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martes, 21 de septiembre de 2010

Puntos de Vista: Asesinato del canciller chileno Orlando Letelier hace 34 años

El martes negro de septiembre de los terroristas anticubanos
Por José Luis Méndez Méndez (*)
Orlando Letelier y Ronnie Moffitt son asesinados cuando su auto iba por la avenida Massachusetts en Washington DC

El martes 21 de septiembre de 1976 fue ejecutado un plan de Fase Tres de la Operación Cóndor, cuando el ex canciller chileno y ex embajador del gobierno de la Unidad Popular en Estados Unidos Orlando Letelier, fue asesinado por medio de una bomba colocada en su auto y detonada por el terrorista anticubano José Dionisio Suárez Esquivel en pleno centro de la capital norteamericana.

En el acto terrorista murió la joven norteamericana de 26 años Ronni Moffitt, secretaria del ultimado y su esposo Michael, quien recibió heridas.

La Operación Cóndor, tenía varios niveles de ejecución, el tercero y más letal consistía en eliminar a los adversarios políticos de la junta fascista militar de Chile, con la participación de hombres de la Dirección de Inteligencia Nacional de Chile, miembros de los cuerpos represivos de los países integrantes de la Operación y mercenarios de varias nacionalidades como sicarios para ejecutar las misiones.

Los terroristas anticubanos del llamado Movimiento Nacionalista Cubano, MNC, encabezados por Guillermo Novo Sampoll, fueron los ejecutores sistemáticos al servicio de los fascistas chilenos.

El 9 de septiembre de 1976 una parte del comando asesino ya se encontraba en Washington, eran oficiales de la llamada DINA exterior, que se ocuparon de la vigilancia del “blanco”. Ese día ingresó a Estados Unidos Michael Vernon Townley, agente de la CIA al servicio de la DINA, quien tendría, junto a los terroristas del MNC, la misión de preparar la bomba, colocarla y hacerla estallar.

Townley tenía relaciones con los terroristas de Miami desde 1967, después recibió el apoyo de estos cuando dentro de la banda fascista chilena Patria y Libertad se conjuró para derrocar al gobierno de Salvador Allende. Después de su derrocamiento el 11 de septiembre de 1973, de inmediato estos criminales entrenados por la CIA, ofrecieron sus servicios a los golpistas para eliminar a sus opositores dentro y fuera de América Latina.

El 10 de septiembre Townley se entrevistó con Guillermo Novo y Suárez Esquivel en el restaurante Cuatro Estrellas, cuartel de los terroristas en Union City, New Jersey. Les dio la misión a cumplir, pero ya era conocida, el norteamericano desde Chile, les había anticipado, que “algo duro” se preparaba.

El 11 de septiembre de 1974, miembros escogidos del MNC, fundaron la organización Omega 7, que durante una década realizó 61 actos de terror dentro de Estados Unidos y Puerto Rico. Fue considerada entre 1977 y 1983 como la más letal entre los grupos terroristas que operaban entonces en ese país.

Tan sólida es la unión entre estos grupos fascistas que en 1998, cuando el dictador Augusto Pinochet Ugarte, fue retenido en Londres, Inglaterra, la banda fascista Patria y Libertad, amenazó con liberar por la fuerza al general golpista chileno con la participación de Omega 7, si este no estaba de regreso en Chile para fin de ese año.

Después de recibir toda la información necesaria para operar de parte de los militares chilenos, que realizaron el estudio de los movimientos de Letelier de su casa al Instituto de Estudios Políticos, IEP, Townley se entrevistó con Virgilio Pablo Paz Romero, terrorista del MNC, que había realizado con él varias operaciones contra objetivos en Europa.

El sábado 18 de septiembre, Suárez Esquivel viajó a Washington, se unió a dos terroristas más en el restaurante McDonald de la avenida New York, acordaron el rol de cada uno en el operativo. Después Paz y Townley se hospedaron en el hotel Regency Congress Inn. ubicado en esa avenida. Suárez se instaló en otro motel cercano para no despertar sospechas.

Todos habían planeado fabricar la bomba el domingo 19 y colocarla esa misma noche, para hacerla estallar el lunes en la mañana cuando Letelier se dirigiera a su trabajo. Sin embargo Suárez Esquivel les hizo cambiar de planes. Había perdido su trabajo y el lunes debía estar en New Jersey, para comenzar en un nuevo negocio. Después de cenar los tres en el restaurante del Regency Congress, fueron a la habitación de Paz y Townley, donde comenzaron a armar la bomba. Entre Paz Romero y el agente de la CIA, con manos diestras prepararon la bomba, moldearon el explosivo plástico, le colocaron la cápsula detonante, el mecanismo para ser estallada por control remoto y se dispusieron a colocarla debajo del auto del ex canciller. Acordaron que la ejecución sería el martes.

Townley, ingresó el sábado en la noche al jardín de la casa del sentenciado y se deslizó bajo el vehículo que estaba colocado en dirección a la casa, mientras Paz Romero vigilaba. La ajustó de tal forma para que la onda expansiva se concentrara en el asiento del chofer donde el ex embajador chileno debía sentarse y la fuerza fuera hacia arriba para tener mayor poder destructivo.

Colocó el interruptor del mecanismo de remoto en la posición de encendido, ajustó la bomba al cuerpo del auto para que no se cayera, ni deslizara, si Letelier se movía antes del martes.

Regresaron al hotel y el norteamericano dio por cumplida su misión, ahora era el turno de Suárez Esquivel, quien lo llevó hasta el Aeropuerto Nacional para que tomara el primer vuelo de la Eastern hasta la ciudad de Newark, New Jersey, donde Alvin Ross, otro miembro del MNC lo esperaría. Towley telefoneó a Inés Callejas Honores, su esposa chilena y le transmitió un mensaje codificado para sus jefes en la DINA, que indicaba que la bomba había sido colocada.

El lunes 20, Michael y Ronni Moffitt, cenaron con Letelier y se retiraron en el auto donde ya estaba colocada la bomba. El martes negro la pareja llegó a la casa del ex canciller y se estacionaron. Esperaron a que él terminara algunas coordinaciones de trabajo. A las 9:15 de la mañana los tres salieron en el auto. Al llegar a la altura del restaurante Roy Rogers, un auto gris se les colocó detrás muy cerca y continuó con ellos por River Road. El conductor con ágiles movimientos insertó en el encendedor los terminales del control remoto para detonar la bomba, sólo oprimir el botón sería la diferencia entre la vida y la muerte de Orlando Letelier.

Ambos automóviles tomaron a la izquierda desde la calle 46 hacia la Avenida Massachussets, dando inicio a la calle de las embajadas. El auto de Letelier iba lento, seguido por el sedán gris, sobrepasó la embajada de Chile, que estaba a la izquierda, este la siguió con la vista enfilando por Sheridan Circle, en ese momento el terrorista oprimió con fuerza el botón del remoto e inmediatamente un ruido demoledor, ensordecedor y la onda expansiva impactó a Letelier contra el techo del auto. Un testigo que iba a continuación del auto gris declaró: “Vi un automóvil que prácticamente caía del cielo envuelto en llamas.”

El auto de Letelier cayó encima de otro estacionado y rodó hasta detenerse totalmente quemado, exactamente frente a la embajada de Rumania. Su cuerpo se había desmembrado separándose el torso de las extremidades. Ronni salió despedida del interior del auto y yacía en el césped de una embajada, de su garganta brotaba la sangre con fuerza. Murió en instantes después de llegar al hospital.

El crimen ordenado por la DINA de Chile, ejecutado por sus hombres y los sicarios del MNC, se había consumado. Sospechosamente cuando el terrorista Luis Posada Carriles fue detenido en Caracas, tres semanas después, por ser uno de los autores intelectuales del sabotaje al avión civil cubano derribado en Barbados el 6 de octubre, en su oficina se encontraron documentos que mostraban los movimientos que hacía Orlando Letelier para desplazarse hacia su trabajo.

Este acto terrorista reveló en toda su dimensión criminal a la Operación Cóndor y la participación de los terroristas de Miami, los mismos que hoy todavía actúan impunes en los Estados Unidos, como aconteció hace 34 años en la capital norteamericana.

(*): Es profesor e investigador universitario

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