kradiario.cl

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Página Editorial Latinoamericana: Dilma, Cristina y el Poder

Diario La Razón de La Paz, Bolivia 
Dilma y Bolivia

Una mujer combativa se esconde detrás de la economista de 62 años que lideró el gabinete de Lula y que, tras una exigente campaña, ganó la presidencia del país más poderoso de Sudamérica. Dilma Rousseff representa la continuidad de la política exterior del actual gobierno; Bolivia, para consolidar las relaciones en torno al gas, deberá tener las ideas claras.

La de Rousseff es una nueva victoria de las mujeres sudamericanas. No sólo será la primera presidenta de la historia de Brasil, sino que participará del exclusivo grupo de las nueve que tomaron las riendas de ocho naciones desde que, en 1974, Isabel Perón inauguró la lista en la región. A la argentina le siguió la boliviana Lidia Gueiler Tejada, presidenta interina de 1979 a 1980. En todo el mundo, actualmente, las mandatarias suman menos de diez.

El domingo triunfó una persona luchadora. Habiendo formado parte de una organización armada de izquierda que se enfrentó a la dictadura, Rousseff estuvo detenida durante tres años, tiempo en el cual fue torturada. A la ex guerrillera le dicen la “delfina” de Lula, porque fue jefa de Gabinete del actual presidente, pero también se la conoce como “la dama de hierro”.

Su experiencia para tocar el tema del gas con Bolivia, al haber pasado por el Ministerio de Minas y Energía, debe ser considerada por las autoridades nacionales. Apuntar a las ideas convenientes (menos políticas, más económicas) en este aspecto será, en todo caso, fundamental a partir del 2011, cuando Brasil se mostrará todavía más seguro de sus objetivos en materia energética.

En abril de este año, en su calidad de candidata del PT, la ahora presidenta electa ratificó la decisión de Brasil de ampliar las relaciones con Bolivia más allá de la cuestión del gas, aunque reconoció que ésta es prioritaria. Dijo que Petrobras aumentaría sus inversiones en nuestro país y que no se prescindiría del gas boliviano; en ese sentido, abogó por la “integración energética a nivel continental”.

Favorables promesas electorales de cuyo cumplimiento estaremos pendientes.

El gas concita la atención, por su importancia para ambos países. Pero hay otros temas pendientes que se deben revisar, como el de los problemas medioambientales que causan las represas construidas por Brasil en la frontera, o el de las malas experiencias de contratación de empresas con bandera de esa nación responsables de obras en carreteras nacionales de gran envergadura. El narcotráfico es otro punto que se tendría que encarar con mayor seriedad.

Además de fortalecer el hermanamiento que siempre ha caracterizado a Bolivia y Brasil, que del merecido aplauso a la nueva gobernante se pase a concretar los negocios del gas y también a impulsar los aspectos relegados en la agenda bilateral.

Diario El Cronista de Buenos Aires, Argentina
La imagen de Cristina, el recurso al alcance para alinear al Partido Justicialista y aliados


Por Jorge Sosa
Editor jefe Cronista.com

Los consultores, llamados a un cuidado silencio, aún no lo dicen en voz alta. Algunos de ellos tampoco tienen números definitivos, porque las encuestas más amplias aún se están terminando de cerrar. Pero ya anticipan que la imagen pública de Cristina Kirchner puede dar un salto positivo luego de la tragedia que atravesó con el fallecimiento de su esposo, Néstor Kirchner.

Cuánto durará ese humor ciudadano, teñido de la emocionalidad que envuelve hoy a la política, es una pregunta difícil de contestar todavía para quienes miran al 2011. Lo concreto es que esa fortaleza de Cristina es, por ahora, su mejor arma para mantener alineado al Gobierno y sus aliados, para cubrir el vacío que dejó su marido en la tarea cotidiana de disciplinar a la tropa dispersa.

Bajo las actuales condiciones, es escaso el espacio para replantear en el oficialismo proyectos electorales y discutir el liderazgo político de la Presidenta, puesto a prueba. Los cabildeos, por el momento, deberán hacerse con cuidado y puertas adentro.

Aún es incierto en quién o en quiénes se apoyará Cristina para apuntalar esa tarea de armador político que Kirchner desempeñaba. Pero ayer surgieron varias señales para tener en cuenta. Aníbal Fernández buscó asomar como uno de los señalados para ese lugar. Dejó en claro que no se deben esperar golpes de timón en la gestión kirchnerista. Aunque lo más destacado fue el mensaje sobre la importancia que tiene la CGT de Hugo Moyano en el andamiaje K. “Es la columna vertebral” del Gobierno, explicitó.

Intentó morigerar las sospechas sobre las fricciones que habrían existido entre el camionero y Néstor Kirchner en las horas previas al fallecimiento del ex presidente. Pero sobre todo, el mensaje de Fernández estuvo dirigido a los intendentes de la provincia de Buenos Aires y al propio Daniel Scioli, ante los cuestionamientos con sordina hacia la conducción del sindicalista del peronismo provincial. Al fin y al cabo, Aníbal Fernández nunca sacó los dos pies del plato bonaerense.

El mensaje es claro: pese a la hora difícil, la Casa Rosada no aceptará que le impongan la agenda. Por si quedaban dudas, por la tarde la propia Cristina defendió en un acto el proyecto cegetista de reparto de ganancias de las empresas, que el incipiente diálogo entre Moyano y la UIA parecía haber dejado por ahora en stand by.

La otra señal que dio el Gobierno es que seguirá cabalgando sobre el apoyo de las ‘organizaciones sociales’, sobre todo después de lo visto en el funeral del ex presidente. Una de las primeras cuestiones de la agenda presidencial, como descubrió una foto publicada de los papeles que lleva el secretario Oscar Parrilli, es que habrá una apuesta oficial a la marcha del 10 de diciembre de piqueteros y otras organizaciones afines al kirchnerismo.

En el peronismo, sin embargo, hay una corriente de pensamiento que considera que en 2011 al Gobierno le hará falta un poco de lo que tiene al Gobierno para poder garantizar una oferta electoral triunfadora. Creen que Cristina deberá correr un poco a Moyano y abrir la puerta a sectores díscolos del partido. Hay quienes creen también que se deberán hacer más gestos atractivos para la clase media.

Pero ‘cambio’ es, por ahora, una palabra difícil de traducir en el círculo chico que la Presidenta tiene en plena reconstrucción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario