoy a su Gabinete un plan de la Casa Blanca que extendería la moratoria sobre la construcción en los asentamientos en la Cisjordania por 90 días, rompiendo de esta manera su compromiso público que "esta moratoria es limitada e irrepetible", que le ayudó a postergar la crisis de gobierno hace un año.
Al término de varios cruces de declaraciones en los que desde el presidente Obama en el Lejano Oriente hasta los portavoces de la Casa Blanca expresaron el disgusto de EE UU con la decisión israelí y la provocactiva coyuntura de su publicación, se produjo el encuentro con la secretaria de Estado Hillary Clinton en Washington. Netanyahu pretendía que este encuentro fuera de una hora y media y que se definiera como de "reconciliación", pero finalmente se convirtió en un encuentro de siete intensivas horas, en las que le fueron exigidas respuestas claras y se le presentó una propuesta "difícil de rechazar".
El "paquete" de tres meses de moratoria de la construcción a cambio de beneficios en temas de seguridad, diplomacia y logística, fue presentado a los israelíes como un logro, aunque en la práctica los observadores menos "inocentes" ya definieron que fuera de 20 aviones de combate que los EE UU ofrecen a Israel sin cargo, el resto de los "beneficios" no son más que "mercadería usada en envoltura nueva".
Las organizaciones de colonos y los voceros de la ultraderecha israelí ya anunciaron que se opondran a la "doblegación de Netanyahu ante los EEUU" mostrando que otra vez en la paradójica Israel a diferencia de Latinoamérica, los "antiimperialistas" parecieran ser los voceros de la derecha y no los de la izquierda, que en su deseperación por frenar una nueva tragedia bélica, están dispuestos a poner sus esperanzas en un salvador de afuera, de nombre Barack y apellido Obama, escribió Clarin com de Buenos Aires.
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