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jueves, 25 de junio de 2015

PANAMÁ-PERDÓN DEL EX HOMBRE FUERTE-KRADIARIO


EL GENERAL PANAMEÑO MANUEL NORIEGA PIDE PERDÓN TRAS 25 AÑOS DE PRISIÓN


El que fuera el militar más temido en la época dictatorial de Panamá, pidió perdón al país. Manuel Antonio Noriega, considerado como el exhombre fuerte, dijo sentirse arrepentido por los múltiples desmanes cometidos durante el régimen que él lideró con mano de hierro entre 1983 y 1989.

"He estado conversando conmigo mismo, he estado conversando con mi familia, he estado reflexionando con la Iglesia y considero oportuno, bajo mis propias convicciones que contribuya yo a la ciudadanía, cerrando el ciclo de la era militar, y lo considero oportuno en estas circunstancias que todos conocemos que está viviendo el país, y yo cierro el ciclo de la era militar como el último general de ese grupo, pidiendo perdón como comandante en jefe y jefe de Gobierno", declaró Noriega.
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Convertido en un creyente en Dios y sin aclarar muchas de las dudas sobre sus actos como militar y gobernante en los años 81, el exdictador Manuel Antonio Noriega sorprendió el miércoles a Panamá con un mensaje televisado desde su cárcel en la capital. El último dictador que tuvo Centroamérica pidió perdón por sus acciones, de sus superiores militares y sus subalternos en el gobierno hasta la invasión de Estados Unidos, en noviembre de 1989.

“Cierro el ciclo militar como el último general de ese grupo pidiendo perdón como comandante (en) jefe y como jefe de gobierno (…) Pido perdón a toda persona que se sienta ofendida, afectada, perjudicada o humillada por mis acciones o de mis superiores en el cumplimiento de órdenes o de la de mis subalternos dentro del estatus de responsabilidad de mi Gobierno civil y militar”, leyó Noriega frente a la televisora Telemetro.

La histórica declaración la hizo desde el centro penal El Renacer, un centro para reos de baja peligrosidad, como se le considera ahora a este hombre de 81 años a quien llamaban “hombre fuerte de Panamá”.

Noriega, condenado en Estados Unidos y Francia por narcotráfico y lavado de dinero, aseguró haber reflexionado sobre los perjuicios y las humillaciones que cometió, ordenó o propició. Sin embargo, evitó mencionar palabra sobre casos concretos como el del opositor Hugo Spadafora, decapitado en 1985 en un crimen que la justicia panameña atribuyó al exdictador, en su ausencia, en 1993.
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Vestido de guayabera y con una mirada aún intimidante, Noriega declaró que su acto de constricción iba dirigido a todo el país y a toda aquella persona que fue afectada durante la era de terror del país. "Reitero, bajo la inspiración del Padre Nuestro, que fue la primera oración que aprendí en mi casa, que pido perdón a toda persona que se sienta ofendida, afectada, perjudicada o humillada por mis acciones o la de mis superiores y mis subalternos, en ese mismo estatus".
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Sobre el caso del médico y guerrillero Hugo Spadafora, torturado, asesinado y decapitado durante su mandato, Noriega señaló que su objetivo fue mantener la solemnidad de sus meditaciones y asesoramientos espirituales para no desenfocar el propósito de la entrevista que era 'pedir perdón'. "Esta reflexión es cristiana y conlleva los actos de constricción correspondientes e inherentes a las expresiones del pedir perdón que yo acabo de hacer. Yo quiero mantener la solemnidad de mis expresiones".
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Asimísmo, el exuniformado negó que su entrevista no tiene como fin tratar de obtener una medida cautelar menos severa debido a que ya cuenta con 81 años de edad. "Yo no quisiera salirme del marco de mis expresiones puesto que no es el propósito de ellas"...
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Tras conocer las declaraciones de Noriega, el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, expresó que los panameños deben cerrar aquel capítulo doloroso de nuestra historia. "Es necesario que en Panamá sigamos trabajando en un proceso de reconciliación, hay que tratar de reconocer nuestros errores. La sanación a la enfermedad nuestra está cuando aceptamos que nos equivocamos".
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Por su parte, el analista político Mario Rognoni y ministro de comercio en la época norieguista, aseguró que las palabras del hoy detenido son oportunas y que las percibió sinceras. "Era lo que tocaba, no solo pide perdón por lo que él hizo, sino por los actos de otros. Hizo lo correcto, es lo que la ciudadanía esperaba", contó Rognoni.
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Voces de rechazo
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Sin embargo, el Comité de Familiares Asesinados y Desaparecidos en la Dictadura Militar no aceptó el "perdón al país" que pidió ayer el  general Manuel Antonio Noriega.
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"No hizo un reconocimiento de culpa, se negó a abordar cualquier tema concreto y solo se interesó en su situación personal", adelantó el padre Conrado Sanjur.
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Agregó Sanjur, que el grupo está descontento y en desacuerdo a esa supuesta petición de perdón, porque no menciona las víctimas de las desapariciones forzadas.

"Eso pudo haber sido un hecho histórico si hubiera dado detalles de lo que hizo, frente a eso, tendría más sentido la búsqueda de reconciliación", concluye.

Noriega, condenado en Estados Unidos y Francia por narcotráfico y lavado de dinero, aseguró haber reflexionado sobre los perjuicios y las humillaciones que cometió, ordenó o propició. Sin embargo, evitó mencionar palabra sobre casos concretos como el del opositor Hugo Spadafora, decapitado en 1985 en un crimen que la justicia panameña atribuyó al exdictador, en su ausencia, en 1993.
  
Tampoco quiso contestar una pregunta del periodista Álvaro Alvarado sobre el requerimiento de información que ha hecho la Iglesia Católica local sobre la desaparición en 1970 del sacerdote colombiano Héctor Gallego, cuando Noriega era jefe de inteligencia, antes de comandar las Fuerzas de Defensa (FFDD) y de tomar el poder político en 1983 por seis años, hasta que el gobierno de George Bush invadió Panamá y desmanteló el cuerpo militar en la operación llamada 'Causa Justa'. Noriega se escondió y después se refugió en la Nunciatura en Panamá, hasta que se entregó el 3 de enero de 1990 y fue enviado a Miami, donde lo condenaron a 40 años, luego rebajados a 30 y después a 20 por buena conducta.

Condenado en EE UU y Francia por narcotráfico

Desde entonces no ha salido de las cárceles. Estuvo preso en Estados Unidos, en 2010 fue enviado a Francia  como culpable de lavado de dinero y en 2011 fue repatriado a Panamá, donde cumple 20 años de condena como instigador en el asesinato de Spadafora. Ha cumplido ya más de 25 años encarcelado, tiempo que el exdictador reprochó durante su alocución, en la cual evitó mencionar la posibilidad de medidas cautelares que le permitan pasar sus últimos años en libertad.

Noriega habló cuidándose de no decir más que lo previsto. “En cualquier respuesta de la pregunta que haces me estoy saliendo de la solemnidad que, ante el altar de mi conciencia, he venido hoy a expresar lo que es el perdón“ , dijo al periodista que transmitió la declaración. El exgeneral insistió en que sus palabras son resultado de conversaciones con su familia y “con la Iglesia” para propiciar “un acto de contrición” en un intento por “cerrar el ciclo” de la era militar en beneficio de Panamá, un país de economía aventajada, pero con obstáculos sociales y políticos.

Por eso decidió romper su silencio, colocarse las gafas y advertir que habla por voluntad propia. “No doy una entrevista hoy; doy una declaración”. Vestido de camisa blanca y repeinado como siempre, comenzó presentándose: “Soy Manuel Antonio Noriega, el último general de la era militar…”. Y acabó dejando entre los panameños la expectativa de revelaciones posteriores: “Dios primero, las circunstancias nos darán la oportunidad de presentar las verdades desconocidas”. La memoria panameña ha quedado alterada este miércoles.

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