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viernes, 21 de agosto de 2015

ORÍGENES Y REALIDADES DE LA MAYOR OLA DE REFUGIADOS EN EUROPA

Por Martín Poblete
KRADIARIO

DRAMA Y TRAGEDIA EN EL MEDITERRÁNEO

Por Martín Poblete

Estamos en presencia de la mas grave crisis de refugiados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, sin perjuicio de las diferentes interpretaciones respecto de su origen, las opiniones tienden a concordar en torno a la dimensión y profundidad del drama ocasionalmente vuelto tragedia.

Los refugiados abarcan el mas amplio rango de edades, de lactantes a sus abuelos, el segmento mas grande siendo de hombres y mujeres jóvenes entre dieciocho y treinta años de edad,  en su abrumadora mayoría son musulmanes de las variadas iglesias y sectas del Islam.

Proceden de un amplio arco de países convulsionados por variadas formas de guerras civiles y trastornos internos, y por la violencia extrema de la guerra civil de religión en el Islam,  desde Nigeria en África Occidental a Pakistán.   Los de Nigeria, y de Sudan en África Oriental en la márgenes del Mar Rojo, provienen de dos países ricos sumidos, el primero, en grave conflicto religioso y social, el segundo en cruenta y prolongada guerra civil; en ambos casos se ha dado por décadas una sucesión de gobiernos corruptos hasta la médula, de ahí la expresión "corrupción de proporciones africanas";  los nigerianos, en menor grado gente de Cameroon, Ghana y Guinea, suben por la margen occidental africana hacia Marruecos para buscar su entrada a la Unión Europea vía España, cruzando el mar en frágiles embarcaciones llamadas "pateras", o saltando las vallas de separación en las ciudades-enclaves españolas de Ceuta y Melilla en la costa mediterránea de Marruecos; los sudaneses giran hacia el oeste  conectando con otros en Níger y Chad.

Un segundo grupo africano son los provenientes de países sub-Saharianos: Mauritania, Mali, Níger y Chad, países pobres de presente y futuro miserables. Estos refugiados tratan de llegar a la Unión Europea, pues allí es dónde todos quieren ir,  vía Italia y Grecia cruzando el Mediterráneo desde Libia o desde Túnez. La mayor parte de los miles de muertos en naufragios pertenecen a este grupo, mezclados con refugiados del complicado y violento conflicto civil en Libia  resultado del virtual fin de ese país como estado-nación siguiendo la caída del régimen del Coronel Gaddafi, un asunto del cual las potencias occidentales en la OTAN no pueden deslindar responsabilidades.

Luego están las masas de refugiados resultantes del colapso del Medio Oriente, tal cual fuera reinventado hace casi un siglo por Sir Mark Alan Sykes y el embajador Francois Georges Picot;  no hay números confiables para los desplazados por la cruenta guerra civil en Siria, cualesquiera cifra por sobre cuatro millones de personas sirve como punto de referencia, para ellos la ruta es el cruce del Mediterráneo desde Líbano hacia Grecia  o subiendo por el Adriático hacia Croacia, y desde el oriente vía Turquía, con algunos jordanos engrosando las huestes. 
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El otro grupo numeroso en esta parte de la ecuación, son los provenientes del fallido estado-nación en Irak producto del régimen de ocupación militar americano, bajo presión de la guerra civil desatada por el violento alzamiento de las fuerzas de Estado Islámico.   Un grupo mas reciente son los afganos y paquistaníes, entrando a Turkmenistan,  cruzando el  arco sur del Mar Caspio, tocando a veces la costa de Irán, entrando a Turquía para de ahí seguir al objetivo común con los demás, la Unión Europea.  En todas las situaciones indicadas operan mafias despiadadas, ganando dinero a expensas de las ilusiones de quienes les creen las promesas de asegurarles ingreso al destino soñado.    No se advierte como, del corto al mediano plazo, sería posible resolver esta crisis en sus lugares de origen.

En Bruselas, lentamente se ha ido pasando de hacerse cargo de la realidad de una situación humanitaria  en apariencia manejable, a otra de rasgos sociales y políticos complejos que por el número de personas involucradas cada día es mas difícil de controlar. 
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El episodio mas reciente se ubica en el paso de Calais, mas precisamente en Coquelles, punto de entrada ferroviario y carretero al Túnel del Canal, dónde se juntan inmigrantes y refugiados para intentar un cruce de alto riesgo colgándose de polizones en trenes de carga y camiones, tratando de ingresar en el Reino Unido.   La cuestión está  en el juego de percepciones,  para inmigrantes y refugiados los países de la Unión Europea, y su adlater el Reino Unido, son lugares prósperos dónde es posible tener un buen vivir, ciertamente mucho mejor al de sus lugares de procedencia, con ese fin no vacilan en poner en juego sus vidas.

La percepción es distinta  particularmente desde Londres,  el Primer Ministro David Cameron ha dicho que no permitirá el ingreso de inmigrantes forzando su paso desde Calais o cualesquier otro punto en el continente, para ello ha iniciado la movilización de recursos humanos y materiales;  esto ha generado preocupación en Bélgica y Holanda, pues temen el desplazamiento de inmigrantes y refugiados desde Calais/Coquelles hacia sus puertos históricos de Dunquerque y Brujas.  En otra dimensión, algunas ONGs, especialmente Amnesty International,  ya empiezan a referirse a una crisis global de refugiados.  

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