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lunes, 29 de junio de 2015

INTERNACIONAL-GRECIA-POBLETE-KRADIARIO

DRAMA GRIEGO EN VARIADOS ESCENARIOS
"HABRÁ OTROS ARADOS PARA 
NUEVOS SURCOS" 
(EURÍPIDES, LAS BACANTES)

Cuando el gobierno conservador de Adonis Samaras asumió el poder en Atenas en 2011, culpó a sus antecesores socialistas, particularmente Georgias Papandreou, de haber sumido el país en una montaña de inmanejable deuda con banqueros alemanes,  mercaderes de bonos, y el Banco Central Europeo.
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En parte, Samaras tenía razón, pero terminó procediendo igual a sus criticados antecesores y tal vez peor;  se recortó el gasto fiscal, redujo las jubilaciones y  pensiones de los funcionarios públicos,  impuso límites a la contratación de personal por el gobierno, y limitó al mínimo exigible la inversión del Estado.  
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En teoría, se debería haber eliminado el déficit y reducido a niveles razonables el servicio de la deuda, reactivando la economía; sin embargo, las medidas de austeridad resultaron en severa recesión, algunos argumentan que fue una depresión, la deuda pública y privada aumentaron a niveles imposibles de manejar, los ingresos vía impuestos reducidos drásticamente hundiendo a Grecia en el colapso financiero.
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La derrota de Samaras en las elecciones a comienzos de 2015 llevó al poder a un joven político, Alexis Tsipras, líder de un partido, SYRIZA, considerado a la izquierda de los socialistas.  Al asumir el nuevo gobierno, era evidente para cualquier observador con educación de rango profesional que la deuda de Grecia, tal cual estaba estructurada, era impagable;  asimismo, era también de toda evidencia que la imposición de nuevas y mayores medidas de austeridad no eran la forma de sacar a ese país  de su profunda recesión,  pues detrás de toda crisis financiera hay una crisis de deuda, luego parecía y parece ineludible resolver primero la deuda  pasando por su reestructuración, antes de imponer nuevos diseños de gestión fiscal de carácter restrictivo. 
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Los acreedores de Grecia son los banqueros alemanes y su garante, el Gobierno de Alemania; en bastante menor grado banqueros ingleses y franceses;  mercaderes de bonos en la City de Londres; y los países tenedores de garantías de los  bonos emitidos por Grecia:  Alemania, Francia y España, principalmente.
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A muy corto andar, se produjo un cortocircuito entre el Primer Ministro Tsipras y su ministro de hacienda Yaris Varoufakis de un lado, y los líderes de la Unión Europea del otro, tal vez cuestiones generacionales y de estilo agregadas a los muy distintos enfoques de la situación.   El ingreso a las negociaciones del Fondo Monetario Internacional y su Directora Gerente Christine Lagarde, del lado del Banco Central Europeo y del Eurogrupo en Bruselas, resultó en pública y notoria desconección entre la Dra. Lagarde y el Ministro Varoufakis.
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Con la diplomacia personal en ruinas (alguien sabe del ministro de relaciones exteriores en el gobierno griego?), el Presidente del BCE Mario Draghi asumió su rol de sostenedor de última instancia del sistema bancario,  inyectando euros para sostener el encaje de los bancos griegos sometidos a permanente retiro de dinero en cuentas corrientes, depósitos a corto plazo y fondos de inversión, en una virtual corrida bancaria.
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Con el riesgo de caer en caricatura, al parecer a comienzos de la semana pasada las posiciones habían comenzado a distanciarse, el Primer Ministro Tsipras rechazando nuevas medidas de austeridad fiscal, pidiendo en su reemplazo efectiva reactivación de la economía apoyada por el BCE, y la reestructuración de la deuda.  
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Los eurócratas en Bruselas y con ellos el FMI, insistiendo en un nuevo marco fiscal para Grecia, enfatizando austeridad a cambio de mantener la viabilidad del sistema bancario y el servicio de la deuda.  En algún momento sobre el fin de semana recién pasado se produjo el quiebre de las negociaciones por el Primer Ministro Tsipras,  anunciando un referéndum para el domingo 5 de julio,  cerrando los bancos y el mercado financiero (o cuanto va quedando de eso en Atenas) por el curso de la presente semana,  ordenando restricciones al retiro de dinero fuera del país  suponiendo quede algo por retirar, y limitaciones a la cantidad de dinero accesible en los cajeros automáticos  si todavía quedasen algunos funcionando. 
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El Primer Ministro Tsipras pide a sus conciudadanos el rechazo del plan ofrecido por la llamada "troika":  FMI, BCE, y Eurogrupo; de producirse el rechazo, Grecia quedaría efectivamente fuera de la Eurozona, con su membresía en la Unión Europea pendiendo de un hilo muy delgado.
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Mientras tanto, el martes 30 de junio Grecia tiene un vencimiento de mil seiscientos millones de euros  en el FMI, de cuyo cumplimiento hay severas dudas, la falta de pago dejaría a ese país fuera de los mercados de capitales, agregando una nube negra mas a un oscuro panorama.
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Cualesquiera sea el resultado del referéndum, ya convocado, habrá novedades financieras y políticas,  y no serán menores.     

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