Por Martín Poblete

Siempre es difícil para un partido político recién formado instalarse en el escenario.   El Partido Agrario Laborista, fundado a fines de 1946 en sendas convenciones celebradas en Valdivia y Temuco, eligió sus primeros alcaldes y regidores (así se  llamaba en aquellos tiempos a los concejales) en 1947, sus primeros diputados en 1949, en su primera convención nacional en 1951 en Valparaíso proclamó la candidatura presidencial del General Carlos Ibañez del Campo, en 1952 entró a La Moneda por la puerta ancha, en marzo de 1953 a caballo del refrán «Un Parlamento Para Ibañez» eligió numerosos diputados y senadores. 

Habían pasado más de seis años desde su fundación. El Partido Demócrata Cristiano entró en escena en marzo de 1957 con la elección de senador por Santiago de su más importante líder, Eduardo Frei Montalva, cuya primera candidatura presidencial en 1958 dejó a ese partido definitivamente instalado en el cuadro político.   En la elección de alcaldes y regidores de 1963 la DC se alzó el partido más votado desplazando al Radical, habían pasado seis años desde la fundamental elección de marzo de 1957.

En contraste con los citados, el Partido  Republicano debuta en la elección presidencial, de diputados y senadores, en octubre 2021.   En menos de dos años, hace apenas una semana, en la elección de consejeros constituyentes, alcanzó el primer lugar con más del 35% de los votos válidos, marcando considerable distancia de sus seguidores.   Quedar de principal protagonista  en tan corto tiempo puede traer riesgos, la mayoría de quienes fueron elegidos son personas con poca experiencia en política contingente, escribir una Constitución es un asunto políticamente político; algunos de ellos ya están corrigiendo palabras dichas en puntos de prensa y entrevistas.

Sin embargo, juega a favor de los Republicanos la claridad de la situación, deberán demostrar capacidad de diálogo y entendimiento, buscar acuerdos, generar consensos, saber usar una posición de poder favorable, todo esto es en su directo y mejor interés; si pueden ejecutar bien y logran sacar adelante la cuestión constitucional en el referéndum de salida el 17 de diciembre 2023, quedarán muy bien posicionados para la elección de alcaldes y concejales el 2024, lo mismo vale para su líder y fundador José Antonio Kast frente a la presidencial del 2025.


Sin embargo, no les resultará fácil a los constituyentes Republicanos elaborar un buen proyecto de Constitución, deberán conseguir trabajar bien tres aspectos fundamentales:  1)  Actuar con sentido de la oportunidad; es decir, saber interpretar el momento político.  2)   Tener calidad y claridad en el diseño de la arquitectura institucional.   3)  Coherencia en términos del lenguaje escogido y la construcción lógica en la cual se sostiene.   Hace ciento noventa años, Diego Portales Palazuelos acertó en los tres.   Queda por verse cómo lo harán los constituyentes Republicanos en esta oportunidad.