LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y NOSOTROS
Por Enrique Fernández
Sabemos poco qué es la Inteligencia Artificial (IA) y sabemos menos hasta dónde llegará en su desarrollo. ¿Será acaso un engendro que desde los computadores dominará el planeta y someterá a la Humanidad? Si usted observa s su alrededor, comprobará que ya existe cierto tipo de inteligencia que pretende dominar nuestra vida cotidiana.
Si sube al metro, verá a muchos pasajeros chateando, leyendo o jugando en sus celulares, que son máquinas con inteligencia artificial. La misma escena verá en un café o en un restaurante. Lo que un observador extraterrestre se preguntaría es quién tiene más inteligencia, el celular o su dueño.
Al celular podemos pedirle que nos lleve a una calle que no conocemos, que toque esa canción que tanto nos gusta, que nos muestre las noticias del momento, que calcule el costo de un crédito… Podemos ver televisión, tomar fotos, filmar un video… y también podemos hablar por teléfono. Eso es la inteligencia artificial.
Pero, en definitiva, quien domina la escena en el metro es usted y no el celular, porque si quiere lo apaga y opta por leer el diario. En ese caso, el extraterrestre se preguntaría quién es más inteligente, usted o los medios de comunicación donde sobresale la figura del influencer u opinólogo, que habla de todo y no sabe casi nada.
Es lo que sucede con la bailarina Daniela Aránguiz, de 38 años. Daniela, desde hace varias semanas, ventila en televisión, en los diarios y en las redes sociales los detalles de su ruptura matrimonial con el futbolista Jorge Valdivia.
Como se siente traicionada por su ex, se considera con derecho a publicar en Instagram la foto de una prenda íntima con sugerentes huellas. La prenda, según Daniela, pertenece a Maité Ortsini, honorable diputada de la República y nueva amiga del futbolista, antiguo héroe de la selección nacional.
“Es una imagen que no debí haber subido”, reconoció Daniela con inteligencia, cuando más tarde borró la foto.
Otro influencer que pone a prueba nuestro nivel intelectual es el publicista Mauricio Israel, de 62 años, que huyó de Chile en 2008 por deudas impagas que superaban los 200 millones de pesos. Se refugió en Tel Aviv, Bogotá y Miami, antes de regresar al país al cabo de 10 años e integrarse al canal La Red como opinólogo deportivo.
Sin embargo, desde su tribuna en varias estaciones de televisión, aunque no es periodista, Israel dispara contra los políticos, los futbolistas o las figuras de la farándula con su habitual desparpajo y carencia de fuentes o argumentos. En uno de sus últimos comentarios, a mediados de mayo, criticó el viaje de descanso que realizaba la animadora de Canal 13 Tonka Tomicic, a quien le atribuyó deudas con varios acreedores.
“A mí me parece que cuando uno tiene un tema pendiente todavía con la justicia, cuando las cosas no están lo suficientemente claras, no es sano hacer esto. No me parece“, proclamó sin inmutarse, como si él mismo no hubiera sido un prófugo de la justicia durante 10 años por emitir cheques sin fondos, ni pagar deudas ni cumplir con la pensión alimenticia de sus hijos.
A diferencia de Daniela, que borró la foto de la supuesta prenda de la diputada, Israel no pudo eliminar la grabación de sus palabras, prueba irrefutable de su coeficiente intelectual.
Un terreno más serio e inteligente es el de la política. Pero ahí surge de pronto una líder como Natalia Piergentili, que en un gesto evocador de su tierna infancia dice que no quiere nada con los “monos peludos”. No aclara a quien se refiere, pero desata la ira de los aludidos. Otra figura notable, la ex senadora Jacqueline van Rysselberghe, advierte que no acepta cuestionamientos de los ”patipelaos”, es decir, de quienes no piensan como ella y pertenecen a otra case social.
El próximo miércoles iniciará sus trabajos el nuevo Consejo Constitucional, a ver si sus 51 miembros son capaces de redactar esa Constitución que los políticos esperan desde hace más de tres años. Su presidenta será, posiblemente, la profesora de origen aymara Ninoska Payauna, del dominante Partido Republicano. Tiene 34 años y en su curículum figura el robo de un sweater en un supermercado de Iquique, por lo que fue detenida en abril de 2007.
Es el tipo de inteligencia que hoy nos asedia, de manera más inmediata que la Inteligencia Artificial, porque en Chile un 49% de la población mayor de 16 años tiene déficit de comprensión lectora, según estudios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Son ciudadanos que saben leer, pero no entienden lo que leen en los diarios ni lo que escuchan en la radio y la televisión.
Y es en este escenario donde se hace presente el fantasma tecnológico de la Inteligencia Artificial. Porque si los medios de comunicación nos ofrecen modelos orientadores como Daniela, Israel, Natalia, Jaqueline y Ninoska, es posible que el nivel intelectual de nuestra sociedad disminuya aún más. Para enfrentar el peligro a escala mundial, por los insospechados usos del monstruo tecnológico, en abril pasado se conoció una carta dirigida a los gobiernos del planeta. El mensaje pide una moratoria de seis meses en las investigaciones para desarrollar la Inteligencia Artificial (IA). Entre sus firmantes figuran Yoshua Bengio, uno de los creadores de la IA, y Elon Musk, actual dueño de Twitter y de una fortuna estimada en más de 60.000 millones de dólares.
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