Un día después, se desconoce qué país es el responsable de la destrucción de la presa de Nova Kajovka, de la que se acusan mutuamente Rusia y Ucrania y que se encuentra en el frente de batalla del río Dniéper.

La destrucción se ha producido en un momento que sospechosamente puede beneficiar en gran medida a Rusia, ya que puede frustrar en parte la gran contraofensiva de Ucrania. Además, las tropas de Moscú llevan meses sin lograr avances significativos en el campo de batalla.

El director de la Revista Ejércitos, Christian Villanueva, subraya en una entrevista en RNE que la destrucción «acorta el frente». «Rusia ahora, en principio, debería preocuparse menos de defender el territorio de Ucrania que controla, pudiendo concentrar más hombres en partes de Zaporiyia, Donetsk…», recalca.

Por otro lado, la presa suministraba agua dulce a la península de Crimea, ocupada por Rusia en 2014. En este sentido, podría tener un impacto económico y humanitario directo en este territorio que se halla en manos rusas.

¿POR QUÉ BENEFICIA A RUSIA?

La destrucción de la presa de Nova Kajovka se ha producido cuando la esperada contraofensiva de Ucrania -anunciada desde hace meses- aparentemente estaba dando sus primeros pasos. Aunque Kiev no ha adelantado cuáles son los objetivos de esa operación ni en qué dirección quiere lanzarla, la voladura de la presa podría complicar el avance de sus fuerzas.

Myjailo Podolyak, uno de los principales asesores del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha señalado que el objetivo del ataque contra la presa es frustrar la ofensiva ucraniana en la zona. Las enormes inundaciones podrían estar ya dificultando operaciones ofensivas de las fuerzas terrestres ucranianas sin debilitar tanto las líneas defensivas de Rusia.

El propio gobernador interino de la región de Jerson impuesto por Rusia, Vladímir Saldo, ha reconocido en una entrevista en el programa Soloviev Live que tras la destrucción de la presa «desde el punto de vista militar, la situación operativa y táctica está a favor de las fuerzas rusas». La destrucción de la presa de Nova Kajovka: un desastre civil y ambiental que complica la contraofensiva ucraniana

«En principio favorece a Rusia, en el sentido de que desvía la atención sobre lo que estaba ocurriendo. Además pone una barrera de agua mucho mayor de la que había hasta ahora entre la parte norte y la sur del río Dniéper», explica Villanueva. «Dificulta cualquier acción anfibia ucraniana. Aunque no tenga medios para llevar a cabo un ataque anfibio de gran magnitud, sí podría crear dificultades en toda la zona inferior del Dniéper», añade.

El investigador principal del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Ben Barry, coincide con Villanueva en que «teniendo en cuenta que Rusia está a la defensiva y Ucrania a la ofensiva, a corto plazo definitivamente es una ventaja para Rusia». «Ayudará a los rusos hasta que el agua disminuya, porque hace que sea más difícil para Ucrania cruzar los ríos», asevera en una entrevista a la agencia inglesa Reuters.

Las consecuencias de este ataque sobre la presa también dificultará que las fuerzas ucranianas avancen más hacia la península de Crimea. La presa en sí disponía de una carretera que las tropas ucranianas podrían haber empleado para avanzar hacia la región de Jersón como parte de su contraofensiva.

Villanueva, además, subraya que una dificultad añadida para Ucrania es que «con el tiempo, la inundación, el escurrimiento del agua de lluvia por la red de drenaje hasta alcanzar la red fluvial y el aumento del caudal de los ríos va a dificultar las comunicaciones ucranianas en toda la parte norte del Dniéper. Les crea un problema humanitario importante a un país que tiene muchos problemas económicos y va a tener que destinar esos recursos a paliar las consecuencias de lo que vemos», indica.

¿PUEDE FAVORECER A UCRANIA?

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha asegurado que la destrucción de la presa ha sido «un acto deliberado de sabotaje por parte de Ucrania» con la intención de distraer la atención de la «tartamudeante ofensiva ucraniana», así como de «privar a Crimea de agua».

Y es que la península anexionada por Rusia depende de forma crucial del agua dulce de un canal cercano a la presa para el agua potable y el riego. La interrupción de este suministro -seguramente durante todo el verano- tendrá un impacto humanitario y económico a corto plazo.

Continúan las evacuaciones en Ucrania tras el colapso de la presa de Nova Kajovka Las evacuaciones en Ucrania tras el colapso de la presa de Nova Kajovka, continúan

Además, las posiciones de Rusia se verán más afectadas que las ucranianas por las inundaciones. «La destrucción de la presa inunda la primera línea de defensa rusa al este del río en Jersón», afirmó el analista militar del Centro de Análisis Naval de Washington, Michael Kofman, en declaraciones al diario Financial Times. «Este desastre no beneficia a nadie y afectará más al territorio ocupado por Rusia», subraya.

En la misma línea, Villanueva explica que «lo peor de la inundación, por las proyecciones que hay, va a afectar a la parte sur del Dniéper, que está bajo control ruso». «Es una zona que cuya población había sido evacuada, pero algunas de las posiciones defensivas que Rusia había establecido quedarán bajo agua y todas las minas que hubiesen sembrado, se las llevará la corriente y son pérdidas económicas», añade.

¿QUÉ DICE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL?

Tanto la Unión Europea como la OTAN han condenado la destrucción de la presa «por parte de Rusia». Para el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, es una prueba de «brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania».

«La destrucción hoy de la presa de Kajovka pone en peligro a miles de civiles y causa graves daños medioambientales», ha indicado el político noruego a través de su cuenta en Twitter.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también se ha mostrado consternado por el ataque, que ha asegurado que es «claramente un crimen de guerra». «Haremos que Rusia y sus representantes rindan cuentas», señaló también por twitter.

Por su parte, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, las tres potencias occidentales del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, han evitado atribuir a Rusia o a Ucrania la responsabilidad de la voladura de la presa.

Uno de los portavoces de la Casa Blanca, John Kirby, ha explicado que Washington está todavía intentando esclarecer lo ocurrido y evaluando qué país es responsable del ataque.

Fuente principal RTVE

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